El canciller federal, Olaf Scholz, tranquilizó este sábado a sus correligionarios y se mostró convencido de que habrá una solución para la crisis presupuestaria a la que se enfrenta su gobierno de coalición. «No nos encontramos ante una tarea irresoluble», afirmó el jefe del Ejecutivo ... alemán ante los más de 600 delegados del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), en un discurso de una hora en el que calmó los ánimos ante la inseguridad surgida por la obligación de su gabinete de desarrollar en 2024 una política de ahorro severo y las complicadas negociaciones con sus socios verdes y liberales para definir en que áreas habrá que apretarse el cinturón.
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«En una situación así no tendrá lugar un desmantelamiento del estado social en Alemania», afirmó, sin embargo, tajantemente Scholz a la hora de marcar las líneas rojas de su formación ante los otros miembros del tripartito en Berlín. El canciller federal no quiso, pese a todo, dar detalles sobre el estado de las negociaciones. «Se trata de una tarea difícil, sobre todo porque hay que ponerse de acuerdo con otros», reconoció el dirigente socialdemócrata.
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En cuanto al debate sobre las llamadas ayudas ciudadanas, los subsidios para quienes ya no perciben el paro, Scholz recordó que la oposición conservadora también aprobó en su momento la nueva ley al respecto. «En una situación así hay que resistir», comentó Scholz ante las presiones de quienes quieren limitar e incluso suspender el aprobado aumento de esas prestaciones sociales, como reclaman los partidos de la Unión, cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU), e incluso sus socios del Partido Liberal (FDP) en el Gobierno.
El primer ministro alemán conjuró además la unidad del partido en unos momentos en los que su popularidad e intención de voto en los sondeos se encuentran en mínimos históricos. Las más recientes encuestas indican que el SPD sería en unos comicios adelantados el menor de todos los partidos con representación parlamentaria, por detrás de los conservadores de CDU/CSU, los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD) y Los Verdes.
«Este partido socialdemócrata seguirá trabajando unido los años próximos», aseguró Scholz, quien recordó que en el año electoral de 2021 nadie esperaba un triunfo del SPD y afirmó que si este tuvo lugar, se debió a las filas unidas del partido y el grupo parlamentario en el Bundestag. «Esta es la base del éxito», añadió el canciller federal, quien tuvo palabras de ánimo también para Ucrania, que entra ya en su segundo invierno de guerra tras la invasión del país por tropas rusas.
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El dirigente socialdemócrata subrayó que Berlín continuará apoyando de manera permanente al Gobierno de Kiev financiera y militarmente. Alemania debe ser capaz de continuar ofreciendo ayuda al país invadido e incluso de hacerlo en mayor medida que hasta ahora, comentó Scholz, quien subrayó que se tomarán las decisiones necesarias para que «podamos seguir haciéndolo». Y con la vista puesta en el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó que «no debe ni puede contar con que acabemos cediendo». Alemania es, tras Estados Unidos, el país que más armas y ayuda financiera suministra a Ucrania.
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Ningún país europeo ha recibido tantos refugiados de Ucrania como Alemania y «estoy orgulloso de ello», afirmó el canciller en referencia al más de un millón de ucranianos, sobre todo mujeres y niños, acogidos en este país. Olaf Scholz comentó que el respaldo financiero y militar a Ucrania tiene un elevado coste para las arcas del estado alemán, lo que podría ser un motivo más para congelar en 2024 excepcionalmente y de nuevo el artículo constitucional que prohíbe un endeudamiento excesivo del estado. Esa posibilidad centra las negociaciones entre socialdemócratas, verdes y liberales para resolver el problema presupuestario.
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Scholz tiene previsto reunirse este domingo en la noche con su ministro de Economía y líder de Los Verdes, Robert Habeck, y su titular de Finanzas y presidente de los liberales, Christian Lindner, para tratar de consensuar el gasto público nacional para 2024, un cálculo que se ha vuelto muy complicado después de que el Tribunal Constitucional declarara ilegales los presupuestos suplementarios de 2021, aprobados en plena pandemia de coronavirus, y abriera un agujero de 60.000 millones de euros en los planes financieros del Gobierno federal.
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