Una rata utilizada para localizar minas. Reuters

Las ratas conquistan las trincheras de Ucrania y Rusia

Una plaga de roedores, que encuentran comida entre los cadáveres y calor en los túneles, incrementa las malas condiciones de un frente que ya malvive con temperaturas bajo cero

Domingo, 10 de diciembre 2023, 01:17

Tras casi dos años de pelea, crueldad y muerte, la guerra entre Ucrania y Rusia ha llegado a ese punto en que los dos púgiles se agarran e inmovilizan en el centro del cuadrilátero. Agotados pero determinados a seguir la lucha. Ni avanzan ni retroceden. ... Y cavan trincheras para reforzar su posición sobre una lona que en invierno, en el duro invierno bajo cero de esta zona, se convierte en barro y hielo. En fango y sangre. En ese hábitat, como sucedió en la I Guerra Mundial, proliferan las ratas. Desde hace días corren por las redes sociales vídeos de centenares de roedores saliendo por la boca de tanques rusos o durmiendo bajo los colchones... Incluso se ve un ejemplar gigantesco y muerto, que más parece un castor, del tamaño de un rifle de asalto AK-47.

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En algunas fotografías de la I Guerra Mundial aparecen soldados que posan junto a ristras de ratas colgadas de un cable. El relato de aquellos militares da escalofríos. Tenían que dormir en jaulas que ellos mismos fabricaban para evitar las mordeduras. Para los roedores, las trincheras y el campo de batalla eran el paraíso: comida de sobra con la casquería de los restos humanos y calor en los túneles.

La situación se repite ahora en el frente ucraniano. Con frío, lluvia, hielo y nieve. Pisando agua helada. En los años cuarenta del pasado siglo se llamó 'pie de trinchera' al mal que afectaba a muchos soldados. La humedad ablandaba la piel y generaba llagas que en muchas ocasiones llevaban a la amputación. Siempre se ha dicho que en las trincheras todos mueren como ratas.

Menos ellas, que proliferan. Cerca de un millón de soldados ucranianos y rusos ocupan las dos mitades de este ring. «Nadie quiere estar en primera línea», declaró en Euronews Tyler Kustra, profesor adjunto de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Nottingham. Según el experto, las «fuerzas rusas se enfrentan a una grave infestación de roedores». «Las ratas y ratones –apunta– buscan alimento y cobijo en las trincheras». Hay vídeos que lo corroboran.

La agencia AFP se hizo eco de los problemas que estos animales estaban generando también en las infraestructuras de las tropas ucranianas refugiadas en las trincheras. Muerden los cables de los calefactores y de la red de internet. Los inutilizan. «A diez grados bajo cero y bajo tierra puede haber hipotermias. Se necesita más combustible y también ropa adecuada para sobrevivir ahí», señala Marina Miron, investigadora del departamento de Estudios de Guerra del King´s College. «Dicho esto, ambos bandos saben cómo operar en invierno», matiza. Ya lo hicieron el año pasado. Pero la moral baja. «Ése es el problema. Hay un factor humano, psicológico, cuando la guerra entra en el invierno». La plaga de ratas incrementa el estrés.

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También localizan minas y explosivos

Comen cadáveres y son portadoras de enfermedades. Están habituadas a la vida subterránea, en sus propias trincheras. La guerra les ofrece un escenario ideal. Saben adaptarse. En la historia bélica de estos roedores sí hay un aspecto positivo: desde 2003 tanto en conflictos en África como en Camboya, han sido utilizadas para detectar explosivos en campos minados.

Lo que un experto desactivador hace en cuatro días, ellas los solucionan en apenas media hora. En Camboya se hizo famosa una rata, de nombre 'Magawa', por desactivar 71 minas y 38 artefactos explosivos gracias a su fino olfato. Recibió una medalla.

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