Suecia autoriza una protesta que incluía la quema de un Corán

La protesta organizada por Salwan Momika, un iraquí de 37 años que huyó de su país y se instaló en Suecia, fue condenada por el presidente otomano, Recep Tayyip Erdogan, quien la tachó de «inaceptable». Sólo tres días antes, el mandatario había indicado al secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, en una reunión telefónica para tratar el bloqueo, que el país nórdico debía impedir las marchas de simpatizantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en su territorio para recibir el visto bueno a su ingreso en la OTAN. Sin embargo, decenas de personas se reunieron este miércoles frente a la mezquita más grande de la capital, donde Momika pisoteó el libro sagrado del islam antes de introducir lonchas de bacon entre sus páginas y quemar algunas de ellas.

La Policía sueca sabía ya las intenciones de los manifestantes de arremeter contra el Corán, pero permitió la concentración justificando que «los riesgos de seguridad» ligados a la quema «no eran tales como para prohibirla», señaló en su decisión. La solicitud enviada a las autoridades por Momika, quien se enfrentaría a una demanda policial por incitar al odio racial, para obtener el permiso recogía que sólo quería «expresar (su) opinión sobre el Corán». De hecho, un hombre que intentó tirarle piedras fue detenido por los agentes que custodiaban el acto.

El ministro de Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, también reaccionó catalogando los hechos como «antiislámicos con el pretexto de la libertad de expresión». «Maldigo este acto despreciable cometido en Suecia contra nuestro libro sagrado, el Corán. Condonar actos tan atroces es ser cómplice», manifestó este miércoles en sus redes sociales. En ese sentido, el portavoz del gubernamental Partido Justicia y Desarrollo (AKP), Omer Celik, recriminó a las autoridades de Estocolmo haber permitido la protesta, según la agencia otomana de noticias Anatolia.

En las últimas semanas tanto Estados Unidos como la Alianza Transatlántica han pedido a Erdogan permitir la adhesión de Suecia. La OTAN se planteó como fecha límite el 11 de julio, cuando se celebrará la cumbre oficial en Vilna, capital de Lituania, para ese ingreso. Pero el incidente de este miércoles ha puesto en riesgo una vez más la disolución de la negativa vigente desde hace más de un año. La organización militar tenía prevista para el día 6 una reunión de los gobiernos de ambos países con la esperanza de «finalizar el proceso». Pero, se desconoce si tras el episodio de ayer, el encuentro se mantiene en pie.

Ankara ha afirmado que tiene una actitud favorable para el desbloqueo, pero el país nórdico «no ha actuado con suficiente firmeza» en la persecución de los kurdos. «Aunque se han dado algunos pasos con la nueva ley antiterrorista, son necesarias más medidas», insistió el Gobierno del país otomano.

A principios de 2023, la relación entre las dos naciones ya se había deteriorado debido a una protesta ante la embajada turca de Estocolmo en la que un político antiinmigración prendió fuego a un ejemplar del Corán. Aunque se había solicitado que estas acciones se prohibieran en el país escandinavo –como se hizo en un par de ocasiones en febrero–, hace dos semanas un Tribunal de Apelaciones de Suecia legalizó las concentraciones en las que se prevé la quema del libro sagrado musulmán, bajo la defensa de que prevalece el derecho de asociación de los manifestantes.