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Iñigo Fernández De Lucio
Miércoles, 21 de diciembre 2022, 17:20
El presidente ruso, Vladímir Putin, redobla su apuesta militar para continuar con la invasión de Ucrania. El mandatario ha prometido dotar al Ejército de nuevos medios sin límite de presupuesto y ha anunciado que la Marina rusa contará desde principios de año con el nuevo ... misil de crucero hipersónico Zircon. También ha llamado a mejorar las capacidades de la tríada nuclear rusa; es decir, la capacidad de lanzar misiles nucleares desde soporte terrestre, marítimo y aéreo.
Putin se ha dirigido este miércoles a los responsables de sus Fuerzas Armadas para hacer balance de 2022, año marcado por la invasión de Ucrania, y avanzar los objetivos militares para el próximo curso. Según el Kremlin, hasta 15.000 efectivos han seguido su intervención por videoconferencia.
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En este contexto, el mandatario ruso ha dicho que no habrá «restricciones de financiación» para las Fuerzas Armadas y que el Gobierno dará «todo lo que pida el Ejército». De hecho, ha planteado dotar de drones a todas las unidades, no solo como método de ataque, sino también para recabar informaciones de Inteligencia, según ha informado la agencia de noticias Interfax. Los drones han sido una pieza clave en las últimas semanas para atacar infraestructuras energéticas ucranianas y provocar cortes de suministro eléctrico con la llegada del invierno.
También se ha referido a la capacidad nuclear del Ejército ruso. «Las fuerzas armadas y las capacidades de combate de nuestras Fuerzas Armadas aumentan constantemente todos los días. Y este proceso, por supuesto, lo desarrollaremos», ha afirmado Putin durante su intervención. «Continuaremos manteniendo y mejorando la preparación para el combate de nuestra tríada nuclear» (misiles lanzados desde silos terrestres, desde submarinos en navegación y desde aviones en vuelo), ha agregado.
Otra medida para engrosar la capacidad militar de las Fuerzas Armadas rusas será aumentar el número de efectivos. Así, Putin ha planteado pasar de los 1,15 millones de soldados con los que cuenta actualmente el Ejército a 1,5, elevando el número total en un 30%. El ministro de Defensa, Sergéi Shoigu, ha explicado que los 695.000 combatientes que serían necesarios para reforzar el Ejército deberían ser soldados profesionales, a diferencia de los reclutas que cumplen el servicio militar obligatorio. También se elevará la edad límite del servicio militar desde los 27 años hasta los 30 (la edad para entrar al mismo se mantiene en 21).
Por último, Putin ha anunciado que contempla establecer dos bases navales para apoyar a su flota en Mariúpol y Berdiansk, dos ciudades ucranianas a orillas del mar de Azov ocupadas por las tropas rusas. Shoigu, por su parte, ha expresado los planes para poner en servicio el próximo año 22 lanzaderas con misiles balísticos intercontinentales Yars, Avangard y Sarmat, tres bombarderos estratégicos Tu-160M, cinco submarinos y 12 buques.
Asimismo, el dirigente ruso ha profundizado en el raro, por poco habitual, ejercicio de autocrítica que formuló este martes, cuando reconoció que la situación en los territorios ucranianos anexionados es «extremadamente difícil». En ese sentido, ha abogado este miércoles por mejorar la cadena de mando, mientras que Shoigu ha reconocido que la movilización parcial decretada el pasado septiembre para reforzar las Fuerzas Armadas no se desarrolló como Moscú hubiese deseado.
Shoigu ha admitido que el sistema no estaba «adaptado» a las actuales circunstancias, lo que conllevó «dificultades» en asuntos tales como notificar a los ciudadanos que estaban llamados a filas. Sin embargo, ha afirmado que finalmente el reclutamiento se completó «de manera oportuna», con un total de 300.000 efectivos convocados.
En línea con anteriores intervenciones, Putin ha descargado a Rusia de responsabilidad en el conflicto y ha asegurado que la guerra en Ucrania es una «tragedia compartida». «Lo que pasa es, por supuesto, una tragedia. Una tragedia compartida. Pero no es el resultado de nuestra política, es el resultado de la política de países terceros», ha indicado, antes de afirmar que Rusia libra en Ucrania una guerra contras las «fuerzas conjuntas de Occidente».
El director general del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU, Rafael Grossi, realizará este jueves una visita a Moscú para discutir la posibilidad de crear una zona de seguridad en torno a la central nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, según ha confirmado este miércoles el representante permanente ruso ante los organismos internacionales en Viena, Mijaíl Ulianov. «Habrá mañana consultas con Rafael Grossi en Moscú», ha dicho, antes de recalcar que «algunos puntos» sobre la creación de esta zona de seguridad «serán aclarados», según ha recogido la agencia rusa de noticias TASS. «El proceso avanza sin problemas», ha detallado.
Grossi reconoció a finales de octubre su frustración por la dificultad que supone establecer una zona segura entorno a la central nuclear. Ambos países se responsabilizan mutuamente de ataques que en más de una ocasión han desconectado a la central de la red eléctrica y amenazado seriamente el funcionamiento de sus reactores. La central de Zaporiyia tiene seis reactores puestos en marcha entre 1984 y 1995. Está controlada por las fuerzas rusas desde marzo. La región de Zaporiyia, parcialmente ocupada, fue anexionada a Rusia en septiembre junto a las de Donetsk, Jersón y Lugansk.
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