El Departamento de Estado de EE UU ha anunciado el visto bueno para la venta a Israel de un paquete de armas de 20.000 millones de dólares (18.200 millones de euros) a apenas unas horas de que empiece este jueves una reunión de ... urgencia en busca de un alto el fuego en Gaza. En esa cita actúan como mediadores la Casa Blanca, Egipto y Catar, sede de la mesa negociadora. Tratan de acordar una tregua en la Franja entre Hamás e Israel. Quieren así, además de acabar con la masacre de la población palestina –la cifra de muertos roza los 40.000–, evitar que Irán ataque a Israel como represalia por el asesinato en Teherán del líder de Hamás Ismail Haniye.
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El arsenal ahora comprometido por la Ejecutivo de Joe Biden no llegará de inmediato a Tel Aviv. Es un contrato a largo plazo y una muestra más del respaldo estadounidense al Gobierno hebreo. El paquete incluye más de 50 aviones de combate F-15, misiles aire-aire de alcance medio avanzado (AMRAAM), munición para tanques y morteros de alta explosividad y vehículos tácticos. También hay kits de mejora para que el ejército hebreo modifique su flota actual de dos docenas de cazas F-15 con nuevos motores y radares. Las primeras entregas de armas y aviones llegarán como pronto en 2026 y la mayor parte tardará hasta 2019, según 'The Washington Post'.
«Estados Unidos está comprometido con la seguridad de Israel y es vital para los intereses nacionales ayudar a Israel a desarrollar y mantener una capacidad de autodefensa fuerte y lista. Esta venta es consecuente con esos objetivos», alegó en un comunicado el Departamento de Estado.
La Casa Blanca se mueve con cautela en las arenas movedizas de una opinión pública estadounidense que asiste con horror a la muerte de civiles en Gaza, en su mayoría mujeres y niños. La Administración de Biden había frenado la entrega a Israel de bombas de 900 kilos, pero siempre ha dejado claro su apoyo a Tel Aviv frente a Hamás, grupo al que considera una organización terrorista.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, agradeció a EE UU su «firme compromiso en palabras y hechos» con la seguridad de su país. «Estamos unidos en defensa del mundo libre», agregó. El ministro hebreo de Defensa, Yoav Gallant, destacó que este acuerdo contribuye al «mantenimiento de la ventaja militar israelí en la región».
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Esta venta coincide con la reunión que desde hoy trata en Catar de abrir una vía de paz en Oriente Medio. EE UU, Egipto y Catar intentan de nuevo que Israel y Hamás acuerden un alto el fuego en Gaza. El grupo palestino ya ha dicho que no va a enviar representantes a la cita y que se ciñe al plan de paz propuesto por Joe Biden a finales de mayo y que incluía la liberación de rehenes judíos y la excarcelación de presos islamistas. El Gobierno de Benjamín Netanyahu no parece dispuesto a soltar a los detenidos que considera más peligrosos.
Pese a las dificultades para pactar una tregua, la Casa Blanca, en palabras de Joe Biden, ha puesto su «esperanza» en esta reunión de Catar para sellar un alto el fuego y evitar de esta manera que Irán ingrese directamente en el conflicto de Gaza con un ataque sobre territorio israelí.
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Los últimos movimientos del Ejecutivo de Netanyahu no ayudan. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, anunció ayer la aprobación de un plan para la construcción de una nueva colonia en Cisjordania, en un terreno inscrito en el patrimonio mundial de la UNESCO y situado cerca de Jerusalén. El enclave está entre la localidad de Gush Etzion y la ciudad palestina de Belén. En Cisjordania hay 490.000 colonos judíos y tres millones de palestinos. La colonización de esta zona es uno de los grandes focos de tensión.
Y mientras Irán mantiene su amenaza de tomar represalias, Israel celebra el apoyo armamentístico de EE UU y los negociadores se esmeran en Catar para evitar una escalada bélica, la vida en Gaza se apaga. Cada jornada surge un testimonio devastador. Como el de Mohammed Abu Al-Qumsan. El sábado fue padre de gemelos. El martes acudió al registro para recoger los certificados de nacimiento. Allí le informaron de que su esposa y los dos bebés acababan de morir durante un ataque israelí que alcanzó el apartamento de Gaza donde se refugiaban. Asser y Ayssel, que así se llamaban los recién nacidos, estaban ya envueltos en mortajas blancas, la imagen que se repite a diario en la Franja desde hace ya diez meses.
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