Victoria 'sísmica' de los laboristas en Escocia

La elección de un nuevo diputado en Rutherglen y Hamilton Oeste es la primera provocada en la historia escocesa por el procedimiento de rechazo de los electores a quien ocupa el escaño. El 15% de los votantes apoyó la destitución de la independentista Margaret Ferrier, por incumplimiento de las reglas de aislamiento físico para contener la pandemia del Covid.

El laborista Michael Shanks recibió el 58,6% de los votos registrados en la noche del jueves, con un aumento del 24% con respecto a los que recibió el candidato laborista en 2019. El SNP desciende un 16,7%, y los conservadores pierden el depósito que los candidatos deben entregar para presentarse a la elección (577 euros). Obtuvieron el 3,9% de los votos, por debajo del umbral del 5%.

El líder laborista, Keir Starmer, copió a su colega en Escocia, Anas Sarwar, el calificativo de «sísmico» para describir lo ocurrido. Se achaca en parte al voto táctico de votantes unionistas, que dan su papeleta al favorito para desbancar a los independentistas. La participación, del 37,2%, es muy baja pero habitual en elecciones para sustituir a un diputado.

Los laboristas obtuvieron un solo escaño escocés en las elecciones de 2019, confirmando la desaparición de una base electoral histórica en la última década. La cuestión es si la crisis del independentismo -con el SNP cambiando de líder e investigado por un posible fraude en sus finanzas y el movimiento dividido sobre las estrategias para celebrar un nuevo referéndum- dará al laborismo un retorno significativo en votos y escaños.

El Partido Laborista comenzará su conferencia anual este fin de semana en Liverpool. Se espera que Starmer adelante ideas del manifiesto electoral de 2024, para responder a las aireadas el miércoles por el líder conservador, Rishi Sunak. Recuperar escaños en Escocia es una buena noticia para el partido de la izquierda, a quien la firma YouGov ha dado ventajas entre 21 y 16 puntos en la intención de voto, en las dos últimas semanas.