El reportero hispanoruso Pablo González cumple cien días detenido en Polonia

Según el portavoz del Ministerio de Servicios Especiales, Stanislaw Zaryn, «los servicios de inteligencia le identificaron como colaborador de la agencia militar GRU y lograron evidencias sólidas; por ello -añade- el tribunal ha decido extender otros tres meses su arresto». Sin embargo, amigos y familiares consideran estas acusaciones absurdas y piden que se le juzgue lo antes posible o se le ponga en libertad.

Desde el estallido del conflicto en el país vecino, Polonia está en alerta por la posible infiltración de espías y sus «servicios civiles y militares han detenido a siete personas sospechosas de espiar para Rusia o Bielorrusia», destaca Zaryn. En esa lista negra González es el único periodista y organizaciones como Reporteros Sin Fronteras (RSF) advierten de que «detener a un informador durante meses sin juicio es algo muy serio». Las autoridades de Varsovia también expulsaron a 45 diplomáticos de Moscú.

Cinco días antes de la detención de este reportero, con doble nacionalidad española y rusa, la Agencia de Seguridad Interna polaca arrestó a un funcionario de la Oficina del Registro Civil en Varsovia «por llevar a cabo actividades en beneficio de la inteligencia del Kremlin», aseguraron las autoridades. Según la información facilitada a medios nacionales como 'Rzeczpospolita', González debía copiar y entregar a los rusos «documentos de valor operativo» sobre polacos y extranjeros que residen en el país, así como «verificar personas específicas». Le impusieron tres meses de prisión preventiva.

«Resulta complicado seguir cada caso porque en ningún momento se han dado a conocer las identidades, como es habitual en este tipo de procesos», destaca una periodista local que investiga las detenciones y pide mantener el anonimato por motivos de seguridad. Son pocos los casos que salen a la luz pública.

Zaryn afirma que «el objetivo principal de los espías es lograr información sobre instalaciones militares» y enmarca los arrestos efectuados en el clima especial que se vive en Europa tras la invasión de Ucrania. El representante del Gobierno de Varsovia recuerda que «Polonia es un país muy activo en el apoyo a los ucranianos y clave para las entregas de ayuda. Al mismo tiempo -continua-, podemos ver claramente que esta guerra, así como la política imperial del Kremlin, representa una amenaza no solo para la nación afectada, sino para toda la OTAN, y especialmente para el flanco oriental de la Alianza».

Pero ante las críticas recibidas por detenciones como la de González, el portavoz del Ministerio de Servicios Especiales defiende que «Polonia comparte las evaluaciones de amenazas actuales con los aliados de forma continua».

Este reportero, afincado en el municipio vizcaino de Nabarniz, cerca de Gernika, y padre de tres hijos, cuenta con la asistencia de un letrado polaco, Bartosz Rogala, pero no ha podido ver hasta el momento a su abogado en España, Gonzalo Boye. González era colaborador de medios como La Sexta, 'Público', la agencia EFE o 'Voice of America'. Tenía una dilatada trayectoria en esta región en la que ya había cubierto la escisión de Crimea en 2014 o el conflicto entre Armenia y Azerbayán en el verano de 2020.