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El Kremlin ha tardado dos días en reconocer que el atentado de Moscú fue obra de un comando yihadista vinculado al Estado Islámico. Horas después de que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) y la práctica totalidad de los medios oficiales rusos insistían ... en la «complicidad» de Ucrania en el ataque sin haber mostrado una sola prueba de ello, el presidente, Vladimir Putin, sorprendió este lunes al reconocer que fue obra de islamistas radicales. No obstante, invitó a investigar «quién se beneficia», sin llegar a citar al Gobierno de Kiev, que, en su teoría, puede estar relacionado con el ataque. Por ello exigió que las investigaciones avancen para delimitar a los autores intelectuales. «Nos interesa saber quién es el cliente», dijo.
Los ejecutores reales, detenidos y encarcelados, se enfrentan a un castigo riguroso, según explicó el expresidente y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dimitri Medvédev, quien abogó por «matar a todos» los implicados en el atentado perpetrado el viernes en el Crocus City Hall de Moscú, que dejó 144 fallecidos y cuya autoría ha sido reclamada por Daesh. «Todo el mundo me pregunta qué hacer. Fueron capturados. Bien hecho. ¿Hay que matarlos? Es necesario y así se hará, pero es mucho más importante matar a todos los implicados. A todos. A los que financiaron, a los que mostraron sus simpatías y a los que ayudaron», escribió en Telegram.
Medvédev ya advirtió el domingo de que las autoridades de Rusia «vengarán» a todas las víctimas de la acción terrorista y aseguró que «todos los implicados, independientemente de su país de origen y de su estatus, eran un objetivo prioritario y legítimo». «Esperad, bastardos», añadió.
Pocas horas antes el Tribunal Basmanni de Moscú decidió enviar a prisión preventiva a los cuatro arrestados como autores materiales. Se trata de Dalerdzhón Mirzóyev, de Saidakrami Rachabalizoda, que compareció en la sala del juzgado con parte de la cabeza vendada después de que le fuera cortada la oreja derecha durante el interrogatorio, de Shamsidín Fariduni y de Mujammadsobir Faízov, llevado allí en camilla y ropa de hospital.
Todos ellos, supuestamente procedentes de Tayikistán aunque sus ciudadanías no han sido dadas a conocer oficialmente, aparecieron ante el juez con signos de haber sido golpeados. El domingo ya se publicó un vídeo del interrogatorio de Faízov desde una unidad sanitaria de cuidados intensivos. El imputado tiene una lesión en el ojo y se le colocó un catéter y una bolsa de orina. Fue llevado a la corte acompañado de médicos.
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El tribunal examinó el caso a puerta cerrada y falló mandarlos a prisión preventiva, de momento, hasta el 22 de mayo, periodo que será prolongado mientras no se fije la fecha del juicio. Al parecer, Rachabalizoda y Mirzóyev se reconocieron culpables y admitieron haber perpetrado la matanza. Sus comparecencias se llevaron a cabo en lengua tayika, mediante traducción al ruso.
Asimismo, el Tribunal Basmanni ha dispuesto prisión preventiva hasta el 22 de mayo para la familia compuesta por Aminchón, Dilovar e Isroil, todos de apellidos Islómov. Resulta que Dilovar Islómov, que tiene nacionalidad rusa, nació en Dushanbé, la capital de Tayikistán, y trabaja como taxista, fue quien vendió a los terroristas el vehículo con el que escaparon. En total, fueron detenidas once personas, así que aún tendrán que pasar por el mismo juzgado otros sospechosos.
A través de un nuevo comunicado, publicado por Al-Azaim, uno de sus medios de comunicación, el Estado Islámico amenaza directamente a Putin y promete más atentados para vengar las «torturas» infligidas a los autores de la matanza. Según fotos difundidas por el canal de Telegram Grey Zone, próximo en su día al disuelto Grupo Wagner, uno de los acusados fue sometido a descargas eléctricas. En las imágenes distribuidas, un hombre con los pantalones bajados yace en el suelo de un gimnasio con cables extendidos hasta la ingle. El mismo canal fue el que sacó una grabación en el que las fuerzas de seguridad golpeaban a los detenidos y a uno de los terroristas le cortaron la oreja derecha y lo obligaban a comérsela. El vídeo del Daesh va acompañado del comentario «esto les pasará a todos».
La publicación 'Baza' asegura que el número de muertos se eleva ya a 144, mientras que 97 heridos continúan todavía hospitalizadas. Durante la noche fueron encontrados 17 restos de cadáveres en el lugar del ataque terrorista. Varias decenas de personas siguen desaparecidas y numerosos cuerpos aún no han sido identificados, y en muchos casos será necesario un análisis de ADN para poder hacerlo. Centenares de moscovitas acudieron el domingo, que fue día de luto, al Crocus City Hall a depositar flores en recuerdo de las víctimas en un memorial improvisado a la entrada del complejo.
Dmitri Peskov
Portavoz del Kremlin
Los terroristas fueron detenidos el sábado a una veintena de kilómetros de la frontera con Bielorrusia y a más de cien kilómetros de Ucrania. Ese mismo día, el presidente Vladímir Putin dijo en un mensaje a la nación que «del lado ucraniano, según datos preliminares, habían preparado una ventana para que pudieran atravesar la frontera».
Según una cronología elaborada por canales de Telegram opositores, los atacantes llegaron al Crocus City Hall a las 19.55 horas del viernes. Entraron al edificio y abrieron fuego contra los guardias de seguridad y la gente que estaba en el vestíbulo. Los espectadores en la sala de conciertos escucharon los disparos a las 19.58. Después de tres minutos accedieron a la sala de conciertos y comenzaron a disparar, mientras al mismo tiempo prendían fuego a las butacas. A las 20.13 abandonaron el lugar en un Renault Symbol. A las 20.25 se inició un fuerte incendio en el edificio, y un minuto después llegaron al lugar los servicios de emergencia. En ese momento todavía no había bomberos. A las 20.30 se presentaron policías y ambulancias. Las fuerzas especiales de intervención rápida, SOBR y OMON, aparecieron 54 minutos después de que los terroristas se hubieran marchado. El SOBR entró al complejo a las 21.39.
El ataque terrorista del viernes se ha convertido, en número de víctimas, en el más importante que padece Rusia en las últimas décadas después del secuestro en la escuela de Beslán (Osetia del Norte) en septiembre de 2004, cuando el número de muertos se elevó a 334. El asalto del Teatro Dubrovka de Moscú (durante el musical 'Nord-Ost') se saldó con 128 fallecidos. En la explosión de un edificio residencial en la avenida Kashírskoye de la capital rusa, el 13 de septiembre de 1999, murieron 124 personas y, pocos días antes, el 8, otra bomba en una vivienda en el barrio moscovita de Pechátniki acabó con la vida de 106.
Todos estos actos se atribuyeron a grupos yihadistas de Chechenia, aunque los de Kashírskoye y Pechátniki, según denunció el exagente del FSB, Alexánder Litvinenko, asesinado en Londres con polonio en noviembre de 2006, fueron sus antiguos compañeros de los servicios secretos rusos quienes lo perpetraron. Así lo relata en su libro bajo el título 'El FSB hace estallar Rusia'.
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