Rusia recluta a 280.000 soldados desde enero entre voluntarios, reservistas y exmercenarios

La cifra de alistamientos la ofreció este domingo el vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, y como tal, debe tomarse con todas las cautelas precisas de una parte interesada. Sin embargo, sí encaja con las predicciones lanzadas por algunos analistas occidentales sobre la capacidad de alistamiento de Rusia, cuya población resulta casi cinco veces superior a la de la exrepública invadida. Entre los nuevos efectivos figuran numerosos voluntarios atraídos por los salarios «sobre todo de las áreas menos urbanas» y, probablemente también, alimentados por cierto repunte del nacionalismo después de año y medio de guerra. El Kremlin no ahorra en campañas de reclutamiento, incluso en clubes deportivos, gimnasios, medios de transporte y supermercados.

La Inteligencia británica asegura además que Moscú ha fomentado la contratación militar en las vecinas Armenia y Kazajistán. Mediante campañas en internet ofrece a sus ciudadanos un sueldo mensual de 190.000 rublos (algo menos de 2.000 euros), aparte de un pago extra inicial de 495.000 rublos (unos 4.800 euros). Lo mismo parece suceder desde hace cuatro meses con los migrantes asiáticos afincados en Rusia. Según el mismo informe, difundido este domingo, el Kremlin les promete la ciudadanía y un salario superior a 3.800 euros por combatir en el frente ucraniano.

En cualquier caso, los 280.000 nuevos militares anunciados por Medvédev tienen trampa. Un porcentaje importante corresponde a reservistas que el Gobierno ha ido movilizando a partir de que Vladímir Putin ordenara en septiembre de 2022 el primer llamamiento de veteranos. Otra parte sustancial son exmercenarios a los que el Kremlin obligó en febrero a firmar un contrato e integrarse en el ejército antes del 1 de julio. Medvédev destacó que en ese cupo hay bastantes paramilitares del Grupo Wagner.

El recurso a todas estas fórmulas obedece a la cautela del núcleo cercano Putin respecto a la convocatoria de una movilización forzosa como la que decretó el año pasado convirtiéndose en una maniobra sumamente «impopular». El general Viktor Sobolev, miembro del Comité de Defensa del Parlamento, señaló este domingo que las fuerzas armadas, fijadas en 1,5 millones de militares en activo, necesitan 400.000 nuevos efectivos «antes de fin de año. Esto se debe a lo planeado por nuestro Estado Mayor, la creación de nuevas asociaciones, formaciones y unidades», sin que resulte preciso acudir a movilizaciones obligatorias «para las cuales no estamos del todo preparados», reconoció.

Lo que parece cada más claro es que el curso de la guerra en Ucrania se decanta por el desgaste de las tropas y los arsenales más que por las estrategias. Lo define muy bien el responsable de la contraofensiva ucraniana en el sur, el general Oleksander Tarnavskiy, quien en una entrevista en 'The Guardian' este fin de semana explicaba cómo «tarde o temprano a los rusos les quedarán pocos soldados buenos y eso nos dará la oportunidad de atacarlos más y más rápido». «Sin embargo, cuanto más nos acercamos a la victoria, más difícil resulta porque desgraciadamente estamos perdiendo a los más fuertes, a los mejores» combatientes.