Un oficial de Policía intenta separar las manos de activistas del grupo ecologista 'Última Generación' que se habían pegado al asfalto en señal de protesta en Berlín AFP

Redada masiva en Alemania contra activistas de 'Última Generación'

La ministra federal de Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, ha asegurado que «el Estado de derecho no está dispuesto a que le toquen las narices»

Miércoles, 24 de mayo 2023, 16:21

Han bloqueado las pistas de aeropuertos de Berlín o Múnich, paralizado con sus sentadas las calles de Alemania o se han pegado a obras de arte mundialmente conocidas en museos alemanes, españoles, británico o italianos. La última acción más provocadora del movimiento 'Última generación' fue ... manchar con tinte negro el agua de la Fontana de Trevi en Roma. Y siempre para denunciar la pasividad de los políticos ante la urgente amenaza del cambio climático. Ahora la Justicia y Policía alemanas han decidido poner coto a las actividades de la más radical de las organizaciones ecologistas.

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Decenas de policías han participado este miércoles en el registro de 25 objetos inmobiliarios de miembros de la organización en siete estados federados germanos, cuatro de ellos en la capital alemana y tres en la bávara. Por orden de la Fiscalía de Múnich ha sido incautada y desactivada, además, la página web de 'Última Generación' mientras sus cuentas bancarias han sido confiscadas. La operación ha estado dirigida contra siete activistas de 22 a 38 años a los que se acusa de «formar y apoyar a una organización criminal» por la sistemática comisión de delitos desde mediados de 2022 que dieron lugar a «numerosas denuncias penales por parte de la población», según ha informado la Fiscalía muniquesa en un comunicado.

Se les acusa además de organizar una campaña para la recepción de donativos con el objetivo de poder financiar «la comisión de nuevos delitos», dar publicidad a la misma a través de su página web y de reunir al menos 1,4 millones de euros de aportaciones voluntarias. La Policía no ha informado de la cuantía de los fondos acumulados por los activistas que habrían sido incautados. El objetivo de los registros ha sido igualmente la búsqueda de pruebas para determinar la estructura de los miembros de la organización. Dos de los sospechosos están acusados además de tratar de sabotear el oleoducto que une las localidades de Trieste, en Italia, e Ingolstadt, en Alemania.

«Las medidas adoptadas este miércoles demuestran que el Estado de derecho no está dispuesto a que le toquen las narices. La Policía y la Justicia no hacen la vista gorda ante la comisión de delitos y actúan, como es su deber», ha dicho la ministra federal de Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, a la hora de comentar la operación. El hecho de que la Oficina Central para la Lucha contra el Extremismo y el Terrorismo (ZET) en la Fiscalía General de Múnich sea la que ha ordenado los registros y que la policial Oficina de Investigación Criminal de Baviera lleve el caso denota el empeño de las autoridades por cortar las alas a una organización que lleva a cabo acciones radicales para concienciar sobre el calentamiento de la atmósfera y obligar a los políticos a actuar.

«Dispuestos a ir a la cárcel»

Fuentes de la investigación señalaron que la Fiscalía mira con ojos muy críticos la forma de reclutar militantes por parte de 'Última Generación', que advierte a sus nuevos miembros de que deben estar «dispuestos llegado el caso a ir a la cárcel» en defensa de sus ideales. Para los investigadores una prueba más de que los activistas ecologistas radicales planean llevar a cabo delitos de manera organizada y de que sus estructuras se están profesionalizando tras el llamamiento hecho en las redes a llevar las protestas a «todas las ciudades y pueblos de Alemania». Los bávaros no son los únicos que quieren verificar si 'Última Generación' es una organización criminal.

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También la senadora de Justicia en el Estado federado de Berlín, la independiente Felor Badenberg, ha ordenado a sus asesores comprobar esa posibilidad, aunque la Fiscalía de la capital alemana considera que no es el caso y que los activistas de ese movimiento no son «más que unos pelmazos permanentes» con sus cortes de tráfico, al pegar sus manos al asfalto, aunque últimamente se suben también a los coches para adherirse con pegamentos rápidos a sus techos o capós. Para Reinhard Röttle, fiscal general de Múnich, el asunto está más claro. «El grupo no se esconde y declara abiertamente cuál es su objetivo. 'Última Generación' llama a cometer delitos y recluta adeptos para cometerlos», declara Röttle, quien ha subrayado que está demostrado que sus bloqueos del tráfico son actos de coacción y que «en un segundo paso y tras registrarse esos delitos, hay que proceder a valorar la organización».

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