Starmer relanza los lazos de amistad y confianza con la UE

Cambio de Gobierno en Reino Unido y nueva actitud respecto a la Unión Europea. Los líderes comunitarios celebraron la disposición del primer ministro británico, Keir Starmer, para reconducir la relación con Bruselas, que se tensó hasta el punto de ruptura a partir de la victoria del Brexit en el referéndum de 2016. A las dos semanas de su entrada en Downing Street, tras el contundente triunfo laborista en las generales del 4 de julio, el jefe del Ejecutivo se reafirmó este jueves en su voluntad de «restablecer las relaciones, volver a descubrir nuestros intereses comunes y renovar los lazos de confianza y amistad» con la UE.

«Reino Unido está de vuelta en la escena mundial», confirmó en la conferencia de prensa previa al cierre de la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE), donde tendió la mano a los socios comunitarios y países fuera de la órbita de Bruselas. Era la primera reunión internacional que Starmer presidía como jefe de Gobierno y la cerró «orgulloso» del positivo eco que causó su mensaje de cooperación y el consenso alcanzado en asuntos prioritarios de apoyo a Ucrania e inmigración irregular.

La cuarta sesión de la CPE transcurrió en el palacio de Blenheim, en la campiña inglesa de Oxford. Líderes de casi medio centenar de naciones europeas -excluidos los mandatarios de Bielorrusia y Rusia- se reunieron en la histórica finca en sesiones plenarias y en mesas de trabajo que abordaron cuestiones de urgencia internacional, desde la agresión de Rusia a seguridad energética, defensa, migración y la protección de la democracia contra la desinformación y los bulos mediáticos.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se ausentó una vez más del foro europeo, que nació en 2022 a iniciativa del jefe de Estado de Francia, Emmanuel Macron. Por el contrario, los secretarios generales de la OTAN, la Conferencia de Seguridad Europea y el Consejo de Europa participaron por primera vez en esta cita que, según resaltó el presidente español, Pedro Sánchez, es un importante «espacio de encuentro, diálogo y conversación».

Carente de una estructura formal, sin la urgencia de acordar un comunicado final, la CPE favorece los contactos bilaterales y tiene el potencial de funcionar como una especie de laboratorio de ideas que conduzcan a iniciativas oficiales con las que hacer frente a los problemas comunes del momento.

Así, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, recalcó el fracaso de su homólogo ruso, Vladímir Putin, en su propósito de dividir a Europa con su invasión de la república de la antigua Unión Soviética. «Hemos mantenido la unidad en Europa y estamos actuando juntos, lo que significa que Putin ha fallado en su objetivo principal: no ha conseguido crear división en Europa», dijo en la apertura del encuentro en la mansión de los duques de Marlborough y lugar de nacimiento de Winston Churchill.

«Confirmar nuestro firme apoyo a Ucrania es nuestra primera tarea», coincidió el anfitrión de la cumbre. Starmer instó a la unidad bajo los valores fundamentales internacionales y de soberanía nacional y a «encarar juntos la agresión» porque, según añadió, «la amenaza de Rusia se extiende por Europa». «Es el momento de que todos nosotros hagamos algo más», urgió a los cerca de 450 delegados europeos desplazados al palacio de Blenheim, a pocos kilómetros de la ciudad de Oxford.

El mandatario laborista prometió «reiniciar la relación» de Reino Unido con la UE porque, según expuso en la cuarta cumbre de la CPE, está convencido de que «trabajando juntos como socios soberanos» se genera una «fuerza potente» beneficiosa para el continente. «Reino Unido será un amigo y un socio dispuesto a trabajar con vosotros. No formará parte de la Unión Europea, pero será una parte esencial de Europa», enfatizó al resto de líderes.

El cambio de tono del inquilino de Downing Street tuvo eco entre los asistentes. Sánchez, cuya relación con Starmer es «estrecha» dado el mutuo rodaje de ambos en los foros socialistas, según fuentes de su entorno, considera «excelente» la nueva disposición de Londres. Para el primer ministro irlandés, Simon Harris, supone un «punto de inflexión» en las relaciones entre Londres, Dublín y Bruselas. A su vez, Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, celebró «el nuevo tono del Gobierno británico» e indicó que Bruselas está «preparada a reforzar la cooperación en política exterior y de seguridad».

«Todos se van con la confianza reforzada y mejor comprensión de lo que implica el restablecimiento de las relaciones», admitió el nuevo primer ministro británico.

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