El candidato de AfD, Hans-Christoph Berndt, es el favorito para ganar este domingo en Brandeburgo. Salvador Martínez-Mas/EFE

La ultraderecha alemana busca este domingo otra victoria en las elecciones regionales de Brandeburgo

Los sondeos dan el triunfo a AfD, que ya ganó hace tres semanas en los comicios regionales de Turingia, pero el SPD espera un vuelco gracias a la popularidad de su candidato

Domingo, 22 de septiembre 2024, 00:42

Con la perspectiva de un nuevo triunfo de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se celebran este domingo elecciones legislativas en la región germano oriental de Brandeburgo, que rodea por completo la ciudad estado de Berlín. Todos los sondeos sin excepción conceden la victoria a ... la formación xenófoba y euroescéptica, que se ha beneficiado en campaña del debate actual en el país sobre las medidas para contener la migración ilegal y expulsar a los peticionarios de asilo rechazados tras varios atentados islamistas, el más grave de ellos en Solingen, donde un refugiado sirio mató a puñaladas a tres personas, una de ellas policía.

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Hasta un 29% de los votos conceden a Alternativa para Alemania algunos sondeos, en los que el gobernante Partido Socialdemócrata (SPD) se sitúa en segunda posición, a un solo punto de los ultraderechistas en la más reciente encuesta. La opositora Unión Cristianodemócrata (CDU) oscila entre el 14% y el 18%, mientras la nueva formación populista de izquierdas Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) ronda el 14% y se ha convertido en un partido a tener en cuenta para posibles coaliciones, pese a su reciente creación. Fuera del Parlamento de Potsdam podrían quedar Los Verdes, los liberales (FDP) y La Izquierda, que no alcanzan en la mayoría de las consultas de los institutos demoscópicos el 5% del apoyo necesario para lograr representación en esa cámara.

En todo caso, se espera una lucha cuerpo a cuerpo entre AfD y SPD en estos comicios, en los que los programas políticos de los partidos no juegan papel alguno, tras una campaña centrada en el problema de la migración, la guerra en Ucrania y el rol de Alemania en la misma, así como el deseo de muchos de expresar su rechazo a la actual coalición de gobierno en Berlín que dirige el canciller federal, el socialdemócrata Olaf Scholz, apoyado por verdes y liberales, a la que critican por sus divisiones internas y su falta de iniciativas de éxito para resolver los problemas del país.

Amenaza del primer ministro

Ante la posibilidad real de que la ultraderecha acabe imponiéndose, el primer ministro de Brandeburgo, el socialdemócrata Dietmar Woidke, ha recurrido a una amenaza que algunos consideran un chantaje. Sumamente popular y al que los brandeburgueses quieren mayoritariamente al frente de su Gobierno, Woidke lleva semanas afirmando que si AfD vence finalmente al SPD presentará su dimisión y acabará su carrera política. «Es algo que tengo absolutamente claro: en ese caso sacaré las oportunas consecuencias y asumiré la responsabilidad», afirmó este viernes en uno de sus últimos mítines de campaña, en el que fue tajante: «Si pierdo contra AfD, me retiro».

Dietmar Woidke (SPD), actual primer ministro de Brandeburgo. AFP

Dietmar Woidke lleva once años al frente del Ejecutivo en la región periférica de Berlín, que ha convertido en importante sede empresarial e industrial, tras lograr atraer gigantes como la automotriz Tesla, que tiene en su territorio la única 'gigafactoría' europea y ha creado miles de puestos de trabajo. Con su advertencia de retirada al electorado, el jefe del Gobierno de Brandeburgo ha logrado en las últimas semanas acortar poco a poco distancias entre el SPD y AfD y espera que este domingo su partido dé un vuelco a las predicciones de las encuestas motivando para que acudan a las urnas a quienes quieran evitar una victoria de la ultraderecha.

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A juicio de los analistas, la maniobra de Woidke perjudica sobre todo a las formaciones menores y amenazadas de no conseguir representación parlamentaria. Muchos de los seguidores de Los Verdes, La Izquierda o el Partido Liberal votarán al SPD para trata de evitar un triunfo de AfD. El primer ministro asegura que su iniciativa solo tiene como fin evitar males mayores a la región. «Haremos todo lo posible para impedir que nuestro Estado sufra daños. Haremos todo lo posible para impedir que nuestra orgullosa bandera de Brandeburgo tenga manchas de color pardo», dijo en referencia al tono de los uniformes de los militantes del Partido Nacionalsocialista de Adolf Hitler que añoran muchos simpatizantes de Alternativa para Alemania.

El antecedente de Turingia

Los comicios en Brandeburgo tienen lugar tres semanas después de los celebrados en las también regiones germano orientales de Turingia y Sajonia. En la primera, AfD logró un triunfo histórico al ser por primera vez la formación más votada en un Estado federado alemán, mientras en la segunda estuvo a punto de superar a los cristianodemócratas, que se impusieron finalmente con una ventaja mínima de tan solo un 1,3% de los votos. Ambas elecciones fueron catastróficas para los tres partidos que gobiernan el país en coalición a las órdenes de Scholz. El SPD solo obtuvo un 7,3% en Sajonia y un 6,1% en Turingia, unos resultados ridículos para la formación alemana más antigua con más de 150 años de historia.

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Elecciones regionales en Alemania

33,2% de los votos

logró Alternativa para Alemania (AfD) en las recientes elecciones de Turingia, donde resultó la primera fuerza. En segundo lugar quedó la CDU (23,9%) seguida de la populista BSW (15,6%).

30,6% de las papeletas

fue para la ultraderechista AfD en los comicios de Sajonia a principios de mes. Quedó como segunda fuerza, a muy poca distancia de la CDU (31,7%), que fue la ganadora.

29% de los electores

apoyarán este domingo a la extrema derecha en las elecciones regionales de Brandeburgo, según los sondeos más favorables a AfD, aunque todas las encuestas la dan como formación ganadora. La CDU obtendría entre el 14% y el 18% de los votos y BSW en torno al 14%.

Una victoria socialdemócrata y la continuidad de Woidke al frente del Gobierno regional supondrían un balón de oxígeno para el canciller federal, que tiene su residencia privada en Potsdam, la capital de Brandeburgo, donde obtuvo también su escaño para el Bundestag. Ante sus pésimos niveles de popularidad, Scholz ha evitado en las últimas semanas participar en la campaña del SPD en esa provincia, aunque este viernes expresó su apoyo a Woidke desde Berlín. «Para mí es muy, pero que muy importante que continúe progresando Brandeburgo. La región tiene un crecimiento económico notable y esto tiene mucho que ver con Dietmar Woidke», señaló.

Tras los desastres de Sajonia y Turingia, una tercera catástrofe socialdemócrata en Brandeburgo, donde el SPD gobierna ininterrumpidamente desde la reunificación nacional en 1990, desenmascararía a Scholz como cenizo electoral y cuestionaría en el seno de su propio partido su candidatura para ser reelegido como canciller federal en los comicios generales que tendrán lugar dentro de un año. Si Alternativa para Alemania acaba imponiéndose y Woidke renuncia, da igual que los socialdemócratas sigan gobernando en Brandeburgo, también por el cordón sanitario que mantiene a la ultraderecha marginada del poder. Scholz podría tener entonces los días contados.

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