Vuelve a su casa en Gran Bretaña el adolescente secuestrado seis años por su madre

La Policía de Mánchester ha advertido a los medios que Batty, de 17 años –cumplirá 18 en marzo–, es una persona con identidad protegida por la Justicia, y que es un delito obtener o publicar imágenes hasta que él y la familia quieran comparecer en público. Fue acompañado en el viaje por dos agentes para evitar el contacto con medios de comunicación oportunistas en aviones o aeropuertos.

Fabien Accidini, el estudiante francés de quiropráctica que le invitó a subir a su furgoneta cuando le vio a las tres de la madrugada caminando por el borde de una carretera bajo la lluvia, contó al diario 'The Times' que el muchacho se empeñó en ayudarle a descargar las cajas de medicinas que reparte a las farmacias de esa comarca pirenaica, donde Batty habría habitado al menos dos años.

Era el tramo final de un periplo con su madre y su abuelo, al parecer fallecido hace seis meses, en busca de una vida entendida como natural. El joven pasó los últimos años en una granja en Gite de la Bastide, cerca de Quinlan y a unos 25 kilómetros de donde fue encontrado. Durante las cuatro jornadas previas a ser rescatado caminó de noche y durmió de día.

Alex había intentado matricularse en un colegio local. Era un signo de que echaba de menos la vida con su abuela y tutora legal, que le crio mientras su hija y su exmarido se entregaban a una vida nómada.

La abuela, Susan, se ha expresado con dureza sobre su hija Melanie en el diario 'The Sun'. Afirma que fue una joven rebelde que les dio muchos problemas. Siguió a su padre cuando este, David, decidió tener una vida espiritual lejos de las rutinas del trabajo y tras someterse a una terapia por problemas de salud. Melanie había perdido la responsabilidad parental de su hijo antes de llevárselo ilegalmente tras unas vacaciones en Málaga.