Rebeldes sirios destapan un envase con cientos de pastillas de captagon en un almacén en Duma, donde se producían cantidades industriales. AFP

El captagon, la 'droga de los yihadistas' que sostenía al régimen sirio

Los rebeldes descubren varios almacenes de estupefacientes relacionados con los familiares de Bashar Al Assad donde se generaban ganancias equivalentes a dos tercios del PIB del país

Viernes, 13 de diciembre 2024, 14:12

El PIB de Siria es de aproximadamente 9.000 millones de euros, según los datos del Banco Mundial en 2021. Y el negocio del captagon -nombre comercial de la fenetilina- le proporcionaba al régimen unos beneficios anuales de 6.000 millones de euros, según estimaciones ... oficiales. Gran parte de las ganancias que obtenía Bashar Al Assad y su entorno provenían de un fármaco que tuvo su origen en Alemania en la década de los 60 con el fin de tratar la narcolepsia o la hiperactividad y que terminó prohibido. Y en estos momentos, el país árabe concentra el 80% de su producción mundial. Ya en 2021, las investigaciones llevadas a cabo por el Proyecto de Informes de Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP, por sus siglas en inglés) revelaron que la familia del depuesto presidente estaba directamente relacionada con la multimillonaria red de narcotráfico. En ella también involucraban a varios altos cargos del Ejecutivo de Damasco.

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Después de la huida de la familia dictatorial, son los rebeldes quienes se han hecho con el poder de un país fragmentado y con la necesidad de reconstruirse por completo, donde un 90% de su población vive en la pobreza. La revolución no ha cesado del todo: han prendido fuego a la tumba del padre de Bashar Al Assad, han saqueado por completo la ostentosa residencia presidencial ubicada en la capital y ahora han localizado varios almacenes donde se producía la droga que después exportaban a países vecinos. Suponían una auténtica mina de oro para el régimen, que consideró la producción en masa de la sustancia como una forma para lucrarse y hacerle frente al aislamiento internacional en materia de sanciones económicas.

Durante los cuatro primeros días tras la caída del régimen, se han descubierto un conjunto de almacenes, hangares y bases militares donde se producían las pastillas que después se exportaban a otros Estados de Oriente Próximo y Europa, convirtiéndose en el primer producto de exportación del régimen. Caroline Rose, directora del laboratorio de ideas New Lines Institute y experta en investigación del tráfico de captagon, ha revelado a través de sus redes sociales que los familiares de Bashar Al Assad estaban estrechamente relacionados con los almacenes donde se producían los estupefacientes. Uno de ellos se encuentra en Latakia y estaba controlado por Munzer -el primo de Bashar-, que camuflaba el negocio ilegal haciéndolo pasar por una empresa de coches. El que se muestra en el siguiente vídeo es el cuartel general de la división militar comandada por Maher -el hermano-. Se pueden apreciar millones de pastillas y barriles que guardan los ingredientes químicos para su fabricación. Según las últimas informaciones, algunos de los rebeldes y ciudadanos sirios están incinerando grandes cantidades de píldoras.

Se sospecha que la producción de esta sustancia ha sido la principal fuente de ingresos del régimen durante varias décadas. Estiman que las ganancias que obtenía el Gobierno de Al Assad equivalía al triple recaudado por todos los cárteles mexicanos juntos. Durante la administración de la familia, Siria se ha convertido en un auténtico narcoestado.

Por tierra, mar y aire

A este estupefaciente sintético se le conoce por varios sobrenombres. Uno de ellos es 'la cocaína de los pobres', que no necesita mayor explicación. Debido a la sensación de euforia que produce ingerirla también se le identifica como 'la droga de los yihadistas', ya que se considera que es lo que algunos de ellos consumen antes de perpetrar atentados o participar en operaciones militares y de combate, con el fin de atenuar sus miedos y sentirse eufóricos.

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El tráfico de esta droga ha supuesto verdaderos quebraderos de cabeza para otros países de Oriente Próximo, zona geográfica donde más se consume, sobre todo entre la población joven, que la ingiere con fines recreativos en su mayoría, aunque también para aguantar largos turnos de trabajo o para aguantar despiertos toda la noche. Los gobiernos de Turquía, Jordania o Irak han intentado echar el cerco a su expansión y en países como Dubai, en 2019, llegaron a incautar alijos de 5,7 millones de pastillas. Las autoridades aduaneras de Arabia Saudí también suelen interceptar paquetes de mercancía de manera recurrente. De hecho, el país saudí es el mercado rey. Es donde más comprimidos se incautan. En 2021, fueron 190 millones, lejos de Malasia en segundo puesto -98,3 millones- o de Líbano, que completa el podio con 50 millones de pastillas.

Se exporta al extranjero tanto por rutas marítimas, terrestres y aéreas. Su alcance no se limita a Oriente Próximo, también llega a Europa. En 2020, la Policía de Italia incautó 14 toneladas en el puerto de Salerno, que venía camuflado en un cargamento de motores industriales.

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