I. Ugalde
Sábado, 28 de septiembre 2024, 22:05
«La muerte de Hasán Nasrala es una medida de justicia para sus víctimas, incluidos miles de civiles estadounidenses, israelíes y libaneses». Con estas rotundas palabras se manifestó este sábado el presidente estadounidense, Joe Biden, tras confirmarse el fallecimiento del secretario general del partido-milicia ... chií Hezbolá en un bombardeo israelí sobre Beirut el pasado viernes. El mandatario norteamericano quiso «contextualizar» en un comunicado emitido por la Casa Blanca que el asesinato del líder de la organización libanesa se enmarca en el conflicto abierto tras el brutal ataque de las milicias palestinas de Gaza del 7 de octubre de 2023 contra el Estado judío.
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«Nasralá tomó al día siguiente de los atentados la decisión fatal de unir sus manos con Hamás y abrir el denominado 'frente norte' contra Israel», argumentó Biden. Asimismo, pese a su conocida falta de sintonía con el primer ministro hebreo, Benjamín Netanyahu, dejó claro que el apoyo de Washington a Tel Aviv es inquebrantable. «Estados Unidos apoya totalmente el derecho de Israel a defenderse contra Hezbolá, Hamás, los hutíes y cualquier otro grupo terrorista apoyado por Irán», recalcó.
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Lejos de mostrar el pésame que sí reflejaron este sábado países como Irán, Siria, Irak y Yemen al declarar luto oficial o Cuba o Rusia con sus respectivos mensajes de condolencias y de condena al mortal ataque, Biden no disimuló su satisfacción. «Hasán Nasrala y el grupo terrorista que lideraba, Hezbolá, son responsables de la muerte de cientos de estadounidenses en cuatro años de reinado de terror», resaltó el líder demócrata.
No obstante, implícitamente, puso de manifiesto que es consciente de que el descabezamiento de Hezbolá no supone la eliminación de la milicia sino que añade un nuevo ingrediente al cóctel bélico en Oriento Próximo. Por esa razón, señaló que el viernes ordenó al secretario de Defensa, Lloyd Austin, «reforzar la posición defensiva de las fuerzas militares estadounidenses en la región como disuasión ante cualquier agresión y para reducir el riesgo de una guerra regional más amplia».
Biden subrayó, pese a todo, que el principal objetivo de Washington sigue siendo «desescalar los conflictos abiertos en Gaza y Líbano por vías diplomáticas». «En la Franja intentamos conseguir un acuerdo apoyado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para un alto el fuego y la liberación de los rehenes», explicó en la nota.
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En el país de los cedros, el inquilino de la Casa Blanca subrayó que su equipo gubernamental ha estado negociando intensamente para lograr un consenso entre las partes que «permitiría a la gente regresar con seguridad a sus casas en Israel y en el sur de Líbano». «Es el momento de cerrar estos acuerdos, de que las amenazas a Israel sean retiradas y que la región de Oriente Próximo en general gane una mayor estabilidad», instó.
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