Secciones
Servicios
Destacamos
Estados Unidos y la Unión Europea se proponen invertir al menos 33.000 millones de euros en la fabricación y adquisición de armas para el ejército ucraniano y así reactivar una contraofensiva cuya lentitud parece incomodar más en Washington y Bruselas que en la propia ... Kiev, donde el presidente Volodímir Zelenski ha debido advertir a sus socios que la guerra «no es ninguna película». En otras palabras, que cada mínimo avance sobre las sólidas y terribles defensas rusas cuesta un gran número de vidas humanas.
Quizás esta parte es la que menos explicaron a sus socios los altos representantes europeos y estadounidenses cuando ensalzaron la formación occidental de los soldados ucranianos y las elevadas expectativas del contragolpe de primavera sobre los invasores. El escepticismo ha cundido. Y el primero que se enfrentará a él es Joe Biden en septiembre en el Congreso. El líder estadounidense ha pedido a los legisladores que aprueben una partida de 22.000 millones de euros, de los cuales 13.000 se invertirían en armas y el resto en ayuda económica, humanitaria y asistencial a Ucrania.
Noticia Relacionada
Miguel Pérez
El arsenal propuesto resulta abrumador. Munición para lanzaderas Himar y Patriot, antiaéreos Stinger e Hydra-70, drones Hornet, carros de combate y blindados Striker, además de 28 millones de rondas de munición para fusiles de asalto y pistolas. Sin embargo, uno de los aspectos más llamativos es la preocupación por proporcionar obuses de 155 mm, básicos en la ofensiva ya que la artillería de Ucrania en primera línea se fundamenta en cañones de este calibre y gasta 8.000 unidades diarias de media.
El Departamento de Defensa, según el 'Financial Times', está decidido a aumentar la capacidad de producción hasta los 90.000 proyectiles mensuales (ahora son 24.000) gracias a la apertura de nuevas fábricas en Texas, Kansas, Iowa y Arkansas. También está previsto incrementar por parte de Occidente la fabricación de drones. Expertos europeos afirman que la frustración de Kiev con el escaso avance de sus tropas ha derivado en una espiral de ataques contra Moscú y Crimea con aviones no tripulados y los estaría perdiendo a centenares.
Biden deberá convencer de la necesidad de la inversión a los congresistas desanimados con el curso de los acontecimientos. El horizonte es complejo. Según distintos análisis, a Ucrania le quedan un par de meses, tres a lo sumo, antes de que las lluvias atasquen el campo de batalla y todo se paralice. Algunas predicciones aplazan la gran contraofensiva a la próxima primavera.
Políticos y mandos militares han llegado a sugerir en privado que las tropas defensoras no están aprovechando las lecciones y el material occidental adecuadamente y que siguen utilizando tácticas a la antigua usanza. El ejército ucraniano ha respondido con dureza: ni siquiera EE UU se ha enfrentado nunca a un enfoque defensivo como el ruso, que combina el minado, las trincheras, los drones de vigilancia y los misiles hipersónicos, lo más efectivo de la Segunda Guerra Mundial y de la industria militar del siglo XXI. Una suerte de esquema que, según los estrategas, se desmoronará únicamente por desgaste.
El Congreso de EE UU prevé una confrontación interesante. A muchos representantes les pesan ya los 60.000 millones desembolsados hasta ahora en asistencia militar y social y los republicanos más a la derecha quieren promover un plan exigente de recortes presupuestarios para 2024.
A los Veintisiete les corresponderá abordar este asunto el 29 y 30 de este mes en la cumbre de ministros de Defensa y Exteriores de Toledo, El jefe de la diplomacia, Josep Borrell, sugiere enviar armas y ayuda a Ucrania durante los próximos cuatro años por valor de 20.000 millones de euros. Esta partida acercaría a 100.000 millones la inversión militar que el bloque ha hecho durante la invasión, un gasto en arsenales récord para una organización que ha tenido históricamente sus principales armas de disuasión en la diplomacia, la economía, la justicia y el comercio.
