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Un tribunal británico ha confirmado que la exministra de Interior, Suella Braverman, actuó correctamente al prohibir, en 2021, la entrada en el Reino Unido de un ciudadano chino que mantenía una relación estrecha con el príncipe Andrés, y operaba según los servicios de inteligencia como ... agente del Partido Comunista de China(PCC). El individuo en cuestión ha sido identificado en los tribunales como H6.
Fue el primer ministro laborista, Tony Blair, quien dio un empleo al tercer hijo de la fallecida reina Isabel II cuando se jubiló en 2001 de la Royal Navy con una pensión que no correspondía con el estilo de vida al que se había acostumbrado. Sin más estudios que el bachillerato en Inglés, Historia y Economía, y ninguna experiencia en gestión de empresas, Andrés fue nombrado Enviado Comercial del estado británico.
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En su tiempo en ese papel, que le valió el apodo de 'Andy Millas Aéreas', viajó a menudo a China, a países euroasiáticos de la vieja Unión Soviética. En 2015 fue recibido en Pekín por Xi Jinping. Promovía eventos de un programa que había creado para unir a empresarios a inversores. En el balance de su tiempo como enviado comercial no hay grandes éxitos.
Pero hay un desastre. Un viaje a Nueva York para encontrarse con su amigo y asesor comercial, el multimillonario Jeffrey Epstein, ya condenado en Florida por abuso de menores, se convirtió en el inicio del derrumbe público del príncipe de la Casa Windsor, que ha sido apartado desde 2019 de la participación en las funciones oficiales de la monarquía británica.
Entre los documentos que el servicio de inteligencia MI5 encontró en el teléfono móvil de H6, cuando fue retenido en marzo de 2021 en un puerto británico, había una carta de Dominic Hampshire, uno de los principales asistentes de Andrés, tras haber sido invitado a su fiesta de cumpleaños en la residencia de Royal Lodge.
«Espero que haya quedado claro dónde se sienta con mi 'principal', y también con su familia. No debería subestimar la fuerza de esa relación, fuera de sus confidentes internos y más próximos. Se sienta en la cima de un árbol en la que mucha gente querría estar», le escribía el ayudante del príncipe al antiguo funcionario de la administración de la República de China.
En otra carta, Hampshire le decía a H6 que podía hablar en nombre del príncipe para gestionar inversiones. Entre los documentos publicados por el tribunal que ha juzgado el caso, hay uno que parece dirigido por H6 a sus interlocutores en el Departamento de Trabajo del Frente Unido, una agencia del Comité Central del PCC, con múltiples tareas. Un arma mágica, en palabras de Xi.
La carta parece describir la estrategia que H6 debe seguir para ganar la confianza de Andrés. «Importante: Gestionar ambiciones. Realmente importante no elevarlas a demasiada altura. Está en una situación desesperada y cogerá cualquier cosa». El príncipe acechado ya había encontrado un misterioso comprador para la casa en Sunningdale que le regaló su madre cuando se casó con Sara Ferguson. Vendió también su chalet en Suiza.
En las últimas semanas, los cronistas reales han afirmado que Andrés ha conseguido el dinero que le permitirá mantener la mansión de Royal Lodge, tras lograr a otro misterioso donante le ayude. El rey Carlos III habría exigido a su hermano que abandone la mansión en el parque de Windsor so pena de poner fin a su subvención.
Beatriz y Eugenia, hijas de Andrés y Sara, se han convertido en representantes de la Casa Real en conferencias de empresarios e inversores, en países del Golfo Pérsico. Su padre se ha desvelado ahora a ojos de los servicios de inteligencia como una persona peligrosa para la seguridad del Estado.
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