La presidenta del Partido Socialdemócrata de Finlandia (SDP) y primera ministra, Sanna Marin, habla en una conferencia de prensa en el Parlamento de Helsinki EP

Sanna Marin dimite como líder de los socialdemócratas finlandeses

La prometedora primera ministra, una de las dirigentes más jóvenes de la política internacional, deja el cargo por los malos resultados electorales aunque continuará como diputada

Johana Gil

Miércoles, 5 de abril 2023, 17:18

Después de que Finlandia diera un vuelco a la derecha en las elecciones parlamentarias del pasado domingo, la socialdemócrata primera ministra, Sanna Marin, ha anunciado este miércoles que dejará el liderazgo de su partido una vez sea elegido su sucesor en septiembre. Un día después ... del ingreso formal del país nórdico en la OTAN, en un acto celebrado en la sede de Bruselas que colideró junto al presidente finlandés, Sauli Niinisto, Marin ha dimitido como consecuencia de que su formación quedó tercera en los recientes comicios legislativos, detrás de los conservadores y los ultraderechistas.

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De 37 años, la política socialdemócrata ha estado en el cargo desde diciembre de 2018, cuando se convirtió en la jefa de Gobierno más joven del mundo, y ahora se prepara para «abrir una nueva página» en su vida. Así ha descrito la intención de continuar como diputada, pero sin verse como primera ministra, en caso de que su partido pueda formar parte de una coalición. Aunque permanecerá en el cargo durante casi cinco meses más, ha asegurado que se desvinculará de inmediato de las negociaciones para un posible acuerdo en el Ejecutivo. El líder del centro-derecha, Petteri Orpo, ha prometido contactar con todos los grupos, incluida la oposición.

Pese a que era considerada una de las líderes más populares de Finlandia, no fue suficiente para revalidar la victoria de los socialdemócratas. Aunque su partido logró el domingo mejores resultados que en 2019, se quedó en 43 escaños frente a los 48 de Coalición Nacional y los 46 del ultranacionalista Partido de los Finlandeses. Petteri Orpo, de Coalición Nacional, deberá decidir si opta por aliarse con la formación de Marin en lugar de con la extrema derecha.

«Ahora es momento de unir filas de nuevo», ha dicho Marin tras explicar que tampoco tiene contemplado algún cargo institucional de carácter internacional y no espera ser la «opción de Finlandia para formar parte en el futuro de la Comisión Europea». Esta representación suele ser ocupada por miembros del primer partido en el Gobierno. Su declaración responde a las especulaciones que han surgido durante la última semana sobre su salto a la política europea.

Desde su llegada al poder, Marin se ha mantenido como la política mejor valorada por la ciudadanía. «Han sido años extraordinariamente difíciles», ha reconocido la primera ministra en funciones, que durante su mandato se ha enfrentado a la pandemia, la guerra en la cercana Ucrania y el debate sobre la adhesión a la Alianza Atlántica.

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El apoyo a Sanna Marin, como la figura representativa de la izquierda europea, estuvo en ascenso mucho antes de que fuera nombrada primera ministra. Su entrada en la política se produjo tan pronto como terminó el máster en Administración Pública de la Universidad de Tampere en 2012, cuando fue elegida presidenta del Ayuntamiento de la misma ciudad, en el sur del país, dos veces consecutivas.

En 2014 ya figuraba entre las directivas del Partido Socialdemócrata, como segunda vicepresidenta, y un año más tarde llegó al Parlamento por el distrito electoral de la Región de Pirkanmaa, donde también repitió en su escaño en los comicios de 2015. El 6 de junio de 2019 se convirtió en ministra de Transporte y Comunicaciones y, seis meses después, tras la dimisión de Antti Rinne como primer ministro, Marin lo reemplazó.

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Sin embargo, el rostro joven al frente de Finlandia, reconocido a nivel internacional, no parece haber mantenido la misma fortaleza dentro de su país. El rápido ascenso de los conservadores se debería a la poca flexibilidad de Marin frente a las políticas económicas, según afirman sus detractores. Helsinki encara una economía ralentizada y una elevada inflación. La deuda pública se sitúa en un 73% del PIB; un porcentaje que el centro-derecha ha prometido rebajar mediante un recorte del gasto público. Una medida que Marin se ha negado a tomar reiteradamente.

A finales del año pasado se vio inmersa en la polémica cuando se filtraron unas fotos y dos vídeos en los que ella aparecía de fiesta. Las imágenes mostraban a la primera ministra bailando en casa de unos amigos, pero las grabaciones que la colocaron en el foco de la polémica fueron las que revelaban a dos mujeres con el torso desnudo en otro evento en la planta baja de la residencia oficial de primer ministro en Helsinki. De hecho, la jefa de Gobierno tuvo que someterse a pruebas a drogas, las cuales dieron negativo. Para zanjar la situación, Marin se enfrentó a una serie de ruedas de prensa para defender su vida personal. «Soy humana y a veces echo de menos la diversión», declaró.

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