Un atentado contra una comisaría deja seis muertos en Irán

La Guardia Revolucionaria ha anunciado en un comunicado que el ataque ha sido un «golpe terrorista». Teherán suele emplear este término para referirse al Ejército de la Justicia, un movimiento separatista suní vinculado con la red yihadista Al Qaeda. Sin embargo, ningún grupo ha reclamado la autoría del atentado.

Aunque las primeras versiones informaban sobre un ataque suicida protagonizado por dos hombres cargados con cinturones explosivos que se habrían inmolado frente a la sede policial para que un tercero entrara y matara a los agentes, este relato fue desmentido por el vicegobernador de Seguridad de la provincia, Ali Reza Marhamati. El funcionario ha explicado que «la Policía logró controlar la situación gracias a su oportuna presencia en el lugar y neutralizó a los cuatro terroristas en la puerta de la comisaría». «Usaron granadas para entrar y no fue una operación suicida», ha aclarado a medios locales.

Sistán-Baluchistán, fronteriza con Pakistán y Afganistán, es uno de los principales territorios con rutas para el tráfico de drogas. Zahedan, de mayoría suní, había sido ya el pasado año escenario de violencia contra las fuerzas de seguridad. La muerte en septiembre de la joven kurda-iraní Mahsa Amini, bajo custodia policial por llevar supuestamente mal puesto el velo islámico, y la violación en octubre de una niña de 15 años a manos de un agente desataron protestas contra la comisaría que ayer fue atacada.

El 30 de septiembre, conocido como el 'viernes sangriento', unas 150 personas se manifestaron contra esta oficina policial. Entonces, la represión de las autoridades dejó más de 90 muertos, según Iran Human Rights.

La ONG también ha condenado la ejecución que ha tenido lugar este sábado de dos hombres por un ataque en octubre contra un santuario chií en Shiraz, en el suroeste del Irán.