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La clave de la operación masiva contra miembros de Hezbolá que permitió el martes el estallido simultáneo de miles de 'buscas' en Líbano y Siria fue la ocultación de material explosivo en los dispositivos. Los responsables -todos los dedos apuntan a Israel- intervinieron un ... lote de 3.000 buscapersonas fabricados en Europa e importados a territorio libanés, a donde llegaron a principios de este año. Los aparatos fueron manipulados antes de su llegada al país asiático.
La mayoría de los 'buscas' era del modelo AP924 de la empresa taiwanesa Gold Apollo, aunque en el envío también se incluían otras tres versiones de la marca. Este buscapersonas contiene una batería de litio recargable que promete una autonomía de unos 85 días y permite recibir mensajes de texto de hasta 100 caracteres, según especifica la compañía en su página web.
Gold Apollo ha emitido una declaración en la que asegura que los buscapersonas que explotaron en Líbano llevan su marca, pero fueron fabricados en Europa: «Todos los dispositivos del modelo AP924 fueron subcontratados a una empresa europea, alrededor de 5.000 en ese lote con destino a Líbano». Asimismo, han aclarado que fueron fabricados mediante componentes de terceros. La firma en cuestión se encontraría en Hungría, en concreto en Budapest.
«El tamaño y la fuerza de la explosión indican que no se trataba solo de la batería», expresó Mikko Hypponen, especialista en investigación de la empresa de software WithSecure y asesor en ciberdelincuencia de Europol, en declaraciones al diario 'The New York Times'.
Las últimas investigaciones han revelado que el material explosivo se componía de una carga de entre 28 y 56 gramos de peso implantado junto a la batería del localizador, a la vez que se incluía un interruptor para poder detonar a distancia los explosivos. El ataque de Israel afectó a los dispositivos que estaban encendidos y recibían mensajes.
El plan estaba diseñado para hacer el mayor daño posible, con los dispositivos programados para sonar durante varios segundos antes de explotar. De esta forma buscaban que estallaran cerca de la cabeza de sus objetivos.
A principios de año, el líder de Hezbolá, Hasán Nasrala, había limitado el uso de teléfonos móviles por miedo precisamente a sufrir un 'hackeo' por su vulnerabilidad ante la Inteligencia israelí. Así, optaron por utilizar una tecnología más antigua y que creían infranqueable.
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