Secciones
Servicios
Destacamos
Beatriz Juez y J. Gómez Peña
Jueves, 6 de junio 2024, 14:54
A un paso de la elecciones europeas y tras más de dos años del inicio de la invasión rusa de territorio ucraniano, Occidente celebró este jueves el 80 aniversario del Día D, del Desembarco de Normandía que el 6 de junio de 1944 derribó el ... muro defensivo de la Alemania nazi e inició la derrota del régimen de Adolf Hitler. Cerca de 250 supervivientes de aquella gigantesca operación militar de las tropas aliadas recibieron un emocionante homenaje de grandes mandatarios internacionales reunidos en el norte de Francia. Los veteranos rondan o superan los cien años. Cada vez quedan menos, pero sostienen su mensaje: «No estoy especialmente orgulloso de lo que hice, pero si tuviera que volver a hacerlo, lo haría. Estoy feliz de nuestro sacrificio para que otros pudieran tener una buena vida», dice John Mines, que ya tiene 99 años. Walter Stitt, que en julio cumplirá 100, añade: «Hay cosas por las que merece la pena luchar. Aunque desearía que hubiera otra forma de hacerlo que no fuera intentar matarnos los unos a los otros. Un día aprenderemos, pero yo ya no estaré aquí para verlo». Aquella masacre le dejó un deseo eterno de paz.
Noticia relacionada
Los dos estaban allí hace 80 años. Los servicios secretos nazis no esperaban un ataque así en aquel lugar y, menos, en aquella fecha con mala mar. Juan Pujol, 'Garbo', un espía catalán, les había engañado dirigiendo su mirada hacia Calais. Por sorpresa, una avalancha de 5.000 barcos, 150.000 soldados y 50.000 vehículos invadió las playas normandas de Omaha, Utah, Gold, Sword y Juno. El veterano John Mines no ha olvidado ni un detalle de aquel infierno anfibio. Su barcaza le dejó cerca de la arena mientras silbaban las balas de las ametralladoras alemanas. Corrió hasta unas rocas, se protegió. Presa del pánico, sacó un cigarro y le pidió una cerilla al soldado agazapado a su lado. No hubo respuesta. Le faltaba la cabeza. Tenía 19 años y le habían mandado allí por su apellido, Mines, para limpiar la playa de minas.
«Tuve mucha suerte. Un proyectil explotó a un metro de mí», recordó este jueves ante personalidades como el rey de Inglaterra, Carlos III, y los presidentes de Francia, Emmanuel Macron; de Ucrania, Volodímir Zelenski, y de Estados Unidos. Joe Biden habló ante las hileras blancas de las tumbas del cementerio de Colleville-sur-Mer, donde están enterrados 9.500 soldados norteamericanos. «Diferentes razas, diferentes creencias, pero todos estadounidenses que sirvieron con honor cuando su país y el mundo los necesitaba más», subrayó. Quienes estuvieron en Normandía «sabían, más allá de toda duda, que hay cosas por las que merece la pena luchar y morir: la libertad lo merece, la democracia lo merece, Estados Unidos lo merece y el mundo lo merece. Entonces, ahora y siempre».
Biden hizo un paralelismo entre del Día D y la guerra de Ucrania, «invadida por un tirano». «La lucha -recalcó- entre la dictadura y la libertad no ha terminado. Los ucranianos están luchando con extraordinaria valentía. No abandonaremos la defensa de Ucrania, porque si lo hacemos, será subyugada, y la cosa no acabará ahí. Los países vecinos se verán amenazados. Toda Europa se verá amenazada». Para el presidente estadounidense, «rendirse ante los matones, doblegarse ante los dictadores, es sencillamente impensable».
Y ante los veteranos de guerra advirtió que «la democracia no está garantizada, por lo que cada generación debe preservarla, defenderla y luchar por ella». «En memoria -agregó- de aquellos que pelearon aquí, que dejaron sus vidas y literalmente salvaron el mundo, debemos estar a la altura de su sacrificio. ¿Estamos dispuestos a levantarnos contra la tiranía, a defender la democracia y la libertad? La respuesta sólo puede ser sí».
Biden, en plena campaña electoral, se enfrentará en las urnas a Donald Trump, que ha amenazado con no defender a los países europeos que no alcancen el gasto militar mínimo que exige la OTAN. «El aislacionismo no fue la respuesta hace ochenta años y no es la respuesta hoy», replicó el actual presidente en una ceremonia a la que acudieron también Steven Spielberg y Tom Hanks, director y protagonista principal de 'Salvar al soldado Ryan', la película que en su media hora inicial mejor ha retratado el miedo, el horror y la angustia de aquella madrugada sangrienta en Normandía.
Rusia, que formó parte del bloque aliado que derrotó a Hitler, no estaba invitada a este homenaje. Según el diario francés 'Le Figaro', el Gobierno galo llegó a plantease la presencia de una delegación del Kremlin. El presidente ruso, Vladímir Putin, sí había estado en Normandía hace diez años, cuando se conmemoró el 70 aniversario y ya había atacado Crimea. Ahora no. «No se dan las condiciones para su presencia», zanjaron fuentes diplomáticas. Zelenski no habría aceptado compartir el acto con su invasor. El dirigente ucraniano aseguró el jueves ante el resto de los mandatarios que los soldados de su país «defienden la libertad de Europa».
Era un día para extraer lecciones del pasado. Carlos III, en su primer viaje al extranjero tras anunciar que padece un cáncer, se dirigió a los veteranos. «Qué afortunados fuimos con esa generación de hombres y mujeres en el Reino Unido y en otros países aliados que no se encogieron cuando vino el momento de enfrentarse a esa prueba», recordó el rey. «En las playas de Normandía, en los mares y en los cielos, nuestras fuerzas armadas cumplieron con su deber con un humilde sentido de determinación», señaló Carlos III, acompañado en la ceremonia por la reina consorte, Camila; el primer ministro británico, Rishi Sunak, y el presidente francés, Emmanuel Macron.
«Recordamos la enseñanza que nos llega una y otra vez a lo largo de las décadas: las naciones libres deben permanecer unidas para oponerse a la tiranía», alertó Carlos III. El monarca deseó que «este sacrificio no tenga que repetirse nunca más» y rindió homenaje a los pocos supervivientes de aquel lejano día. También lo hizo Macron. Concedió la Legión de Honor a once veteranos estadounidenses y a una británica. «Vinieron aquí porque el mundo libre los necesitaba y respondieron a la llamada», agradeció ahora que Europa asiste a otra guerra, la de Ucrania. Macron anunció el envío a Kiev de aviones de combate Mirage 2000-5 y la formación de 4.500 soldados ucranianos. La sombra de las armas planea de nuevo sobre el continente mientras La 'Oda a la alegría' de Beethoven, himno oficial de la Unión Europea, llenaba la playa de Omaha.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.