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Juan Carlos Barrena
Berlín
Viernes, 17 de marzo 2023, 12:34
El Bundestag, el parlamento federal alemán, ha aprobado este viernes la controvertida reforma de la ley electoral con el objetivo de reducir los escaños de la Cámara, que en esta legislatura ha alcanzado su máximo histórico con 736 diputados, 138 más de los que permite ... la propia ley. La reforma fue impuesta por iniciativa del tripartito de Gobierno formado por socialdemócratas (SPD), verdes y liberales (FDP), que no consiguieron u acuerdo previo con la oposición conservadora de cristianodemócratas (CDU) y socialcristianos bávaros (CSU), sobre todo por la oposición de estos últimos, que se verían perjudicados con el nuevo sistema. El cambio en la ley supone un duro revés también para el partido de La Izquierda, que con el nuevo sistema podría llegar a verse excluido de la Cámara legislativa alemana. Unos y otros anunciaron que acudirán al Tribunal Constitucional.
La reforma trata de «cuestionar alegremente el derecho de existencia de la CSU», que se verá «estructuralmente perjudicada» junto a La Izquierda, dijo Alexander Dobrindt, líder parlamentario del partido conservador bávaro, en el acalorado debate previo a la votación, en el que acusó a SPD, verdes y FDP de «tratar de cimentar su poder» con la medida. Dobrindt afirmó que la reforma es «un error, plagado de fallos y anticonstitucional». Desde La Izquierda, Jan Korte acusó al tripartito de pretender barrer del mapa político a una formación que representa tradicionalmente los intereses de muchos alemanes en el este del país y de dejar ese territorio «hoy y aquí en manos» de la ultranacionalista Alternativa para Alemania. Distintos diputados de los socialdemócratas, verdes y liberales recordaron por su parte que la cámara lleva diez años «tratando de romper el nudo gordiano de la reforma de la ley electoral» y afirmaron que su compromiso es «necesario y justo» para reducir el parlamento y que este represente la voluntad de los ciudadanos.
Sin la reforma, el Bundestag, que en la legislatura anterior alcanzó los 709 diputados, amenaza con seguir creciendo desmesuradamente y superar generosamente los ochocientos mandatos tras futuras elecciones generales. La reforma establece que la Cámara tenga a partir de los próximos comicios un número estable de 598 parlamentarios. Eso será posible al cambiar la valoración de los dos votos que emite cada ciudadano en los comicios legislativos, el primero para elegir un candidato directo y el segundo para apoyar a una formación determinada. Hasta ahora quien ganaba el mayor número de votos con la primera papeleta en una circunscripción accedía directamente al Bundestag. Y si un partido lograba más mandatos directos que escaños según la segunda papeleta, los diputados electos por la primera entraban de todos modos en la Cámara. Para no distorsionar la mayoría parlamentaria, el resto de los partidos eran compensados con escaños suplementarios. Todos esos escaños de «propina» desaparecen ahora.
La reforma establece que los candidatos elegidos directamente solo accederán al Parlamento federal si su mandato se ve confirmado por el resultado de su partido con la segunda papeleta. Si una formación obtiene demasiados mandatos directos, los candidatos con menos votos quedarán fuera, lo que puede suponer que algunas circunscripciones no tengan representante en el Bundestag. Un cambio que perjudica sobre todo a los socialcristianos en Baviera por el gran número de mandatos directos que cosecha habitualmente y que podrían verse reducidos a partir de ahora al disminuir las circunscripciones que envían un representante directo a la Cámara. El presidente de la CSU y jefe del Gobierno bávaro, Markus Söder, calificó esta semana de «ataque a la democracia» el proyecto de ley elaborado por los partidos del Ejecutivo federal.
Además, se elimina la llamada cláusula del mandato básico, que contempla que un partido accede al Parlamento si logra al menos tres mandatos directos, aunque no supere la barrera del 5% de votos. La Izquierda se benefició de esa cláusula en los comicios de 1994 y 2021. Sin ella no hubiese tenido representación parlamentaria. Los sondeos más recientes conceden a los excomunistas un 5% raspado de votos cuando su formación atraviesa además una crisis interna que podría dar lugar a una escisión que mermaría aún más sus posibilidades de entrar en la Cámara Baja alemana y su supervivencia política. La ley aprobada por los partidos de la coalición gobernante fija finalmente en 598 diputados la composición ideal del Bundestag, aunque permite un máximo de 630 escaños con el fin de conseguir que sean mínimas las circunscripciones que se quedan sin un representante elegido de manera directa.
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