Secciones
Servicios
Destacamos
Hezbolá hizo oficial anoche que Hashem Safiedine ocupará el puesto de Hasán Nasrala como secretario general. Este religioso de 60 años nacido en el sur del Líbano es primo del carismático religioso eliminado por Israel y lleva toda su vida vinculado al Partido de Dios, ... donde hasta ahora ocupaba el cargo de responsable del consejo político. Safiedine forma parte de la lista negra de Estados Unidos de terroristas más buscados y se le considera un dirigente continuista con la línea de apoyo férreo a la causa palestina.
Su designación se produjo justo cuando Líbano decretó tres días de luto por la muerte de Nasrala en el bombardeo masivo de Israel del viernes contra el cuartel general de Hezbolá, al sur de Beirut. Después de una labor intensa, los equipos de rescate han logrado recuperar su cuerpo y la capital se prepara para acoger probablemente este lunes –la milicia chií todavía no lo ha confirmado– el funeral para decir adiós a una de las figuras más relevantes del panorama libanés y regional en los últimos 32 años. El cadáver será finalmente enterrado en la ciudad iraquí de Kerbala junto al Imam Hussein. La despedida en la capital del País del Cedro tendrá lugar con toda seguridad bajo la amenaza de nuevos ataques y con el zumbido de los drones de fondo, permanente e inquietante en el cielo.
Noticias relacionadas
El riesgo de un conflicto a gran escala se mantiene abierto e Israel extendió sus operaciones a Yemen donde bombardeó Hodeida y el puerto de Ras Isa en respuesta a los misiles lanzados por los hutíes durante la semana. Los israelíes aseguran que son los puntos de entrada de las armas enviadas por Irán a los milicianos yemeníes.
El golpe a Hezbolá es muy duro porque ha perdido a toda su cúpula de mando en apenas dos meses. Israel aseguró que junto a Nasrala eliminó a otros veinte altos cargos, entre ellos Alí Karaki, responsable del comando sur. Un castigo que es un punto y seguido en la estrategia de Benjamín Netanyahu de golpear al enemigo con toda la fuerza, ya que menos de veinticuatro horas después Tel Aviv mató al jeque Nabil Qaouk, jefe de seguridad interna del Partido de Dios, en la misma zona de Beirut.
Los bombarderos siguieron en el este y sur del país, donde, según los medios israelíes, el ejército lanzó las primeras incursiones por tierra para desmantelar posiciones del enemigo cercanas a la verja de separación. Hezbolá lanzó decenas de cohetes y la mayoría fueron interceptados.
La escalada de la última semana deja más de setecientos muertos -unos cincuenta este domingo-, miles de heridos y cientos de miles de desplazados. Este nuevo pulso de Hezbolá a Israel arrancó hace un año, en solidaridad con Hamás tras el 7 de octubre, y desde entonces Líbano ha visto cómo la situación humanitaria de la población se ha ido complicando. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) lanzó una operación de emergencia para proporcionar asistencia a un millón de personas afectadas por el conflicto.
Con Hezbolá descabezado, todas las miradas apuntan a Irán, creador y financiador de la milicia chií, pero la república islámica no parece interesada en mover ficha. El presidente del Parlamento, Mohamed Galibaf, declaró este domingo que «han pasado de una guerra militar, en la que piensa que Israel ha perdido, a una guerra de voluntades». El ex alcalde de Teherán, sin embargo, quiso dejar claro que «los grupos seguirán enfrentándose a Israel» con el apoyo persa. En ese 'eje de la resistencia' se encuentran las milicias chiíes de Siria e Irak y los hutíes de Yemen.
Más que una venganza en caliente, parece que los iraníes optarán por tomarse un tiempo para formar una nueva estructura de mando y reconstruir la red de comunicaciones de Hezbolá, según fuentes oficiales de la república islámica han revelado a 'The New York Times'. El diario estadounidense asegura que hay una fuerte división en la cúpula del régimen sobre los pasos a dar. Los sectores más conservadores piden una respuesta firme que evite que Israel tenga la tentación de golpear su programa nuclear, mientras que la corriente reformista, liderada por el presidente, Masoud Pezeshkian, considera que ir a la guerra directa sería caer en la trampa de Benjamín Netanyahu.
Además del cambio político al frente del gobierno tras las últimas elecciones, la república islámica está en pleno proceso de normalización de relaciones con Arabia Saudí, un paso tan importante para Teherán como preocupante para Estados Unidos e Israel, que quieren a Riad al otro lado de la ecuación.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.