Noticias Relacionadas
El Consejo de Europa fue fundado en mayo de 1949, cuatro años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial y apenas once meses más tarde de la creación de la OTAN. Puede decirse que la UE nació de las cenizas del campo de batalla. El trauma del gran conflicto bélico condujo a Europa Occidental a experimentar con un proyecto asociativo de países destinado a garantizar la paz. Lo formaron inicialmente diez naciones para promover la democracia, defender el Estado de Derecho y proteger los derechos humanos. En 1957 se firman los Tratados de Roma y en 1958 surge el primigenio Parlamento Europeo.
A diferencia de los Estados Unidos, que ha fundamentado gran parte de su influencia en la fuerza militar y un carácter de 'gendarme del mundo', la UE se ha desarrollado como una organización basada en el diálogo, la solidaridad y la ayuda. Nunca hasta ahora se ha gastado su presupuesto en munición. Tradicionalmente ha sido la gran donante mundial de ayuda humanitaria.
Los argumentos que expone Bruselas para justificar la inversión militar en Ucrania pueden concretarse básicamente en tres: defender la libertad y la democracia en la exrepública, evitar que Rusia siente precedente en caso de salir triunfante de la invasión y, finalmente, proporcionar al Gobierno de Zelenski una posición de fuerza en el caso de que comiencen unas negociaciones de paz con el Kremlin. Estos son, más o menos, los argumentos que han esgrimido la comisaria Ursula von der Leyen y su jefe de Exteriores.
«Para ganar la paz, hay que ganar la guerra», ha declarado tajante Borrell en una significativa modificación de un axioma anterior de la Unión: «Si quieres la paz, cultiva la justicia». En mayo declaró en una entrevista en Euronews que se siente más como un «ministro de Defensa» que como representante diplomático. Y es esa aparente ausencia de la UE a la hora de emprender cauces de diálogo, unido a una asimilación de las tendencias militaristas de la OTAN y Estados Unidos, lo que sorprende a muchos y ha llevado al papa Francisco I a recordarle a la Unión su pasado y exigirle «iniciativas valientes de paz» que terminen con la sangría de miles de vidas en Ucrania.
El plan que la cumbre abordará en Toledo quiere «transformar el apoyo» en un «compromiso a largo plazo» que satisfaga las «necesidades de defensa de Ucrania», una garantía de seguridad ante la incertidumbre del ingreso en la OTAN y la eventualidad de una guerra larga. La mayoría de los comunitarios, salvo Hungría, parecen ver el gasto con buenos ojos, pese a que poco se parece a la Unión definida por Federica Mogherini, la predecesora de Borrell: «La UE de la seguridad y la defensa no va sobre militarización, sino sobre combinar el poder duro con la diplomacia, con la prevención de conflictos, con la reconciliación y con la reconstrucción».
Mientras tanto, Kiev prosigue sus esfuerzos logísticos. Además del cañón británico AS-90 y el obús M777, el Gobierno negocia con Alemania la recepción de misiles de largo alcance Taurus, aunque la cancilleria de Olaf Scholz quiere modificarlos primero para que no lleguen a Rusia. 'The New York Times' ha desvelado además cómo «en nombre de llevar armas al frente, los líderes (ucranianos) han resucitado figuras del pasado turbulento», en referencia a un exdiputado vinculado supuestamente con el comercio de equipos militares, denostado por Zelen ski como corrupto hace tres años y al que el Ejecutivo estaría comprando granadas, cohetes y armas cortas por valor de decenas de millones.
Al menos siete personas murieron este domingo en una nueva oleada de bombardeos rusos sobre la región de Járkov. Según la información facilitada por el Ministerio de Interior ucraniano, un matrimonio y su hijo, un recién nacido de 23 días, perecieron en la localidad de Shiroka Balka, donde un misil impactó contra un edificio residencial. En la explosión falleció un tercer adulto, de 67 aós, mientras otro hijo de la pareja, de 12 años, resultó herido de gravedad. Asimismo, las autoridades registraron otros dos ataques en la localidad vecina de Stanisla y en Novokairi, que dejaron tres muertes y una docena de heridos. La región ha decretado una jornada de luto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.