Soldados rebeldes patrullan en su zona de ocupación en Monrovia durante la salvaje guerra civil. AP

Liberia juzga a los criminales de la guerra civil

250.000 muertos y casos de canibalismo ·

El nuevo presidente promueve la creación de un tribunal que cierre el atormentado pasado reciente del país

Sábado, 1 de junio 2024, 18:06

Liberia, que significa 'tierra de la libertad', es un país africano creado a finales del siglo XIX para albergar a los esclavos estadounidenses. Aquel retorno al origen de sus ancestros se convirtió en una historia atormentada por luchas tribales y guerras civiles que acabaron entre ... 1989 y 2003 con la vida de 250.000 personas. Liberia, escenario de una de las grandes matanzas del continente, ha sufrido un largo viaje al corazón de las tinieblas: muerte, mutilaciones, violaciones, niños soldado, canibalismo... Ahora, a propuesta de su recién elegido presidente, Joseph Baokai, la Cámara Baja del Parlamento promueve la creación de un tribunal que juzgue la larga lista de crímenes de guerra. Busca una catarsis que cierre la inmensa herida de este país que nació para liberar esclavos y que ha sido durante décadas una salvaje carnicería.

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«Ha llegado el momento de hacerlo. Es necesario que juzguemos nuestra historia reciente», declaró Dempsster Brown, jefe de la Comisión Nacional Independiente de Derechos Humanos de Liberia. Hasta ahora, las únicas condenas por los hechos sucedidos durante las guerras civiles han llegado en casos procesados en el extranjero: en Francia, en 2022, fue juzgado el excomandante rebelde Kunti Kamara y en Suiza, en 2021, fue declarado culpable de violación, asesinato y canibalismo otro mando rebelde, Alieu Kosiah.

Antes, en 2018, se conocieron las atrocidades cometidas por Mohammed Jabbath, conocido como 'Jungle Jabbah' y también como el 'Hannibal Lecter' africano. Un tribunal estadounidense, su país de nacimiento, condenó a este señor de la guerra a 30 años de prisión por sus crímenes. Según varios testigos, mandó cocinar el corazón de uno de sus enemigos y lo repartió entre su milicia. En África siguen latentes viejos odios tribales. Jabbath era uno de los líderes de la etnia mandingo, enfrentada a los krahn. Comer carne humana formaba parte de un listado de crueldades que incluía violaciones colectivas, amputaciones, asesinatos, ejecuciones y esclavitud sexual.

42 parlamentarios

de los 73 que componen la Cámara en Liberia aprobaron la resolución para juzgar los crímenes de guerra.

El Parlamento de Liberia da ahora el paso y afronta el terrible pasado de su país. La resolución para juzgar los crímenes de guerra fue aprobada por 42 de los 73 parlamentarios y solicita al presidente Boakai que trabaje de forma conjunta con Naciones Unidas y organizaciones internacionales para crear este tribunal. Aún hay miedo a levantar esa tapa y poner en cuestión la amnistía que ayudó a terminar con las matanzas. «Cualquier intento de deshacer ese instrumento legal (amnistía) que es la base de nuestra paz es un medio para fomentar la inestabilidad», dijo Prince Johnson, exlíder rebelde convertido en senador.

Liberia, que limita con Sierra Leona, Costa de Marfil, Guinea y el océano Atlántico, tiene algo más de 5 millones de habitantes. Sufrió hace diez una epidemia de ébola y disfruta hoy de un gobierno democrático que ha pasado con normalidad y sin casi incidentes de las manos del exfutbolista y Balón de Oro Georges Weah al nuevo presidente, Joseph Boakai, de 79 años. Nada más llegar al poder el pasado mes de enero, prometió luchar contra la corrupción, la pobreza y el tráfico de drogas. Y también dijo que iba a juzgar las atrocidades de las guerras civiles. En eso está. Y hay mucho que revisar.

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Territorio de esclavos

Creado a finales del siglo XIX, es un país pobre, y a la vez rico en diamantes, oro y caucho

Liberia es un país pobre y rico en diamantes, oro y el caucho con el que ruedan tantos vehículos occidentales. Su origen hay que buscarlo en Estados Unidos, en un hotel de Washington donde se fundó la Sociedad Americana de Colonización (ACS). El entonces presidente norteamericano, James Madison (1809-1817), se reunió con varios de sus antecesores y de los que iban a sucederle para buscar una salida a los negros que vivían en EE UU. Ya hacía tiempo que entre los esclavos crecía la ilusión de retornar a África. No es fácil establecer si la ACS era una organización antiesclavista o, simplemente, racista, como se pregunta un articulista de la BBC.

Tierras a cambio de ron

En 1821, la ACS compró en lo que hoy es Liberia una franja de terreno de 58 kilómetros de largo por 5 de ancho. El pago se hizo con ron, armas y víveres. Era el primer paso. Luego fueron ampliando el territorio. Los ciudadanos negros estadounidenses que se trasladaron a África mantuvieron sus hábitos y también el idioma. El inicio fue convulso por los conflictos provocados por la expansión del suelo ocupado y por la poca integración con la población nativa. En 1987, la colonia se declaró independiente. El éxodo continuó. En los años sesenta del pasado siglo llegaron nuevas oleadas de estadounidenses animados por el movimiento en favor de los derechos civiles de la población negra.

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Fosa común en un campamento militar a las afueras de Monrovia. AFP

Pero ese retorno a las raíces resultó dramático. A finales de los años ochenta, Liberia cayó en el pozo de una interminable y atroz guerra civil salpicada con golpes de estado. El país estaba dividido en etnias que se odiaban y, en paralelo, campaban a sus anchas la corrupción y la violencia mientras grandes multinacionales hacían negocio con las riquezas naturales.

Juicios en el extranjero

Hasta ahora, las únicas condenas han llegado en casos procesados en Francia y Suiza

El estallido del conflicto se produjo en diciembre de 1989, cuando surgió el Frente Patriótico Nacional para la Liberación de Liberia, encabezado por Charles Taylor y Prince Johnson, con la misión de derrocar al presidente Samuel K. Doel, que había llegado al poder tras un golpe militar. Las matanzas entre las etnias krahn y mandingo llenaron de sangre el país hasta 2003. Algunos de aquellos señores de la guerra han sido juzgados y condenados fuera de Liberia. Ahora, el Parlamento de Monrovia se atreve al fin a mirar cara a cara a su atormentado pasado.

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