Catar abandona su mediación entre Israel y Hamás

Junto con Estados Unidos y Egipto, Catar intentaba plasmar un alto el fuego y un acuerdo para canjear rehenes y prisioneros, pero las conversaciones han alcanzado un punto muerto que parece imposible de superar porque tanto Hamás como Israel se acusan mutuamente de bloquear el diálogo. Los cataríes dijeron, sin embargo, a la administración norteamericana que estarían dispuestos a volver a participar cuando ambas partes demuestren una voluntad sincera de volver a la mesa de negociaciones.

Catar, que no tiene relaciones políticas con Israel, arroja la toalla hasta el punto de que incluso ha comunicado al grupo radical palestino de que su oficina Doha, la capital de la monarquía, «ya no tiene razón de ser» sin decir explícitamente si será cerrada. El rico emirato alberga desde hace más de diez años la sede política de la diáspora del Movimiento Islámico.

Era también en ese país donde vivía el exjefe Ismail Haniyeh, asesinado el 31 de julio en un atentado en Teherán atribuido al Mossad. En Doha residen aún otros líderes políticos del grupo como su exjefe Khaled Mashaal o el cabeza de su equipo negociador, Jalil al-Haya.

La oficina de Hamás en Catar fue «abierta en 2012 en coordinación con la Casa Blanca tras su petición de tener un canal de comunicación», explicó un funcionario catarí al inicio de la guerra el 7 de octubre de 2023. El Gobierno de la monarquía absolutista gobernada por la familia Al-Thani desde mediados del siglo XIX es aliado de Washington y ha ejercido un importante papel mediador junto con Egipto y Estados Unidos en las negociaciones para una tregua en Gaz.

Esa mediación sólo consiguió una tregua de una semana a finales de noviembre de 2023, y las negociaciones se encuentran estancadas desde agosto pasado debido a acusaciones mutuas entre Israel y Hamás de obstaculizar el logro de un entendimiento.

El emir de Catar, Tamim bin Hamad al-Thani, expresó esta semana al futuro presidente de EE.UU., Donald Trump, su esperanza en que Washington y Doha «avancen en los esfuerzos compartidos para promover la seguridad y la estabilidad tanto en la región (de Oriente Medio), como a nivel mundial».