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Los sindicalistas Laurent Berger y Philippe Martínez quieren enterrar la controvertida reforma de las pensiones del presidente francés, Emmanuel Macron. Los dos líderes apuestan por aumentar en los próximos días la presión en la calle contra el Gobierno, pero el jefe del Elíseo no parece ... dispuesto a dar su brazo a torcer.
La intersindical ha celebrado una nueva manifestación este sábado y hay otra prevista para el miércoles con un solo objetivo: presionar al Ejecutivo para que retire el proyecto estrella de Macron. El mandatario pretende retrasar a los 64 años la edad de jubilación en Francia, frente a los 62 actuales, pero cuenta con una fuerte oposición. No sólo de los sindicatos. El 68% de los franceses está también en contra.
Martínez, de 61 años, es desde 2015 secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), el segundo sindicato del país. Hijo de inmigrantes españoles antifranquistas, es un sindicalista contestario y combativo de izquierdas. El patrón de la CGT, que ha hecho de su poblado bigote un signo de identidad, suele adoptar un tono más duro que Berger, tanto en sus palabras como en las acciones de su sindicato.
Berger, secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), es reformista. Este sindicalista de 54 años está desde 2012 al frente del primer sindicato de Francia, que cuenta con 640.000 afiliados. Suele apostar por el diálogo social y es más moderado que Martínez.
El tándem Berger-Martínez no comenzó con buen pie. Cuando éste último asumió en 2015 las riendas de la CGT dio la espalda a la CDFT y rechazó el diálogo con Berger. La reforma laboral de 2016 del entonces presidente socialista François Hollande reavivó las tensiones entre los dos sindicalistas y les convirtió en 'frères ennemis' (hermanos enemigos). Berger apoyó el proyecto tras lograr pequeños avances. Martínez, en cambio, encabezó las protestas.
En 2019, los dos sindicalistas volvieron a enfrentarse a raíz de la propuesta de Macron de hacer una reforma de las pensiones con un sistema a puntos. Berger la respaldaba, Martínez la combatía en la calle. La pandemia de Covid-19 obligó a Macron a aparcar el proyecto.
Tras ser reelegido en abril de 2022 para un segundo mandato, el jefe del Elíseo volvió a la carga. Berger dejó claro que su sindicato no estaba dispuesto a aceptar el retraso a los 64 años de la edad de jubilación. «De ninguna manera», dijo el líder de CDFT.
Enfrentados en el pasado, los dos pesos pesados del sindicalismo francés parecen haber enterrado el hacha de guerra. «Berger-Martínez: La luna de miel», titulaba el pasado 11 de febrero en portada el diario francés 'Libération', destacando el inusual frente unido de ambos líderes contra la reforma de las pensiones de Macron.
Los máximos responsables de la CGT y la CFDT aparecen ahora juntos en la cabecera de las protestas, se llaman por teléfono a menudo, exhiben complicidad, se sonríen y hacen bromas entre ellos. Un «bromance» inesperado para estos dos hombres que tienen un estilo muy diferente y una forma distinta de entender el sindicalismo y su relación con el poder.
«No llevamos bien, nos hemos respetado desde siempre, incluso cuando expresamos nuestros desacuerdos», aseguró el líder de la CFDT en una entrevista conjunta en BTMTV. «Humanamente toda va bien. Prefiero ser amigo con Philippe Martínez que con muchos otros», añadió Berger. «Los trabajadores conocen nuestros puntos de desacuerdo y lo asumimos. Lo que esperan es que nos pongamos de acuerdo sobre un objetivo común», opinó Martínez.
«No hay ninguna estrategia de poli bueno - poli malo. ¿Quién sería el poli malo?», dijo sonriendo Berger cuando un periodista le preguntó en una protesta por la estrategia adoptada por los dos sindicalistas en la lucha contra la reforma de Macron. El líder de la CFDT tiene claro que hay una línea roja que no está dispuesto a pasar: la violencia. «Hace falta mostrar nuestra determinación, siempre con calma, de manera pacífica», opina.
La CFDT es «capaz de negociar, de discutir y de firmar acuerdos», pero siempre y cuando sean «escuchados» y haya «un verdadero interlocutor que quiera de verdad discutir de cara, explicó Berger, quien se mostró hace unos días «dispuesto a volver a discutir con el Ejecutivo, pero para eso hace falta que abra la puerta», lo que considera que no ha hecho hasta ahora.
La lucha contra la reforma de las pensiones será la última batalla que libre Martínez. Su mandato como secretario de la CGT se termina este mes. Dos mujeres -Marie Buisson, candidata propuesta por Martínez, y Céline Verzeletti- se disputarán el puesto en el congreso del sindicato que se celebrará el 27 al 31 de marzo en Clermont-Ferrand. Berger, por su parte, ya ha dicho que no desea llegar al final de su mandato al frente de la CFDT, que termina en 2026. Lo más probable es que pase el testigo en 2024. El 48% de los franceses tienen una buena opinión del líder de la CFDT, frente al 38% del líder de la CGT.
Daniel Cohn-Bendit, líder del Mayo del 68, sin embargo, considera que Berger sería buen candidato para la izquierda en las elecciones presidenciales de 2027. El sindicalista asegura que no tiene ganas de hacer política. «Cuando digo no es no», reitera Berger.
Está por ver si Berger y Martínez lograrán finalmente que el Gobierno de Macron retire la polémica reforma de las pensiones ante la presión de la calle, tal y como ocurrió en 1995 tras unas protestas masivas que obligaron al primer ministro Alain Juppé a dar marcha atrás a su proyecto.
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