Zelenski destituye al jefe de las Fuerzas Armadas tras sus encendidas discrepancias

Zelenski dedicó este jueves su habitual discurso vespertino a anunciar su decisión de destituir a Zaluzhni. «Hoy, un nuevo equipo de mando comienza a dirigir las Fuerzas Armadas de Ucrania», dijo a través de las cámaras de televisión. En su alocución subrayó que «he nombrado al general Oleksánder Sirski» para el cargo que queda vacante. Sirski, de 58 años, ha venido ocupando la jefatura del ejército de tierra y su nombre es el que más había sonado en los últimos días como posible sustituto de Zaluzhni.

Zelenski precisó que «tuve una conversación franca con los generales con experiencia demostrada al servicio del Estado». «El año 2024 podrá ser exitoso para Ucrania sólo si se realizan cambios efectivos en el núcleo de nuestra defensa», agregó. Después dio las gracias a Zaluzhni por «cada victoria».

El jefe del Estado quiso dar a entender que el motivo del cese del general fue el fracaso de la ofensiva de verano en el frente sur. «Debemos decir honestamente: la sensación de estancamiento en las direcciones del sur y las dificultades en las batallas en la región de Donetsk han afectado el estado de ánimo de la sociedad. Los ucranianos cada vez se inclinaban menos a hablar de victoria (...) pero este año deberá ser el año en que cada soldado ucraniano deberá estar seguro, como antes, de que es capaz de alcanzar la victoria».

El mandatario aseguró que otros cinco generales y coroneles están siendo considerados para puestos de liderazgo en el ejército» y «servirán bajo el mando del comandante ucraniano más experimentado», en referencia a Sirski. «Él tiene una experiencia exitosa en el frente: dirigió la operación de defensa de Kiev. También tiene una experiencia brillante en la operación para la liberación de la región de Járkov», aseguró .

Efectivamente, Sirski estuvo al frente del dispositivo para repeler los ataques rusos en los primeros días de la guerra en sus intentos de hacerse con la capital del país. Después, organizó una poderosa contraofensiva en el noreste de la región de Járkov en el otoño de 2022. Nació en el pueblo de Novinki, en la región rusa de Vladímir, pero desde 1980 ha vivido en Ucrania. Se graduó en la Escuela Superior de Mandos de Moscú y comenzó su servicio en el ejército ucraniano en 1986 como comandante de un pelotón de fusileros motorizados.

El asesor de la Presidencia, Mijaílo Podoliak, explicó los fines de la anunciada reforma de la cúpula militar. Se trata, señaló, de «reconsiderar las tácticas de acción que no dieron el resultado deseado el año pasado», así como «evitar el estancamiento en la línea de combate, que la sociedad percibe negativamente» o «hallar nuevas soluciones funcionales, incluyendo el uso de altas tecnologías para retener y desarrollar la iniciativa en el campo de batalla».

Sin embargo, al carismático alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, la decisión de Zelenski, con quien mantiene desde hace tiempo unas relaciones más bien tensas, no le ha gustado nada y tampoco considera convincentes sus explicaciones. «Espero que las autoridades justifiquen tales cambios ante la población en un momento en el que continúan intensos combates en el frente y es necesario seguir manteniendo una cooperación efectiva con los socios extranjeros», dijo Klichkó en Telegram. Según su opinión, «la sociedad unida requiere autoridades en las que confiar».

A principios de semana, el alcalde capitalino ya se pronunció contra la dimisión de Zaluzhni. «Espero que las autoridades comprendan la plenitud de su responsabilidad. Porque hoy, cuando Ucrania lucha literalmente por su existencia, lo principal es la eficacia en el combate, la coherencia dentro del ejército y la unidad de la sociedad».

Zelenski insinuó el pasado fin de semana por primera vez que estaba pensando en deshacerse de Zaluzhni. «Hace falta reiniciar, un nuevo comienzo», declaró. En una entrevista que Zaluzhni dio a principios de noviembre a 'The Economist', aseguró sorpresivamente para todos que «la situación en el frente ha llegado a un callejón sin salida» y que una guerra de trincheras «podría prolongarse durante años». Sus palabras fueron desautorizadas de inmediato por el presidente.