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El nuevo macartismo estadounidense que ha surgido al rescoldo del conflicto entre Israel y Palestina alcanzó este miércoles una nueva cota en el Congreso, donde la única diputada palestina, Rashida Tlaib, fue amonestada por sus colegas con una Resolución de Censura.
Este recurso, que en ... el pasado se utilizaba para reprobar a congresistas que hubieran cometido delitos penales, ha sido utilizado este año dos veces por la Cámara Baja desde que está en control del Partido Republicano. Sin embargo, la votación de este miércoles contó también con 22 votos de representantes demócratas a favor, y cuatro republicanos en contra que defendían la libertad de expresión, prueba de que cuando se trata de defender a Israel el Congreso de EE UU no tiene colores políticos. La congresista había acusado la semana pasada al presidente Biden en un vídeo de estar facilitando el genocidio del pueblo palestino. «Señor presidente, el pueblo estadounidense no está con usted en esto. Nos acordaremos en 2024», decía en el vídeo.
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En la resolución introducida por el diputado republicano de Georgia, Rich McCormick, se la acusa de «defender el terrorismo» por repetir frases como Palestina libre 'Desde el río hasta el mar', eslogan que los congresistas consideran equivalente a «un llamado violento para destruir a Israel». Ella lo considera una apelación «aspiracional por la libertad y la coexistencia pacífica, no de muerte, destrucción ni odio», explicó este miércoles en su turno de respuesta.
Por grave que se considere esta resolución, no entraña consecuencias inmediatas para la representante de 47 años de Michigan, un estado donde la población musulmana tiene fuerte presencia electoral. Se trata solo de la 25 ocasión en la historia de EE UU en la que se aprueba una resolución de este tipo, habiendo sido la anterior este mismo año para el demócrata Adam Schiff, por el manejo de la investigación sobre los nexos electorales entre Rusia y la campaña de Trump.
Paradójicamente la diputada de Georgia Marjorie Taylor Greene, defensora de las teorías y conspiratorias de Qanon, se ha librado de semejantes reprimendas, que ni siquiera se han planteado para otros legisladores como el diputado Max Miller, que pidió anular la legislación internacional para conflictos en el caso de Israel contra Palestina, o al senador Lindsey Graham, que defiende «arrasar» Gaza. La Cámara tampoco ha aprobado expulsar al diputado más controvertido, George Santos, que enfrenta 23 cargos federales, entre ellos fabricar su historial para conseguir el escaño.
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