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Borís Nadezhdin, de 60 años de edad y único aspirante a participar en las elecciones presidenciales de marzo abiertamente en contra de continuar la guerra en Ucrania, no podrá intentar desbancar al presidente Vladímir Putin, que fue quien desencadenó la ofensiva en el país vecino ... y defiende seguir luchando hasta la victoria final.
Nadezhdin ha sido excluido este jueves como candidato a los comicios por la Comisión Electoral Central de Rusia. Resulta que, de las 60.000 firmas tomadas como muestra, de las casi 105.000 realmente presentadas, 9.147 han sido invalidadas como defectuosas o irregulares, lo cual supone más de un 15% cuando el máximo de «errores» permitidos no ha de superar el 5%, es decir, no más de 3.000 firmas invalidadas.
La Comisión Electoral precisó que Nadezhdin tiene 95.587 autógrafos de apoyo válidos, pero esa cantidad es insuficiente al quedar por debajo de la norma establecida en 100.000. Todo político ruso que se proponga tomar parte en los comicios y proceda de una formación extraparlamentaria está obligado a recolectar apoyos mediante no menos de 100.000 firmas, pero sin que sobrepase las 2.500 en cada uno de los entes territoriales del país.
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Nadezhdin, que no ha podido encontrar ni siquiera un taller poligráfico en toda Rusia para imprimir sus materiales de propaganda, ha anunciado que recurrirá ante el Tribunal Supremo la decisión adoptada por la Comisión Electoral. No obstante, observando que en las últimas décadas las decisiones judiciales raramente contradicen la voluntad de las autoridades, no parece probable que vaya a ser revocada la exclusión dictada por la Comisión Electoral, cuyo grupo de trabajo ya advirtió el pasado viernes que algunos de los que figuraban en listado de las firmas de respaldo eran personas ya fallecidas.
«No estoy de acuerdo con la decisión de la comisión. He recabado más de 200.000 firmas por toda Rusia y lo hemos hecho de forma abierta y honesta. El mundo entero ha podido ver las colas ante nuestras sedes», dijo Nadezhdin este jueves a través de su canal de Telegram. Según sus palabras, «no estáis rechazándome a mí sino a millones de personas que tienen la esperanza de lograr un cambio. Hay millones de personas que se han movido y quieren votarme a mí. Estoy en segunda posición –en los sondeos- , por detrás de Putin y me estáis hablando de muertos».
Nadezhdin anunció nada más entrar en liza que «lo primero que haré será llamar a la paz y poner fin a la movilización». Según su punto de vista, «Putin cometió un gran error» al iniciar la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022 y vaticinó que las consecuencias de la contienda «serán muy graves». Él ya fue diputado de la Duma Estatal (Cámara Baja del Parlamento ruso) a principios de los 2000 y mantuvo cercanía con el exgobernador y antiguo ministro ruso, Borís Nemtsov, asesinado en 2015. La mayoría de los analistas venían adelantando que su candidatura sería rechazada.
La obligación de reunir ese número de firmas a los candidatos de los partidos extraparlamentarios es lo que utiliza el Kremlin como filtro para apartar de la carrera electoral a los políticos no deseados, ya que siempre es posible encontrar defectos como un domicilio incorrecto o un número erróneo del documento de identidad. De hecho la primera aspirante también en contra de la guerra, Ekaterina Duntsova, ya fue apartada en diciembre de la posibilidad de tomar parte en los comicios.
Se da la circunstancia de que la inclusión de candidatos opositores era la única manera de lograr que interventores independientes estuvieran presentes en los colegios electorales y las autoridades están haciendo todo lo posible para limitar la observación durante las votaciones y el escrutinio. Se permite participar solamente a representantes de un candidato registrado. Por eso, el politólogo ruso, Abbás Galliámov, cree que los comicios serán una «farsa», una «imitación de elecciones». A su juicio, el proceso de nominación de candidatos «está completamente en manos de las autoridades (…) a lo que hay que unir tres días de votaciones (15, 16 y 17 de marzo) con posibilidades de falsificación infinitas».
A Grigori Yavlinski, antiguo líder de la formación liberal Yábloko, le fue rechazada la inscripción como candidato en 2012 pese a que recogió las firmas necesarias. Se adujo «defectos de forma» para invalidar gran parte de las listas de apoyo presentadas. De momento, los únicos que figuran ya como candidatos oficiales a las elecciones de marzo son Putin, el jefe de los ultranacionalistas del Partido Liberal Democrático (LDPR), Leonid Slutski, el comunista Nikolái Jaritónov, y el líder de la formación Nuevas Gentes, Vladislav Davankov. Los cuatro apoyan continuar adelante con la guerra.
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