La izquierda francesa promete más tasas para los ricos, más funcionarios y jubilación a los 60 años

El Nuevo Frente Popular (NFP), etiqueta con la que la izquierda se presenta a los comicios, anunció las cifras de su programa económico una semana después de llegar a un acuerdo sobre la repartición de circunscripciones para las elecciones legislativas.

Pese a sus diferencias ideológicas, los cuatro partidos de la coalición han tenido que llegar a pactos sobre un programa macroeconómico común en un tiempo récord, dado lo ajustado del calendario electoral.

La izquierda ha cifrado el coste de su plan económico para 2024-2025 en 125.000 millones de euros: 25.000 millones este año y 100.000 el próximo. El Nuevo Frente Popular calcula unos 150.000 millones de gasto a finales de 2027.

La alianza de partidos de izquierda denunció «el fracaso de la política económica, fiscal, presupuestaria y social» de Macron y la degradación de las finanzas públicas desde que está en el poder: el déficit público ha pasado del -2,3% del PIB en 2018 al -5,5% del PIB en 2025; la deuda pública ha crecido del 98,5% del PIB en 2018 al 109,9% en 2023, y la tasa de pobreza ha aumentado del 13,8% al 14,5% en 2021, denunciaron los cuatro partidos en una rueda de prensa conjunta.

El Nuevo Frente Popular se ha marcado tres prioridades: mejorar el poder adquisitivo de los franceses, sentar las bases de una planificación ecológica a largo plazo y mejorar los servicios públicos, que se han deteriorado, a su juicio, desde que Macron dirige el país. Socialistas, ecologistas, comunistas y La Francia Insumisa anunciaron que derogarán la reforma del subsidio de desempleo llevada a cabo por el presidente.

Una de sus medidas estrella será la subida masiva de impuestos a los ricos para cubrir el incremento de gasto que supondrá su programa económico sin aumentar el déficit. «Restableceremos inmediatamente el Impuesto sobre la Fortuna (ISF, en sus siglas en francés) con una componente climática», anunció el senador socialista Alexander Ouizille, que aseguró que esto permitirá recaudar 15.000 millones al año.

El presidente Macron eliminó el ISF cuando llegó al Palacio del Elíseo en 2017 y lo había transformado en un impuesto sobre la fortuna inmobiliaria con el objetivo de aumentar el atractivo de Francia en materia de inversiones. La oposición le acusa desde entonces de ser «el presidente de los ricos».

También gravarán los «superbeneficios» de las empresas. «Rentabilizan de forma desproporcionada las crisis y deben contribuir a arreglarlas», defendió Ouizille, quien cifró en 15.000 millones al año la cantidad a recaudar con esta medida.

Además, anunció que se pasará de 5 a 14 tramos en el impuesto sobre la renta para que sea más progresivo. «Haremos bajar los impuestos sobre la renta para los hogares por debajo de los 4.000 euros al mes, es decir el 92% de los franceses», precisó Ouizille. «Nueve de cada diez franceses pagarán menos a partir de 2025».

Sin alcanzan el poder, revocarán la reforma de las pensiones de Macron, que elevó de 62 a 64 años la edad de jubilación. En este punto, se comprometen a organizar una gran conferencia con los interlocutores sociales «para determinar colectivamente las condiciones para un regreso de la edad legal (de jubilación) a los 60 años».

El primer ministro, Gabriel Attal, atacó ayer los programas electorales de la alianza de izquierdas y de la extrema derecha, que calificó de «trituradoras para las clases medias». «Es gracioso explicar que vamos a hacer algo para mejorar el poder adquisitivo de los franceses al tiempo que se planean subidas masivas de impuestos», criticó.