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El mundo ha cambiado mucho en los últimos cuatro años. En ese tiempo la Unión Europea (UE) ha hecho frente a la pandemia del Covid-19 y a la agresión rusa a Ucrania, al tiempo que ha avanzado en la descarbonización y la digitalización de ... su economía. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha dirigido al pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo este miércoles para hacer balance de su labor en el Ejecutivo comunitario, en un Discurso sobre el Estado de la Unión en el que ha destacado que «la ampliación de la UE debe ser un catalizador del progreso». La política alemana también ha lanzado una advertencia a China y ha anunciado que Bruselas iniciará una investigación en torno a las subvenciones que reciben los vehículos eléctricos provenientes de este país.
Von der Leyen ha llevado a cabo un repaso a la legislatura, con la vista puesta en el futuro, pero sin deslizar ninguna pista sobre si se presentará o no a una posible reelección. Ante la invasión rusa de Ucrania, la sociedad internacional respondió con «el nacimiento de una unión geopolítica de apoyo a Kiev y seguiremos apoyándola en cada paso del camino». Parte de esa ayuda vendrá con la extensión de la protección temporal a los ucranianos en la UE mientras Bruselas mantiene puesta la mirada en la candidatura de este país para acceder al bloque. No obstante, la dirigente admitió que será preciso «garantizar» que los Veintisiete actúan con unidad ante este objetivo, consciente de las reticencias de algunos gobiernos a admitir de forma exprés a Kiev, que afronta por su parte grandes retos como el de la eliminación de la corrupción institucional o el avance hacia modos más democráticos.
«No es un camino fácil. La entrada en la UE se basa en los méritos y la Comisión Europea siempre defenderá este principio. Hará falta un trabajo duro y liderazgo», ha destacado Von der Leyen, sin dar una fecha aproximada de cuándo la exrepública soviética ingresaría en la UE, pero convencida de que la Unión camina en la dirección de convertirse en una organización con más de treinta miembros, incluidos Ucrania, Moldavia y los Balcanes. De hecho, la candidatura de Kiev ha abierto también la puerta a la posible entrada de Moldavia y Georgia en el bloque y ha reactivado las aspiraciones de países como Serbia, Albania, Bosnia Herzegovina y Turquía. «Creo firmemente que esta ampliación debe ser un catalizador del progreso», ha apuntado antes de sugerir la posibilidad de modificar los Tratados en el futuro.
Sin embargo, «no debemos esperar a esos cambios para la ampliación», ha añadido Von der Leyen, insinuando que los socios deberían guiarse por el mismo espíritu de cohesión que guió la creación de los fondos de recuperación o la adquisición conjunta de vacunas anticovid. «Nos guiará la convicción de que completar nuestra Unión es la mejor inversión en paz, seguridad y prosperidad para nuestro continente», ha subrayado.
A pesar de sus referencias a Ucrania, en el discurso de la líder comunitaria han pesado con mayor intensidad otros argumentos. Así, en el prolongado tiempo que ha dedicado a resumir su gestión de los últimos años se ha dejado traslucir la influencia de las cercanas elecciones previstas en 2024 para elegir a los próximos responsables institucionales de la Unión y miembros de la Eurocámara. Eso sí, en esta parte de su alocución tiene más importancia lo que no ha dicho que lo que ha explicado, pues no ha deslizado pista alguna sobre si volverá a presentarse a su cargo para dirigir la Comisión hasta 2029.
También han ocupado un espacio específico los retos futuros de la UE; en especial, la competitividad, la cuestión migratoria, los derechos sociales y el cambio climático que, como ha recordado, se ha hecho evidente este verano en el Viejo Continente con inundaciones e incendios. En un panorama internacional complejo, Von der Leyen ha advertido que la UE debe seguir aumentando su independencia de China. «Es vital mantener el diálogo y la comunicación con China, pero debemos reducir riesgos». La política alemana ha destacado que hay materias, como el cambio climático, en las que la UE esta obligada a entenderse y cooperar con el gigante asiático. En otras, como la dependencia de materias primas y de ciertos componentes tecnológicos, los Veintisiete trabajan ya para mejorar su producción propia y buscar nuevas vías de abastecimiento, con pactos con Estados Unidos, Japón y Australia, entre otros. En resumen: la UE debe reducir riesgos, sin desacoplarse totalmente. «Esa será la estrategia que defenderé en la cumbre UE-China», ha afirmado Von der Leyen.
La economía europea enfrenta, además, tres enormes desafíos: la falta de mano de obra cualificada, la elevada inflación y la necesidad de facilitar la actividad a las compañías. «La falta de personal cualificado es un cuello de botella en nuestra competitividad», asegura la alemana, quien apuesta por mejorar el acceso al mercado laboral de los jóvenes y de las mujeres. «Europa también necesita migración cualificada», ha añadido.
Los elevados precios han sido un quebradero de cabeza para el Banco Central Europeo, que ha elevado los tipos de interés al 4,25% -su mayor nivel en los últimos 15 años- para contener la inflación. «Sabemos que llegar al objetivo del BCE del 2% llevará cierto tiempo. La buena noticia es que el precio de la energía ha descendido. Muchos creyeron que no pasaríamos el invierno sin el gas ruso. Se equivocaron».
En cuanto a la migración, Von der Leyen ha reconocido que Europa «necesita actualizar urgentemente su legislación». Bruselas apuesta por la cooperación con los países de origen y entre los Estados miembros para lograr un nuevo Pacto sobre Migración y Asilo «que equilibre la protección de las fronteras y de las personas». «Es posible lograr un acuerdo. Nunca hemos estado tan cerca como ahora. El Parlamento Europeo y el Consejo tienen una oportunidad histórica para lograrlo», ha destacado.
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