T. Nieva
Domingo, 17 de diciembre 2023, 21:09
Las primeras proyecciones de las elecciones parlamentarias en Serbia mostraban una cómoda ventaja del partido SNS, del presidente serbio, Aleksandar Vucic, con el 46,6 % de los votos, según informó la televisión Insajder. Eso supondría obtener 125 de los 250 escaños del Parlamento. Roza la ... mayoría absoluta.
Publicidad
Mediado el escrutinio, le seguía a mucha distancia la coalición opositora Serbia en contra de la Violencia (SPN), con el 23 %, según la estimación basada en cálculos de la ONG Centro para las Elecciones Libres y la Democracia (CeSID) y la agencia demoscópica Ipsos.
Los serbios votaron entre continuidad o un futuro desconocido. Son los extremos de la balanza que ayer animaron a 6,5 millones de electores a decidir la composición del próximo Parlamento en las elecciones legislativas serbias; los decimocuartos comicios a la Cámara que se celebran en uno de los países más pobres de Europa, azotado por una inflación disparada y cuyas legislaturas acostumbran a durar dos años o menos.
Hubo una amplia expectación. A las cinco de la tarde el 47,2% de los ciudadanos había dejado ya su papeleta; una cifra importante si se tiene en cuenta que en las anteriores legislativas la participación total se quedó en el 58,8%. La población serbia residente en el norte de Kosovo no pudo votar en sus propios municipios ante la falta de acuerdo de sus autoridades con las de Belgrado. Fue necesario habilitar cabinas en las localidades próximas a la frontera –Vranje, Kursumlija, Raska y Tutin–, donde se registraron fuertes atascos de tráfico por parte de los electores que deseaban ejercer su derecho. Muchos serbokosovares prefirieron viajar en autobuses de madrugada.
La volubilidad de la política nacional se refleja en la frecuencia con la que se instalan las urnas. Las anteriores legislativas tuvieron lugar en abril de 2022 y revalidaron al Partido Progresista Serbio al frente de la institución. Ocupó 120 de sus 250 escaños. Se trata de la formación del presidente Aleksandar Vucic. Su partido asume la complicación de recuperar el techo de 188 escaños logrado hace tres años.
Publicidad
Vucic acudió a su centro electoral solo, guardó cola y entretuvo la espera conversando con unos vecinos de su barrio que también aguardaban turno. La oposición calificó la escena de montaje populista para tratar de demostrar al electorado que es un hombre corriente.
Poco antes del cierre de los colegios, la formación presidencial manejaba unas previsiones óptimas. Los sondeos previos le daban una ventaja del doble de apoyos respecto a Serbia contra la Violencia, un movimiento renovador que agrupa a toda la oposición, nacido del descontento ciudadano y de los dos tiroteos que conmocionaron al país el pasado mes de mayo, con diecisiete víctimas mortales, nueve de ellas en un colegio de Belgrado.
Publicidad
Vucic no ha aparecido en la lista de 2.817 candidatos que concurrían en busca de un escaño, ya que estos comicios no eran presidenciales, pero ha sido omnipresente en la campaña y algunos analistas creen que ha enfocado la cita como un termómetro de la aceptación pública a sus políticas. El mandatario aspira a afianzar su presidencia e incluso ampliar su poder en otras administraciones. En Vojvodina también se disputaron los 120 escaños del Parlamento provincial, mientra Belgrado, Kragujevac y otra sesentena de municipios renovaron el gobierno local.
La ventaja del Partido Progresista parece sorprendente dada la indignación de los serbios con la crisis económica y una inflación del 8% en noviembre, tres puntos menos que en los meses anteriores. También siguen frescas las heridas de la guerra y la disolución de Yugoslavia y existe una tensión creciente con Kosovo, la exprovincia serbia que en 2008 se declaró independiente. A finales del año pasado, Kosovo desplegó sus fuerzas en la frontera en el contexto de la famosa 'guerra de las matrículas' y Serbia respondió con la solicitud a la OTAN de enviar sus propias tropas, a lo que la Alianza se negó. Curiosamente, este conflicto apenas ha ocupado espacio en la campaña.
Publicidad
Tampoco la invasión de Ucrania ha acaparado el debate, aunque sí ha servido para consolidar las posiciones. El partido presidencial es afín a Rusia mientras que la alianza opositora, con sus matices, ha mostrado un talante más europeísta.
Vucic ha prometido aumentar el salario mínimo y las pensiones y manejado como nadie el mensaje del miedo. «No se trata de mí, de mi deseo de permanecer en el poder. Se trata de que lo destruyan todo. Nos llevaría veinte años repararlo todo», exclamó en un mitin en alusión a los renovadores, que han criticado especialmente el deterioro económico del país.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.