Rusia impone un apagón informativo para ocultar el avance ucraniano

A nivel oficial, tanto del lado de Moscú como de Kiev, son muy escuetos en sus informaciones sobre lo que está pasando en Kursk. Además, al haberse intensificado las evacuaciones, que se siguen extendiendo a nuevos distritos, e intimidados por el estado de alerta antiterrorista vigente, los civiles han dejado de filmar vídeos con sus móviles para difundirlos en las redes sociales.

De manera que los únicos testimonios de lo que sucede en el campo de batalla son los vídeos de los propios soldados ucranianos y no están siendo demasiado abundantes. Aseguran que el Ejército de Kiev tiene cada vez más poblaciones bajo su control, un total de 74, y que en la madrugada del martes fue bombardeada la localidad de Kurchátov, situada muy cercana a la Central Nuclear de Kursk. El Ministerio de Defensa ruso, por su parte, sostiene haber detenido el avance enemigo en varias direcciones y, como de costumbre, ofrece cifras de numerosas bajas ucranianas y blindados destruidos sin que haya forma de verificar tales informaciones.

En el marco de esta operación para silenciar cualquier tipo de datos que traten de arrojar luz sobre la situación real en Kursk, a Telegram se le ha impuesto una multa de cuatro millones de rublos (más de 40.000 euros) por no retirar información que el Ministerio de Defensa ruso considera falsa.

Según un análisis realizado por la agencia AFP, a partir de datos suministrados por el Instituto para el Estudio de la Guerra estadounidense (ISW), en la noche del lunes, Ucrania controlaba un total de 800 kilómetros cuadrados en la región de Kursk. El comandante en jefe del Ejército ucraniano, el general Oleksander Sirski, sin embargo, estima que sus tropas controlan en territorio ruso mil kilómetros cuadrados. Según AFP y como ilustración comparativa, Rusia avanzó 1.360 kilómetros cuadrados en territorio ucraniano en lo que va del presente año mientras que las contraofensivas de Kiev para recuperar su propio territorio han supuesto en el mismo período de tiempo solamente 20 kilómetros cuadrados.

AFP afirma también que la gran contraofensiva ucraniana fallida del verano de 2023 permitió a las tropas de Kiev recuperar hasta 250 kilómetros cuadrados en las regiones de Donetsk y Zaporiyia. El estudio de la agencia francesa incide en que las fuerzas rusas han aumentado en 111 kilómetros cuadrados la superficie arrebatada a Ucrania durante el mes de agosto, que ya ascendió a 201 kilómetros cuadrados en julio.

En total, desde el comienzo de la guerra, Rusia ha ocupado 65.891 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano y con Crimea, anexionada en 2014, y las zonas de Donetsk y Lugansk, ya en poder de Rusia desde antes de la actual Operación Militar Especial, son 108.070 kilómetros cuadrados los que Moscú le ha quitado a Ucrania, lo que representa un 18% de su territorio según sus fronteras reconocidas internacionalmente.

Ucrania, por su parte, asegura que no está interesada en hacerse con el territorio de la región de Kursk, solamente pretende «proteger las vidas de los ciudadanos ucranianos que sufren el terrorismo ruso perpetrado desde la región de Kursk». Así lo aseguró durante una comparecencia ante los medios el portavoz del Ministerio de Exteriores ucraniano, Gueorgui Tiji. Según sus palabras, «a diferencia de Rusia, Ucrania no necesita el territorio de nadie».

«Cuanto antes acepte Rusia restablecer una paz justa (...), antes cesarán las incursiones de las fuerzas ucranianas en territorio ruso», dijo Tiji. A su juicio, la incursión ucraniana «es una acción absolutamente legal en el marco del derecho de legítima defensa contemplado en la Carta de Naciones Unidas». Lamentó que Ucrania no tenga la capacidad de lanzar ataques de largo alcance en territorio ruso con los misiles proporcionados por sus aliados occidentales. Por eso, añadió, «es necesario utilizar las fuerzas armadas para liberar estas zonas fronterizas de los contingentes militares rusos que atacan a Ucrania».

El presidente Vladímir Putin acaba de nombrar a su actual ayudante y exguardaespaldas, al general Alexéi Diumin, supervisor de la operación en Kursk para expulsar a las tropas ucranianas. Es un hombre de máxima confianza de Putin y, desde hace tiempo, suena como posible futuro presidente. Adquirió renombre después de enfrentarse a un oso que merodeaba cerca de la residencia de Putin.