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Tras un juicio exprés a puerta cerrada que arrancó el 26 de junio, Andréi Minéyev, juez del Tribunal Regional de Svérdlovsk, en la ciudad rusa de Ekaterimburgo, condenó este viernes a 16 años de prisión en régimen severo a Evan Gershkovich, corresponsal del diario estadounidense 'The Wall Street Journal' en Moscú. Fue reconocido culpable de espionaje, acusación que el periodista negó desde el primer momento aduciendo que su ocupación fue siempre informar a sus lectores. La Fiscalía había solicitado para él 18 años de cárcel.
Una vez comenzado el juicio, que tras su inmediata interrupción se reanudó el pasado jueves, hubo un único día para interrogar a los testigos y examinar las pruebas. El proceso se ha extendido solamente tres días. La Fiscalía declinó dar explicaciones a la prensa sobre el corto espacio de tiempo dedicado a la investigación judicial. Desde la época soviética ningún periodista occidental había sido acusado de espionaje.
La investigación concluyó que Gershkovich, siguiendo instrucciones de la CIA, recopiló información sobre Uralvagonzavod, una factoría rusa que produce y repara equipo militar, según las agencias occidentales, como tanques T-90 entre otros armamentos. Los instructores del caso sostienen que los datos recabados por el periodista «contienen secretos de Estado». Sin embargo, no se han presentado pruebas públicas de que el corresponsal de 'The Wall Street Journal' cometiera tal delito, asegurando únicamente que fue capturado «con las manos en la masa», explicó el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
«Esta vergonzosa y falsa condena se produce después de que Evan pasara 478 días en prisión, detenido injustamente, lejos de su familia y amigos, imposibilitado para informar, todo por hacer su trabajo como periodista», declararon el editor de 'The Wall Street Journal', Almar Latour, y la editora jefa, Emma Tucker, a través de un comunicado tras conocer la pena impuesta.
La detención del corresponsal se produjo a finales de marzo de 2023 en un restaurante de Ekaterimburgo, en los Urales, donde Yaroslav Shírshikov, un productor que le había acompañado en otros viajes, declaró que el reportero estaba trabajando en una historia sobre el Grupo Wagner. En su canal de Telegram, Shírshikov detalló que «lo que más le interesó fue la relación entre los Wagner y la Operación Militar Especial en Ucrania (…) Evan no escribió públicamente -sobre su visita- en ninguna parte, y lo llevé para ver a varios entrevistados». La publicación 'Meduza' informó de que el periodista, además de en Ekaterimburgo, estuvo en la ciudad de Nizhni Taguil, donde se encuentra el consorcio armamentístico Uralvagonzavod.
Gershkovich, de 32 años y nacido en Nueva Jersey, es un judío de origen ruso que llevaba en Moscú como corresponsal desde 2018. Escribió también para la agencia France-Presse (AFP) y los diarios 'The Moscow Times' y 'The New York Times'. No abandonó el país ni siquiera después de la introducción de una censura militar total tras el inicio de la guerra contra Ucrania.
Fuentes cercanas a círculos políticos rusos y estadounidenses afirmaron que el periodista podría haber sido retenido para intercambiarlo por ciudadanos originarios de Rusia que cumplen condenas en prisiones de EE UU. Los nombres de los posibles candidatos a esa operación no fueron revelados. Moscú y Washington declararon su disposición a discutir el canje, pero ninguna de las partes mencionó en qué términos o condiciones.
El primero en plantear la posibilidad de tal intercambio fue el viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Riabkov, quien sostiene que EE UU ha recibido una propuesta del Kremlin al respecto. El presidente Vladímir Putin reconoció que hay negociaciones en marcha y dio a entender que podría pedir la liberación de Vadim Krásikov, condenado a cadena perpetua en Alemania por haber asesinado por orden de los servicios secretos a un excomandante separatista checheno en Berlín hace cinco años.
Varios norteamericanos cumplen condena en prisiones de Rusia, entre ellos la periodista ruso-estadounidense Alsu Kurmasheva, que trabajaba para Radio Liberty y fue arrestada el año pasado por violar la ley de «agentes extranjeros» y difundir supuestos bulos sobre el ejército ruso, un hecho especialmente castigado en el país desde el comienzo de la invasión de Ucrania. También se encuentra encarcelado el exmarine Paul Whelan, detenido en 2018 cuando acudía a una boda en Moscú e igualmente condenado por espionaje.
El presidente de EE UU, Joe Biden, aseguró este viernes en un comunicado que está «presionando duramente» para la liberación de Evan Gershkovich, a quien presentó como un «blanco» de Moscú sólo por ser periodista y ciudadano estadounidense. «No ha cometido ningún delito», recalcó.
La UE se pronunció en la misma línea y calificó la sentencia de la Justicia rusa de «políticamente motivada» y «farsa». El jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, llamó a «liberar a Evan y a todos los demás presos políticos» y cargó contra Moscú por utilizar su sistema judicial «para castigar al periodismo». La condena contra el corresponsal generó también un enorme malestar en diversas ONGs, que tacharon el juicio de «indignante».
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