Asistentes presenciales a la Cumbre Iberoamericana en Andorra

Iberoamérica une fuerzas por la vacuna

Los líderes de la región apuestan en la cumbre de Andorra por un reparto equitativo de los sueros y una reconstrucción que no deje a nadie atrás | Sánchez anuncia que España donará, antes de que acabe el año, 7,5 millones de dosis a América Latina

Ivia Ugalde

Miércoles, 21 de abril 2021, 20:44

on un solemne minuto de silencio por los más de tres millones de muertos que se ha cobrado en el mundo el coronavirus, los países iberoamericanos celebraron ayer una cumbre histórica. En la pequeña localidad andorrana de Soldeu, rodeada de estaciones de esquí y nevadas ... cumbres, se dieron cita en formato semipresencial los jefes de Estado y de Gobierno para abordar la grave emergencia sanitaria que devora, sobre todo, a Latinoamérica. El mensaje fue claro: apoyar sin fisuras un reparto equitativo de las vacunas para que puedan llegar también a los más desfavorecidos y trazar el camino de una recuperación inclusiva.

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Andorra, como país anfitrión, inauguró un encuentro que estaba previsto para el pasado noviembre pero decidieron aplazarlo a abril, con la esperanza de que para entonces pudieran acudir todos los mandatarios. No pudo ser. Ayer, los únicos que posaron en la foto de familia, a distancia y con mascarillas, fueron los presidentes de Guatemala y República Dominicana, por ser las sedes de la anterior y la próxima cumbre, así como los jefes de Gobierno del Principado, Portugal y España, también representado por el Rey, Felipe VI. El resto de dirigentes, salvo seis que optaron por no participar, intervinieron por vía telemática.

La Cumbre Iberoamericana, que en su 27 edición ha conmemorado sus tres décadas de historia, se convirtió en un debate que giró en torno a la necesidad de que las vacunas lleguen a los más desfavorecidos, como es el caso de Latinoamérica, donde el mecanismo Covax promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) apenas ha entregado tres millones de dosis en una región con más de 600 millones de habitantes. Esta situación ha provocado un gran enfado en los líderes de la zona al constatar las grandes desigualdades respecto a los Estados más desarrollados.

«La pandemia de la covid-19 marcará la historia del siglo XXI y el rumbo de toda la civilización. La esperanza son las vacunas pero de nada servirán si no llegan al brazo de todos los habitantes del planeta», advirtió ayer el primer ministro andorrano, Xavier Espot, al incidir en que solo así podrá lograrse la inmunidad de grupo. Rebeca Grynspan, la secretaria general de Iberoamérica y única mujer presente en la cumbre, instó a la solidaridad para una «recuperación transformadora» antes de dar la palabra a los mandatarios.

Agonía en Latinoamérica

Para intentar corregir los desequilibrios en la distribución de los sueros, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció que donará, antes de que acabe el año, 7,5 millones de dosis a América Latina, sin que se vea por ello afectado a nivel nacional el calendario y los objetivos de inmunización. Tanto él, como el dirigente andorrano y su homólogo luso, se mostraron conscientes de la agónica situación que atraviesan los países sudamericanos, la segunda región más enlutada del planeta con 873.000 fallecidos y 27,4 millones de contagios y donde Estados clave como Brasil, México, Colombia y Argentina afrontan con la llegada de la tercera ola un incremento dramático de muertos e infectados.

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El presidente dominicano, Luis Abinader, muy crítico con la situación, denunció el «acaparamiento» de vacunas de los países más desarrollados, que las niegan «de manera lamentable e injusta» a los territorios menos favorecidos. Su par guatemalteco, Alejandro Giammattei, exigió que su acceso sea «universal» y «equitativo». Mientras numerosas voces como la del mandatario argentino, Alberto Fernández, abogaron por una reconstrucción de «consensos», que incluya « a los más vulnerables» para evitar una década perdida en la región.

Plantón de Maduro y Ortega

La gran expectación que había generado la anunciada presencia de Nicolás Maduro, por vía telemática, en la Cumbre Iberoamericana se esfumó este miércoles abruptamente al dar plantón el presidente venezolano en el último momento. Como él, su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega, se borró de la cita pocas horas del comienzo de una sesión plenaria que ya contaba con las sonadas ausencias de los mandatarios de Brasil, México, Paraguay y El Salvador.

El hecho de que Maduro compareciera en la reunión despertaba interés, a la par que una gran polémica, ya que su legitimidad es cuestionada por la mayoría de los países participantes, que reconocen como presidente interino de Venezuela al líder opositor Juan Guaidó. Este grupo contrario al régimen de Caracas, a los que se unió el PP, había pedido incluso a Andorra que el invitado fuera Guaidó y no el dirigente bolivariano.

Maduro, finalmente, y sin mediar mayor explicación optó por delegar su representación en la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez. Pero las formas en que se hizo a un lado de la cumbre con tan poca antelación no estuvo exenta de críticas y reproches. Entre ellas, la del líder del PP, Pablo Casado, quien calificó de «bochorno» para el Gobierno español que, tras invitar al «dictador», éste haya «despreciado» acudir.

En cualquier caso, cabe recordar que los presidentes de Venezuela y Nicaragua han sido bajas habituales en las cumbres iberoamericanas. Además, no es la primera vez que Maduro genera expectativas sobre su presencia para cambiar de opinión a última hora. Ya en el anterior encuentro, celebrado en 2018, decidió hacer lo mismo y delegar la representación en su canciller, Jorge Arreaza, pese a que ya había confirmado su asistencia.

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