Rusia acusa a Ucrania de matar a 25 civiles en un mercado con un «acto terrorista bárbaro»

Desde el inicio de la guerra, Moscú ha tratado de difundir entre su población la idea de que los efectos de la confrontación bélica sólo afectaban al territorio enemigo, sin repercusión en la vida cotidiana de los ciudadanos rusos. Desde el otro lado del frente, Kiev ha utilizado drones y misiles para generar inquietud en suelo enemigo, después de sufrir desde 2022 las repetidas ofensivas de Rusia sobre las principales ciudades de Ucrania.

Con el invierno congelando aún más la línea del frente en el Donbás y con los dos ejércitos casi inmovilizados en una batalla que recuerda a la sangrienta I Guerra Mundial, la mañana del domingo en esta zona fronteriza se vio sacudida por un bombardeo sobre un mercado de Donetsk que, según fuentes rusas, se encontraba «muy concurrido». Moscú responsabilizó de inmediato a las tropas armadas de Ucrania. Donetsk, con un población cercana al millón de habitantes, y un área metropolitana que supera los dos millones, es una de las grandes urbes del Donbás, región por la que pugnan rusos y ucranianos.

La guerra allí es anterior a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Ahora es uno de los puntos calientes del conflicto. Entre nieve y barro. Denis Pushilin, líder de la República Popular de Donetsk, aseguró que el ataque sobre el mercado fue obra de la artillería ucraniana con munición de calibre 152 y 155 milímetros –el que tienen los obuses suministrados por la OTAN– desde posiciones situadas en Kurajowsky y Krasnogorovsky. El alcalde de la ciudad bombardeada, Alexei Kulemzin, dijo que la zona afectada fue el barrio de Tekstilshchik, «donde se encuentran galerías comerciales y tiendas».

Los servicios de Emergencia confirmaron que también hay dos niños entre los heridos. Preven que la cifra de fallecidos vaya en aumento debido a que «muchas víctimas sufrieron daños graves, incluidas heridas penetrantes en órganos vitales y amputaciones traumáticas de extremidades».

La reacción diplomática de Rusia fue inmediata. El Ministerio de Exteriores condenó al «régimen neonazi de Kiev» que, «con el apoyo de Estados Unidos y sus satélites», es el «responsable una vez más de un bárbaro acto terrorista contra la población civil de Rusia». La portavoz del Ministerio, María Zajarova, anunció que este bombardeo será llevado de inmediato ante el Consejo de Seguridad de la ONU. «Los ataques contra objetivos civiles en Donetsk son inhumanos y buscan matar a ciudadanos», denunció. En este punto, Zajarova criticó la «participación de países occidentales, esos que se dicen tan civilizados, a través de mercenarios que trabajan para el régimen de Kiev».

«Todo esto será tratado en el Consejo de Seguridad de la ONU con la presencia del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Viktorovich Lavrov», adelantó en declaraciones a la cadena de televisión Rusia 1. Lavrov «ya está viajando hacia allí», hacia Nueva York, sede de los principales organismos de la ONU, donde tratará este asunto el martes. El Gobierno de Ucrania aún no ha dicho nada sobre este bombardeo.

Mientras, el Comité de Investigación de Rusia ya ha iniciado una investigación». Anuncia que habrá consecuencias: «Todos los implicados y responsables de este y otros ataques terroristas sufrirán un castigo inevitable». A juicio del Ministerio de Exteriores ruso, «los ataques terroristas del régimen de Kiev demuestran claramente su falta de voluntad política para la paz y la resolución de conflictos a través de métodos diplomáticos».

Las bombas de Kiev también llegaron hasta la central de gas de Ust-Luga, en la región de Leningrado. Es un centro de abastecimiento de combustible para las tropas rusas.