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En el peor momento de la incursión del 7 de octubre, cuando toda su unidad estaba siendo diezmada por terroristas, un grupo de mujeres resistió a Hamás cerca de la frontera con Gaza. Pertenecían al batallón Caracal, el primero en la historia de Israel en incorporar mujeres, y se movilizaron cuando todavía no se apreciaba la magnitud de la incursión terrorista y dos de los máximos jefes militares de la zona ya habían sido asesinados por los yihadistas.
Según el relato que está apareciendo en la prensa israelí, la teniente coronel Or Ben-Yehuda fue una de las primeras personas en comprender la escala del ataque. Reunió un grupo de soldados y se dirigió hacia el área de su base militar en la que ya había penetrado un grupo de yihadistas palestinos. En el camino, sobrevivieron a una lluvia de cohetes de Hamás. La oficial, junto con otro grupo de mujeres y un equipo de morteros comenzó a responder al fuego de los terroristas. Según ha trascendido, decenas de atacantes comenzaron a rodear a Ben-Yehuda y sus subordinadas. Varios helicópteros Apache sobrevolaron la zona para ayudar al batallón Caracal, pero ella rechazó la ayuda por el temor a que hiriesen a sus compañeras.
Durante más de cuatro horas, la unidad se enfrentó al grupo de terroristas que intentaban rodearlas. Al finalizar el día, un batallón de las fuerzas especiales israelíes llegó hasta el lugar y comenzó a limpiar la zona de atacantes, una misión que se alargó aún 14 horas más. En el batallón Caracal no hubo víctimas mortales, pero, según el recuento de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI), más de un centenar de yihadistas cayeron ante la defensa de Ben-Yehuda.
En los medios israelíes se está repitiendo el mensaje con el que la teniente coronel arengó a sus tropas en el momento más duro de la historia reciente de Israel. «Vamos a eliminar a los terroristas. La infiltración en Israel está ocurriendo y se está extendiendo. Manténganse alerta. Somos un escuadrón fuerte». Ben-Yehuda, además, ya era una heroína en Israel. En 2015 fue condecorada, cuando era capitana. Ella y una soldado resultaron heridas al ser atacadas por unos contrabandistas en la zona cercana al desierto del Sinaí pero consiguieron sobrevivir y pusieron en fuga a sus atacantes.
Poner el énfasis en el batallón Caracal cumple varios objetivos. Por un lado, en un momento en el que los servicios de seguridad y las FDI están siendo cuestionados por no haber sabido proteger su frontera sur ante la invasión de Hamás, se destaca la labor de un grupo de combate que sí consiguió parar a los yihadistas. Pero, además, se pone de relieve el papel de la mujer en el ejército, un tema de debate desde hace años. Además, enfatiza una cuestión que desde hace años está sobre la mesa en Oriente Medio: el papel activo de las mujeres en el enfrentamiento contra los islamistas, uno de los movimientos violentos que tiene la misoginia en su código genético.
El batallón Caracal fue creado en 2004 y se convirtió en la primera unidad que incorporaba mujeres a una unidad con operaciones en primera línea y que, por lo tanto, podía entrar en combate. Hasta ese momento, el papel de las mujeres militares estaba limitado a servicios en los que no corría riesgo su vida, y estaban obligadas a realizar un servicio militar de dos años, frente a los tres de los hombres. En 1995, sin embargo, la joven Alicia Miller presentó una demanda ante el Tribunal Supremo israelí porque le habían excluido del proceso de selección de los pilotos de aviones de combate. Ganó el litigio y el Gobierno tuvo que adaptarse a que las mujeres accedieran a unidades de primera línea. Sus primeros destinos fueron la aviación y la armada. En la última fase se incorporaron a la infantería y a las unidades blindadas, las que más riesgo corren en caso de conflicto.
El batallón Caracal contó con dos tercios de mujeres entre sus componentes. Las misiones que se le encargaron desde un principio fueron la vigilancia de la frontera con Egipto, un lugar peligroso por la presencia de contrabandistas e incursores de Hamás. Con el tiempo, dentro del Caracal surgió una unidad de francotiradores compuesta en exclusiva por personal femenino. Este tipo de cambios en el Ejército ha logrado que en seis años la presencia de las mujeres en las FDI haya aumentado un 160%.
En Oriente Medio existe otro grupo de mujeres que destacó en la lucha en el frente contra los yihadistas. Se trata de las Unidades de Protección Femenina, (YPJ, por sus siglas en kurdo). Esta unidad del Kurdistán estaba compuesta en exclusiva por personal femenino y se destacó en la región siria de Rojava por su enfrentamiento cuerpo a cuerpo con los yihadistas del Estado Islámico. Las YPJ se empeñaron a fondo en 2014 en la batalla de Kobane, una de las mayores ofensivas lanzadas por el EI, que fue derrotada por los kurdos en la citada ciudad. Las YPJ, con un fuerte componente musulmán en su seno, revelaron un papel diferente para la mujer en Oriente Medio, donde demostraron que podían defenderse y tomar parte activa en la protección de sus comunidades sin tener que estar subordinadas a los hombres.
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