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Las llamas vuelven a devorar Portugal. Los incendios forestales declarados en el norte y el centro del país tienen desde el fin de semana al territorio luso en jaque, con más de 5.000 bomberos desplegados y un centenar de municipios en riesgo máximo. Gondomar, ... Santa María da Feira, Chaves, Nelas, Cabeceiras de Basto... Casi una treintena de focos seguían activos este martes por la mañana, cuando se elevó el balance de víctimas mortales a siete. La situación es tan crítica que el Gobierno de Lisboa ha lanzado un SOS a la Unión Europea (UE) para el envío de aviones para la extinción del fuego. Francia, Grecia, Italia y España han sido los primeros socios en responder a la llamada de socorro.
La región de Aveiro -y sobre todo las aldeas cercanas al municipio de Albergaria-a-Velha- se han llevado por ahora la peor parte en esta ola de incendios, alimentada por las altas temperaturas, la sequía y los vientos de hasta 70 kilómetros por hora. Pero las primeras investigaciones apuntan también a la intervención humana y, de hecho, las fuerzas de seguridad han arrestado a al menos cuatro personas como sospechosas de estar detrás de algunos de los fuegos. El lunes tuvo lugar la última detención, la de una mujer de 47 años a la que se acusa de haber actuado los días 12, 13, 15 y 16 de septiembre en las localidades de Sebal y Condeixa-a-Nova, en el distrito de Coímbra.
Muchos de los incendios se encuentran fuera de control y han obligado a cortar una decena de carreteras, incluidas varias autopistas. También se han cerrado varias escuelas y las evacuaciones son constantes. «Tenemos el fuego en la puerta», lamentaba Paulo Santos, vecino de la aldea de Sarnada. Las autoridades no se esperaban que los fuegos declarados a finales de la pasada semana fueran a tener una evolución tan negativa, pero lo cierto es que ya han arrasado tanto terreno como el calcinado el resto del año. En estos días, además, siete personas han perdido la vida y otras 40 han resultado heridas. Entre los fallecidos hay tres bomberos que quedaron este martes atrapados en su vehículo entre las llamas cuando acudían a uno de los focos en la localidad de Tábua, en Coímbra. Otros 33 miembros del cuerpo han resultado heridos en tareas de extinción desde el fin de semana.
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha compartido su «consternación» por la ola de incendios, que ha desatado además numerosas quejas por parte de las autoridades locales por la falta de medios para hacer frente al fuego. Los representantes de las localidades más dañados en la zona de Aveiro se han reunido precisamente este martes con funcionarios para abordar este asunto. «No nos vamos a quedar en Lisboa esperando, no es el momento de abandonar», ha asegurado el ministro de Cohesión Territorial, Manuel Castro Almeida, tras participar en ese encuentro.
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