Izkia Siches, una doctora para curar a Chile

Ella misma asegura que en la Universidad de Chile compartió clase con estudiantes de todos los estratos sociales, de diferentes ciudades, compañeros que acabaron siendo los primeros profesionales de sus familias y otros que seguían una tradición familiar. Allí fundó la Agrupación de Residentes Chile con la que pretendía reivindicar derechos laborales, maternales y seguros de salud que en ese momento carecían los médicos en formación. Tenía el alma política.

A los 31 años, tras un corto pasado por las juventudes comunistas, Izkia se convirtió en la primera mujer en presidir el Colegio de Médicos de Chile. «Los presidentes del Colegio de Médicos han sido hombres, blancos y en su mayoría conservadores. Yo soy mujer, joven, de izquierda, morena, de Arica, medio aimara, ojos achinados, crecida en Maipú, educada en un colegio picante que nadie conoce». Desde esta alta posición emergió la Izkia Siches política, la que comenzó a deslumbrar a los chilenos y a tener un rol social importante cuando el virus de la Covid llegó al país.

«Ella irrumpió en la política chilena en tiempo de la pandemia», confirma en conversación con este diario el periodista y escritor Patricio Fernández. «Se convirtió en una voz alternativa a la del Gobierno en las medidas que se iban tomando. Un personaje que era de izquierda, pero no aparecía como adscrita a un movimiento. Muchos sabían que tenía un pasado comunista pero no era un elemento en juego cuando ella hizo su aparición. Generó mucha confianza y se volvió una voz muy creíble».

En una sociedad machista, Izkia Siches fue la más valiente ante el gobierno de Sebastián Piñera. Estar al frente del gremio de los médicos del país le dio el derecho a declarar en conferencia de prensa que «la estrategia del gobierno ante la pandemia es un fracaso; dan datos incompletos, inconsistentes, hay una total falta de transparencia que no se había visto en la historia de la salud pública chilena». Su voz se sintió en todo Chile. Piñera creó una mesa asesora. La doctora aconsejó cerrar las regiones más afectadas y el pueblo creyó en ella.

Izkia pasó de tener 9.000 seguidores en las redes sociales a 324.000. Hoy ya tiene más de 500.000. La asociación de corresponsales en Chile la nombró personaje del año 2020, la revista 'Time' la destacó como una de las 100 líderes emergentes en el mundo. La expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, escribió una reseña para la revista en la que destacaba el liderazgo y potencial de Siches. Subrayó que su empatía, capacidad y credibilidad invitaban a una discusión pública sobre una posible carrera presidencial, opción que ella descartó.

No dejó de sorprender Izkia Siches. Tres semanas antes de la segunda vuelta de las elecciones a la presidencia, Gabriel Boric, que había perdido en la primera con el candidato derechista José Antonio Kast, la nombró jefa de su campaña. Hizo una gira visitando comunas importantes del país, llenó calles y plazas, allá donde iba la gente coreaba «ministra de Salud». «Acababa de tener una hija y demostró una fuerza e influencia muy grande especialmente del norte del país de donde ella proviene. Era una fuerza política que sumaba al candidato», señala Patricio Fernández. Muchos analistas fundamentan el triunfo de Boric en el impulso que le dio a la campaña Izkia. De ahí el reconocimiento como mano derecha del presidente.

Los desafíos

Ahora, al frente de Interior y Seguridad Pública, Izkia Siches afronta varios desafíos importantes. Olga Toro, poetisa, profesora y natural de la comuna de Carahue, en conversación con este diario destacó el conflicto que vive la Araucanía, militarizada por Piñera: «La militarización no ha servido para nada, todo lo contrario», dice otorgando razón a Siches. «Será uno de los puntos más complejos de abordar para Izkia. Ella es valiente. Es una líder, no está marcada, hay mucha confianza en que ponga el contrapeso en el gobierno, pero será una tarea difícil por el machismo que existe en este país y la derecha, tremendamente herida como está, le va a dar con todas», añade Toro.

La seguridad en Santiago, donde han aumentado las armas, la delincuencia y los crímenes, la aprobación de la nueva Constitución, serán otros retos importantes de la primera mujer ministra del Interior en Chile, considerada hoy un personaje potente, con gran personalidad, con una voz que marca. «Ella no pertenece al riñón del grupo de Boric, no es una amiga histórica de la generación del Frente Amplio que es la que ha llegado al gobierno tras el movimiento estudiantil del 2011. Ella es de otra laya», concluye el escritor Patricio Fernández.