Felipe VI visita a los soldados españoles desplegados en el Báltico ante la amenaza de Rusia

Felipe VI aterrizó en Tallín, capital de Estonia, acompañado por el comandante del Mando de Operaciones, el teniente general Francisco Braco. Margaritas Robles, ministra de Defensa, se incorporará a la expedición española el martes, último día de esta visita oficial.

El objetivo inicial del viaje, planificado en abril, era que Felipe VI estuviera con los soldados españoles que se encuentran en la lado báltico de la muga con Rusia. Luego, el interés de los presidentes de las tres exrepúblicas soviéticas –miembros ahora de la Unión Europea y la OTAN– por reunirse con el monarca amplió la agenda de la visita, ya de carácter institucional.

En Tallín, Felipe VI fue recibido con honores militares por Alar Karis, el presidente de Estonia, donde España tiene un contingente de 650 soldados. En el palacio de Kadriorg, mantuvieron una reunión para intercambiar impresiones sobre las relaciones bilaterales y abordar la situación de seguridad en la región ante la amenaza de Rusia. El Rey estuvo luego en el Parlamento. Antes, se desplazó al puerto de Tallín, donde está el buque portaaeronaves 'Juan Carlos I', que junto con la fragata 'Blas de Lezo' ha participado en el ejercicio que la OTAN desarrolla cada año en el Mar Báltico (Baltops).

En esas maniobras ha intervenido el Grupo de Combate Expedicionario 'Dédalo24', que cuenta con aviones Harrier AV8B+ y helicópteros AB-212, además del Batallón Reforzado de Desembarco de Infantería de Marina.

El lunes, ya en Lituania, el Rey será recibido por el presidente del país, Gitanas Nauseda. Después visitará la base de Siauliai, donde las tropas españolas participan en la misión de la OTAN denominada Policía Aérea del Báltico (BAP). Felipe VI conocerá las instalaciones de los hangares de reacción rápida y simulacro 'Tango Scramble', donde se realizan entrenamientos para interceptar aviones enemigos. El monarca mantendrá un encuentro con el contingente español, compuesto por 190 soldados y que dispone de ocho cazas F-18.

La gira real concluirá el martes en Letonia. Tras una reunión con su presidente, Edgars Rinkevics, Felipe VI asistirá a una ofrenda floral en el Monumento a la Libertad. Antes de iniciar el viaje de regreso, el monarca se desplazará a la base militar de Adazi, donde otro contingente de las fuerzas armadas españolas forma parte del despliegue de la OTAN bautizado como 'Presencia Avanzada Reforzada'. En la actualidad, y tras recibir un refuerzo de 200 efectivos, cuenta con 620 soldados, más carros de combate 'Leopard 2E', vehículos de infantería 'Pizarro' y 'Zapadores', transportes oruga acorazados, morteros pesados y misiles contra carro 'Spike'. A este arsenal se añade la instalación de una Unidad de Defensa Antiaérea en la base de Lielvardes.

Los tres países bálticos, que en total suman cinco millones de habitantes, asisten con preocupación a la invasión rusa de Ucrania, tan cercana. Apenas cuentan con ejército. España lleva años enviando tropas a esa zona, que ahora se han vuelto permanentes. La visita de Felipe VI envía un mensaje de apoyo y solidaridad con tres Estados que se ven amenazados y que piden a los otros miembros de la OTAN una reconfiguración de la estrategia defensiva de la Alianza en esta región, que se siente vulnerable desde que en 2022 Rusia iniciara la invasión de Ucrania.

Ningún miembro del Gobierno español acompañó a Felipe VI en el inicio de la gira por los países bálticos. Tampoco se desplazó al final y por indisposición el jefe del Estado Mayor, Teodoro Esteban López de Calderón. Hasta el martes no llegará la ministra de Defensa, Margarita Robles, que había descartado el viaje por motivos de agencia. Lo mismo alegó el titular de Exteriores, José Manuel Albares. Fuentes del Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez argumentaron al principio que se trata de una visita a las tropas y no un viaje de carácter institucional. Luego, tras la polémica, se anunció la presencia de Robles en la última jornada.