Yotam Haim, Samar Fouad Talalka y Alon Shamriz, los tres rehenes fallecidos durante la operación militar israelí. Redes sociales

Un batería heavy, un trabajador de una granja y un sobrino del cantautor Leon Gieco, las víctimas del fuego amigo israelí

Miles de personas se manifiestan en Tel Aviv tras el asesinato por error a manos del ejército de tres rehenes que escapaban de los milicianos de Hamás en una zona de combate

M. Pérez

Sábado, 16 de diciembre 2023, 15:23

Los mensajes de los foros de música metalera expresando su determinación de «traer a casa» vivo y «seguro» al batería Yotam Haim constituyen hoy el lamento de un blues. El joven de 28 años, veloz con las baquetas, amante de las mascotas, el heavy y ... el detah metal, es uno de los tres rehenes israelíes fallecidos por el 'fuego amigo' de una unidad del ejército en Gaza. Los tres asesinatos conmocionan al país y sacuden a la comunidad internacional, especialmente a Estados Unidos, principal aliado de Tel Aviv.

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La Casa Blanca ha declarado que comparte «el luto con las familias» tras la «desgarradora noticia» que confirma uno de sus peores temores: la muerte de cautivos de Hamás a manos de las propias fuerzas de Israel en medio de una aplastante operación militar que desoye todas las llamadas a la prudencia. La tragedia ha desbordado a miles de ciudadanos que el viernes por la tarde y esta mañana de sábado han salido a las calles con pancartas para exigir el «regreso seguro» de los rehenes y criticar la gestión que realiza el Gobierno de Benjamín Netanyahu. Los manifestantes dejaron una bandera de Israel recubierta de pintura roja en el exterior del Ministerio de Defensa

De Yotam queda el legado de decenas de vídeos colgados en las redes enfrascado en ensayos y clases magistrales. Su último concierto grabado por un aficionado data del 31 de agosto, mes y medio antes de que fuera secuestrado en su casa del kibutz Kfar Aza, una de las múltiples comunas próximas a la Franja asaltadas por los terroristas. Precisamente, esa semana Yotam debía tocar con su banda Persephore en un bolo que nunca tendrá ya lugar. Fiel seguidor de la banda de Bayona Gojira, repetía uno a uno todos los compases de su canción de cabecera, 'Le ́efant Sauvage'. Los llamamientos de músicos de distintas procedencias pidiendo su liberación y la del resto de rehenes jalonan las redes encabezados con su fotografía haciendo lo que más le gustaba: tocar la batería.

Yotam Haim. Reuters

Sin embargo, es la última imagen de Yotam la que más duele. La misma mañana de la ofensiva islamista se grabó con el móvil en su casa en el kibutz. De fondo se escuchaban ya los disparos de los asaltantes que acribillaban sistemáticamente a sus vecinos. El joven, desesperado, le envió el vídeo a su madre, Iris Haim, a la que «amaba profundamente. Solía imitarla y la llamaba Mamo'», recuerdan sus amigos. En la grabación relata que «están disparando a la casa, a la puerta, a la habitación segura», explicaba la mujer este pasado martes en una rueda de prensa.

A partir de ese momento, ya no se sabe nada más de él hasta que las Fuerzas de Defensa contactan muchas horas después con la familia para comunicarles que Yotam ha sido secuestrado por Hamás. De su casa solo quedaban rescoldos. Allí «criaba perros y gatos, que eran su pasión». Los yihadistas «la habían prendido fuego». Entre las brasas se perdió calcinada su batería.

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De Eurovisión a los hospitales

Los dos largos meses de cautiverio hasta el fatal desenlace han sido un pentagrama doloroso. Hasta estado jalonados de música y lágrimas. Decenas de vídeos de homenaje. Conciertos improvisados. Sus compañeros en la banda se han reunido en la sala de ensayos simplemente para tocar y recordarle. En ellos ha participado Tuvi Haim, su hermano. Los dos aprendieron a tocar con la misma batería. Luego cada uno tomó su camino en la música.

Tuvi pertenece a la banda de Netta, la joven treintañera que ganó en Eurovisión en 2018 con la pegadiza melodía de 'Toy'. La artista israelí ha pasado muchas horas acompañando a la familia Haim, sufriendo «ataques de pánico cada vez que abro Instagram porque tengo miedo de descubrir a otro amigo que perdí». Desde la ofensiva terrorista, ha acudido a cantar a los hospitales donde reposan los heridos y a rendir «homenaje» en los funerales de quienes no han tenido tanta suerte. Estará presente en el sepelio de Yotam, cuyo cuerpo ya ha sido trasladado a Israel, y rezará por «la llegada de días mejores». En las redes de su hermano Tuvi un mensaje ha quedado en suspenso: «Hermano mío, por favor vuelve conmigo, te estamos esperando».

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Samar Fouad Talalka, Reuters

Samar Fouad Talalka, de 22 años, es otro de los rehenes asesinados por las propias tropas de Israel. El dolor se acentúa debido a las propias circunstancias de la muerte: Talalka fue abatido cuando estaba a punto de tocar la libertad. Como Yotam. O como Alon Shamriz, estudiante de Informática de 26 años, que fue secuestrado en el kibutz Kfar Aza donde 63 vecinos perdieron la vida a manos de los milicianos.

