Supervivientes del naufragio en Grecia culpan a la Guardia Costera

Las declaraciones de los supervivientes forman parte del material que manejan los funcionarios judiciales encargados de la investigación del naufragio y contradicen lo dicho por las autoridades locales horas después del suceso. Un portavoz de la Guardia Costera negó primero que ataran una cuerda a la embarcación de los migrantes y, aunque lo reconoció después, afirmó que no hubo intento alguno de llevarla a tierra. «Rápidamente nos remolcaron y el bote volcó. Se movió a la derecha, a la izquierda, a la derecha y volcó», narra uno de los supervivientes. «La gente estaba una encima de la otra, la gente gritaba, la gente se ahogaba. Era de noche y había olas», relata.

Los testimonios fueron recogidos apenas unos días después de la tragedia, cuando el centenar de migrantes rescatados se encontraba en la ciudad portuaria de Kalamata, en el Peloponeso. Todos los que llegaron allí eran hombres, de 16 a 49 años y procedentes principalmente de Siria, Pakistán, Palestina y Egipto, lo que hace imaginar la cantidad de mujeres y niños que quedaron sin vida en el mar entre los centenares de desaparecidos. La embarcación de 30 metros de eslora partió, según las primeras indagaciones, de puerto egipcio e hizo escala en la localidad libia de Tobruk antes de continuar rumbo a Italia. Sus tripulantes pagaron hasta 6.000 euros por el pasaje a una red dedicada al lucrativo negocio de la inmigración ilegal.

En la cárcel se encuentran ya varios de esos supuestos traficantes acusados de homicidio involuntario, tráfico de migrantes y causar el naufragio, aunque ellos niegan que actuaran de manera incorrecta. Los responsables de la investigación tienen también en sus manos la bitácora de la Guardia Costera para intentar arrojar algo más de luz sobre el suceso. En ella se describen dos situaciones clave. La primera, a las 23.40 del 13 de junio, recoge el momento en que los guardacostas llegaron al pesquero, cuyos pasajeros gritaban «vamos a Italia», y ataron una cuerda al bote para evaluar el escenario. Entonces el motor de 'Adriana' se encendió y el viaje se reanudó. La segunda data de la 1.40 del 14 de junio, cuando el centro de operaciones pidió a la Guardia Costera que regresara al pesquero ya que había dejado de moverse. En la zona se oían muchos gritos y, en menos de siete minutos, se hundió.

La ONG Médicos sin Fronteras (MSF) ha exigido este viernes a la Unión Europea y al Gobierno griego una investigación «transparente» del naufragio. «La falta de voluntad política para garantizar la capacidad de rescate ha contribuido al accidente marítimo más mortífero registrado en el Mediterráneo desde 2015», ha criticado el coordinador de la organización para Grecia y los Balcanes, Duccio Staderini. El Ministerio de Transporte Marítimo ha rechazado, por ahora, hacer declaración alguna sobre los testimonios que acusan a la Guardia Costera al tratarse de un asunto que está siendo investigado.