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Tras tres semanas de continuas inundaciones en el norte y este del país, los estados federados alemanes de Baja Sajonia, Turingia, Renania del Norte-Westfalia, Sajonia-Anhalt y el norte de Baviera continúan en alerta máxima con evacuaciones puntuales en distintos pueblos y situaciones de ... emergencia en localidades como Hanover, Bremen y Oldenburgo, donde la crecida de los ríos, tras lluvias incesantes desde antes de Navidad, mantienen anegados barrios enteros. Tras visitar el día de Nochevieja varias poblaciones amenazadas por el agua en la Baja Sajonia, este jueves el canciller federal, Olaf Scholz, se desplazó a las localidades de Berga y Sangerhausen en Sajonia-Anhalt, donde dio ánimos a los cientos de bomberos y voluntarios que luchan para contener la crecida de los distintos ríos.
«Está claro que solo se puede actuar de manera conjunta y que eso solo funciona solidariamente en Alemania», dijo Scholz, que prometió ayuda a las regiones afectadas para la reconstrucción cuando se retiren las aguas. «No dejaremos a nadie solo», prometió el jefe del gobierno germano, que fue recibido con abucheos y gritos de «delincuente» y «vuelve por dónde has venido» por un reducido grupo de personas que le esperaban tras aterrizar su helicóptero en Sangerhausen, a donde acudió acompañado por la ministra federal de Medio Ambiente, Steffi Lemke, y el primer ministro de Sajonia-Anhalt. Reiner Haseloff. Scholz se dirigió desde el punto de aterrizaje a un puente sobre el río Helme, cuyo caudal se ha desbordado en la región.
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Juan Carlos Barrena
Mientras las lluvias persisten en buena parte de Alemania, sobre todo en la ciudad-estado de Bremen y la Baja Sajonia el nivel de las aguas continúa en el nivel 3 de alerta máxima. Pero también grandes regiones de Sajonia-Anhalt, Turingia y Baviera se están viendo afectadas desde hace ya semanas por la fuerte crecida y el desbordamiento de numerosos ríos que han anegado campos de cultivo y poblaciones pequeñas, mientras se ha suspendido la actividad escolar en varias localidades por los problemas de desplazamiento al encontrarse numerosas carreteras sumergidas por el agua. También en el norte, en el estado federado de Schleswig-Holstein e incluso Hamburgo las tormentas en el Mar del Norte han causado inundaciones marítimas.
En la Baja Sajonia, donde más de 100.000 bomberos y voluntarios luchan contra las inundaciones, se han acabado entre tanto las reservas de sacos terreros para proteger los diques, aunque se ha podido recurrir a las reservas federales y acceder a 1,5 millones de unidades procedentes de otros estados federados. Las autoridades regionales desde su capital en Hanover han solicitado ayuda para catástrofes de la Unión Europea y recibido varios diques móviles y el apoyo de personal de protección civil procedente de Francia. Especialmente crítica es la situación de las regiones por donde corren los ríos Aller, Leine y Oker, así como el Hase y Hunte, todos ellos crecidos varios metros sobre normal. En Oldenburgo, al norte de ese estado, cientos de bomberos, miembros de protección civil y voluntarios levantan barreras con sacos terreros y diques móviles para hacer frente a la crecida. Los habitantes del barrio de Achterdiek han sido llamados a preparar su evacuación ante la posibilidad de que el agua acabe superando esos obstáculos. En situación parecida se encuentra el barrio de Timmersloh en Bremen.
En Hanover una presunta víctima de las inundaciones desató las alarmas de emergencia este jueves e hizo movilizarse a un centenar de fuerzas de rescate tras recibirse la llamada de que una persona era arrastrada por las aguas de la crecida del Leine. Bomberos, submarinistas, botes de protección civil, drones y hasta un helicóptero fueron activados para socorrer al que resultó ser un nadador en traje de neopreno, que huyó a bordo de una bicicleta antes de que pudieran pedirle cuentas. «Llevamos días advirtiendo de que es peligroso acercarse a los lugares inundados y los ríos desbordados», recordó Kristof Schwanke, jefe de los bomberos en la zona, quien comentó estar «estupefacto» ante la temeridad de algunas personas. El día de Año Nuevo una mujer de 70 años se vio arrastrada por las aguas del mismo río y, aunque fue rescatada con vida por un bote de los bomberos, falleció poco después en un hospital.
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