Una palestina sale cubierta de polvo tras el bombardeo de su vivienda. AFP
Guerra total entre Hamás e Israel

Audios para describir el horror en la Franja

Médicos y trabajadores humanitarios locales graban mensajes que difunden para dar a conocer la gravísima situación de Gaza

Martes, 17 de octubre 2023

Khloud Jwefil asegura que no dispone de agua y electricidad, pero, sobre todo, lamenta su acceso my limitado a Internet, la única forma de comunicarse con el exterior, tal y como confiesa. «Estoy segura de que el otro mundo no sabe todo lo que está ... sucediendo aquí, en la Franja de Gaza», explica en uno de los audios que ha conseguido enviar a la oficina central de Oxfam, la ONG para la que trabaja. Como el resto de los suministros básicos, la información también se ha convertido en un bien muy escaso en aquel territorio palestino.

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Los testimonios grabados por personal adscrito a hospitales y organizaciones solidarias constituyen el único vínculo fiable con la zona tras la imposibilidad de los medios de comunicación de contactar directamente con los afectados. Las comunicaciones se han vuelto muy precarias y las ONG implicadas advierten que no será posible ese acceso en las próximas horas.

El inmediato agotamiento de los recursos es el mensaje que trasmiten todos aquellos a los que hemos accedido. Además, algunos como el doctor Mohammed Abu Mughaiseeb, coordinador médico adjunto de MSF, señala la incertidumbre que, asimismo, se ha apoderado de la población. «No sabemos qué pasará mañana ni a dónde iremos», confiesa. En su última aportación, fechada el lunes, afirma que aún disponen de comida, pero que no hay electricidad y resulta muy difícil conseguir agua potable porque fallan los sistemas de bombeo.

Los hospitales apenas funcionan porque gran parte del personal ha partido con sus familias al sur de la Franja. En torno a un millón de personas ha abandonado el sector septentrional para concentrarse en las saturadas poblaciones meridionales, aquellas colindantes con la frontera egipcia. «Apenas quedan medicamentos en los centros médicos y farmacias privadas», indica. «La situación es muy peligrosa». El combustible que permite el funcionamiento de estos centros se agotará en cuestión de horas, según las estimaciones divulgadas, o, posiblemente ya se ha apurado.

3.000 personas

han muerto, 10.000 han resultado heridas y hay más de 1.000 desaparecidos bajo las ruinas de los edificios, según fuentes gazatíes.

La mitad de los gazatíes sobrevive fuera de su hogar. Najla Shawa, asesora local de Oxfam, explica que veinte niños y sus madres duermen en una habitación. «Solo hay colchones para la mitad», reconoce, pero afirma que la situación es mejor en esa reducida superficie que en los grandes refugios donde se hacinan los recién llegados. «Simplemente sobrevivimos, el reto es el espacio y el acceso al baño», indica. También el reposo también resulta escaso ante la sucesión de deflagraciones cercanas. La energía está a punto de desaparecer y, por tanto, su voz, ya que los paneles solares de su edificio han dejado de funcionar.

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«Enterrados en fosas comunes»

Los últimos recuentos de víctimas hablan de 2.750 muertos, 10.000 heridos y más de 1.000 desaparecidos que se teme permanecen bajo las ruinas de los edificios alcanzados por los proyectiles. La desinformación ya no afecta tan sólo a los contactos con el exterior, sino también a la vida en el interior. «No se puede identificar a las familias enteras que han perecido y no han sido rescatadas de entre los escombros, pero tampoco a muchos cadáveres que siguen en las morgues», advierte Fida Alaraj, responsable de seguridad alimentaria y protección de Oxfam. «Cientos cuerpos son enterrados en fosas comunes».

Cien niños heridos permanecen en habitaciones de hospitales sin ningún apoyo familiar. Posiblemente, ellos son los únicos supervivientes de letales bombardeos. «¿Qué haremos con ellos?», se pregunta la especialista. Las preguntas sin respuesta se suceden. Los conductores de las decenas de vehículos con provisiones y camiones-cisterna con enseñas de las agencias de Naciones Unidas que se agolpan en el lado egipcio del paso de Rafah tampoco saben cuándo podrán cruzar la frontera. El Gobierno de El Cairo niega responsabilidades y achaca el bloqueo a la postura israelí de impedir la entrega.

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La población de Gaza está sumida en la oscuridad real y figurada. «No tenemos información», lamenta Najla Shawa. «Estamos en la total oscuridad. Tenemos muy poca información de la situación en general y hay cientos de miles de personas que están en circunstancias peores. Tú puedes escucharme a mí a través de este mensaje, pero imagina lo que no estás oyendo y eso es mucho más preocupante».

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