Los tres intentaban escapar este viernes entre las ruinas de Shejaiya, un barrio en el norte de Gaza, donde el ejército libraba intensos combates con los miembros de Hamás. Se desconoce si los rehenes habían conseguido burlar el control de sus captores o si éstos los dejaron abandonados a su suerte al intensificarse los combates. Tel Aviv ha anunciado este sábado la apertura de una investigación para determinar por qué los soldados los confundieron con terroristas, más aun tras la ingente labor de Inteligencia que hay detrás de cada operativo militar, mientras estudia cómo aplicar nuevas «medidas» para identificar a los rehenes en zonas de batalla. Fuentes militares calculan que todavía queda al menos un centenar de prisioneros de Hamás y que muchos de ellos están retenidos en los reductos subterráneos contra los que el ejército combate ahora ferozmente. En ese contexto, no se descarta que los terroristas abandonen a los secuestrados para salir a luchar o huir de los soldados.

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El primer turno de la mañana

Samar Fouad Talaka trabajaba en una granja de gallinas en el kibutz Nir Am. Todos los días se desplazaba desde Rahat, el municipio beduino donde residía, hasta el criadero. Madrugaba. Se ocupaba de las labores del primer turno de la mañana. Por eso, el asalto mortífero de la milicia islamista le sorprendió en su puesto a las siete de la mañana. Solo le dio tiempo a llamar a una de sus hermanas y comunicarle que había sufrido una herida de bala y se temía lo peor. Luego, la señal se perdió. «Intentaron comunicarse con él, pero no respondió», dijo un compañero de trabajo. Se enteraron de que había sobrevivido tras viralizarse un vídeo de cómo era trasladado como rehén a Gaza.

Quienes le conocieron le definen como «un gran tipo» que quería «ganarse la vida honestamente». Su familia fue la primera árabe que se unió a un delegación israelí para viajar a Estados Unidos y concienciar a congresistas y republicanos sobre la urgente necesidad de proteger las vidas de los cautivos. Su padre, Fouad Talalka, se entrevistó también con destacados representantes de la comunidad árabe en EE UU para denunciar la masacre de Hamás, que mató a 19 beduinos y dejó heridos a decenas, y compartir la «dolorosa tragedia» de su hijo, «llevado violentamente a Gaza» por un « grupo terrorista que no reconoce ninguna distinción humana».

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Apenas unos días antes de conocer el dramático desenlace, el padre del joven afirmaba que «esto va más allá de la política. Son vidas inocentes». Este sábado, el alcalde de la ciudad beduina de de Rahat, ha exclamado: «Qué noticias tan amargas: beduinos y judíos fueron tomados como rehenes juntos, lograron huir juntos en un esfuerzo por continuar con sus vidas y terminaron sus vidas juntos en este evento tan trágico».

Alon Shamriz. Reuters

Alon Shamriz es el «nieto que no está con nosotros», tal y como le describió su abuelo, Yoel Eshel, de 91 años, después de su secuestro del 7 de octubre. El joven aspirante a informático, el tercer rehén abatido por los militares israelíes este viernes en Gaza, residía a tres kilómetros de la Franja. Yoel le recuerda como un muchacho «muy simpático, muy dado a tratar con todos» y con quien resultaba «fácil hablar de toda clase de temas».

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En las fotografías aparece siempre sonriente. Una de ellas está tomada en Villa Devoto, en Argentina, de donde su abuelo partió en 1955 hacia Israel en busca de asentarse con su familia en la tierra de sus ancestros. Alon se la hizo durante un viaje a Sudamérica después de concluir su servicio militar. Yoel le pidió que visitara su localidad natal. Ahora abraza la foto. La otra imagen que sus allegados observan en este momento desde lo profundo del dolor es el emoji de un corazón, el último mensaje que Alon pudo enviar a su hermano mayor, Yonatan, durante la ofensiva de Hamás.

«Sos fuerte, te amo»

Los dos trabajaban en una carpintería de Kfar Aza. Alon vivía en una residencia de estudiantes. A las 6.30 horas del 7 de octubre, el instante en que el infierno abrió sus puertas en Israel, el joven saltó de la cama alertado por las sirenas antiaéreas. Su hermano, residente en otra zona del kibutz, ya se había puesto en marcha con su mujer y su hija de dos años a un refugio doméstico donde pasaron 22 horas encerrados. Yonatan le llamó por teléfono. Alon le contestó que no podía huir porque los milicianos estaban ya en el edificio. «Sos fuerte, te amo, quédate quieto», le dijo Yonatan. A continuación, el emoji del corazón repicó en su móvil. La comunicación se cortó. El móvil de Alon fue descubierto dos días después destrozado.

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Manifestación en Tel Aviv pidiendo el «regreso seguro» de los cautivos tras extenderse la noticia de la muerte de los tres rehenes. Reuters

El estudiante figuraba entre los 21 rehenes de nacionalidad argentina secuestrados por la milicia. Su cadáver ha sido conducido a Israel junto con el de otro compatriota, Ron Sherman, un sargento de 19 años secuestrado en un cuartel cercano a Gaza, cuya última imagen es la de la desesperación. Los milicianos le grabaron visiblemente inquieto y asustado en compañía de otros cautivos antes de llevárselos a Gaza. Antes de caer prisionero, envió a sus padres un mensaje en el que presagiaba su final: «Terminó todo, estoy terminado, los quiero mucho».

Sherman era sobrino de Leon Gieco, el veterano músico y cantautor argentino que hace semanas reclamó «una salida pacífica de este conflicto milenario y cruel». El cuerpo del sargento fue localizado por las tropas israelíes junto con el de un cabo, Nik Beizer, de 20 años, y el de un civil hecho prisionero durante el festival Supernova, uno de los objetivos principales de los terroristas en el que murieron o resultaron heridos centenares de jóvenes.

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