Scholz asegura que mantendrá las inversiones previstas pese al fallo del Constitucional

«Esa sentencia crea una nueva realidad», ha admitido el jefe del Gobierno de Berlín, para el que afecta a las prácticas presupuestarias de la actual Administración, pero también a algunas anteriores y futuras, así como a las de los 16 estados federados. Las conversaciones internas de la coalición para aplicar la sentencia aún no están cerradas y prima en ellas la «pulcritud frente a la velocidad», ha comentado Scholz. El veredicto del máximo tribunal germano declaró ilegal el trasvase de 60.000 millones de euros excedentes y procedentes de un fondo para la cobertura de las consecuencias de la pandemia de coronavirus al nuevo y llamado Fondo para el Clima y Transformación (KTF), destinado a financiar numerosos proyectos sobre la transformación ecológica de la economía. Ese dinero ya no puede utilizarse con ese fin.

El político socialdemócrata destacó que al asumir su tripartito el poder hace casi dos años, el país se encuentra sumido aún en medio de la crisis por el covid y que «sectores económicos enteros se encontraban entonces con la espalda contra la pared. Dos meses después Rusia atacaba a Ucrania». Como reacción a la sentencia del Constitucional, el ministro federal de Finanzas y presidente del Partido Liberal, Christian Lindner, decretaba una amplia congelación presupuestaria y ordenaba suspender el gasto público no comprometido aún. El lunes el gabinete ministerial aprobaba apremiado por el veredicto de los jueces un borrador para un nuevo presupuesto suplementario para 2023. Éste conlleva la asunción de créditos y la suspensión por tercer año consecutivo del llamado freno a la deuda, la regla de oro por la que el endeudamiento anual no puede exceder los gastos por inversiones previstos en los presupuestos del mismo año.

El presupuesto suplementario para este ejercicio, que sólo puede ser aprobado si el Parlamento federal establece la existencia de una situación de emergencia económica extraordinaria, tiene como fin proporcionar una base legal al llamado Fondo de Estabilización Económica (WSF), creado para ayudar a las empresas e industrias a superar la actual crisis derivada de la guerra en Ucrania. Scholz ha asegurado en ese sentido que los afectados recibirán con seguridad las ayudas prometidas, aunque también ha anunciado el fin de las subvenciones para cubrir los elevados precios de la electricidad y el gas en Alemania al acabar el presente año. Aunque siguen siendo más altos que al comienzo de la crisis tras la invasión de Kiev, esos precios se encuentran actualmente por debajo de los límites marcados para activar esas subvenciones, el llamado freno a los precios, ha dicho Scholz. También ha subrayado además que los depósitos estratégicos de gas se encuentran «tan llenos, que no contamos con repentinas subidas de golpe de los precios». Para la eventualidad de que pese a todo se produjera esta última hipótesis, el Gobierno se encuentra con capacidad de «actuar a corto plazo».

El canciller federal no ha informado, sin embargo, sobre otras medidas de ahorro que baraja actualmente su gabinete y que podrían afectar al ámbito social o educativo. Ha insistido además en que su Ejecutivo «trabaja intensamente» para tomar las decisiones pertinentes «lo antes posible». En tiempos de intranquilidad los ciudadanos y las empresas necesitan claridad, ha señalado Scholz. «Las ciudadanas y ciudadanos pueden confiar en el que Estado cumplirá con los compromisos adquiridos», ha dicho el canciller federal, quien ha afirmado que el gasto previsto para la modernización de infraestructuras, la transformación de la economía y el apoyo a Ucrania se mantiene intocable en el borrador del presupuesto para 2024. «Sería un error grave e imperdonable descuidar la modernización de nuestro país», ha comentado Scholz, quien ha dicho que también otros países invierten actualmente «de manera masiva en el futuro» para seguir siendo competitivos.

El líder de la oposición conservadora, el cristianodemócrata Friedrich Merz, ha calificado a Scholz de incapaz a la hora de gobernar. «No es capaz», ha asegurado Merz tajantemente ante el pleno tras comentar que «resulta vergonzoso lo que estamos viendo y oyendo de usted», calificarle de «fontanero del poder» y asegurar que «carece de idea alguna sobre cómo debe desarrollarse este país en los próximos años». El líder conservador ha comparado a los anteriores cancilleres socialdemócratas, desde Willy Brandt y Helmut Schmidt a Gerhard Schröder y ha afirmado que «tras esta declaración uno llega a la conclusión de que usted no es capaz. Señor canciller federal, los zapatos que calza son como mínimo dos números más grandes de lo que necesita». Además, ha advertido de que el Constitucional le obliga a asumir «una estricta disciplina de gasto» y ha acusado a su Ejecutivo de «eludir los límites de endeudamiento de la Ley Fundamental de una manera descarada y sin precedentes».