«Las cosas no van tan mal. ¿Nos ves desnutridos o mal vestidos?» Un joven llamado Darien responde así a un periodista ruso mientras hace cola con sus amigos delante de un colegio electoral de San Petersburgo. Darien es votante de Vladímir Putin. Está convencido ... de que, con él, no habrá miseria, siempre y cuando cuente con «los amigos de Asia», esos países de donde vienen y a donde van mercancías de uso común.
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Rusia tiene dos excelentes «amigos» en India y China, que compran el 90% de su petróleo. Atlantic Council, una agencia que verifica las sanciones internacionales, calcula que los rusos mueven el 71% de sus exportaciones a través de una creciente flota fantasma que ahora forman 1.400 buques sin registrar.
Frente a esta fuente de ingresos, clave en la arquitectura financiera creada por Moscú, los expertos ven, sin embargo, un punto débil que puede acarrear graves problemas al presidente si la invasión se alarga. «La economía rusa está trabajando al límite absoluto de sus capacidades», advierte Alexandra Prokopenko, del Centro de Estudios de Europa Oriental. El indicador del paro, situado «en niveles históricamente bajos», significa «literalmente que no hay» más mano de obra disponible para «trabajar en el país», lo que podría limitar el desarrollo de su economía.
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