El presidente ruso, Vladímir Putin, durante su reunión con el excomandante del grupo Wagner, Andréi Tróshev, y el viceministro de Defensa, Yunus-bek Evkúrov. Reuters

Putin escenifica el sometimiento de los mercenarios de Wagner

La reunión del presidente ruso en el Kremlin con el antiguo jefe mercenario es vista como un indicio de que quiere relanzar el grupo según el modelo que creó el difunto Prigozhin

Rafael M. Mañueco

Corresponsal. Moscú

Viernes, 29 de septiembre 2023, 20:15

Tras el levantamiento protagonizado en junio por el Grupo Wagner, cuyo jefe Evgueni Prigozhin, pereció en agosto en un supuesto accidente aéreo, se habló mucho en Rusia del «error» que supuso crear destacamentos militares no supeditados directamente al Estado. De ahí que estos mercenarios fueran ... desmovilizados en Ucrania para ser enviados a Bielorrusia, que se diera la orden de poner cualquier organización paramilitar bajo la batuta del Ministerio de Defensa y que el presidente Vladímir Putin decretara la obligación de que sus combatientes juren lealtad a Rusia.

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En cualquier caso dio la sensación de que Putin había dado un bandazo, que había cambiado de actitud hacia los Wagner, unidad muy apreciada en los círculos patrióticos rusos por su «heroísmo» en la toma de la localidad ucraniana de Bajmut. Además, en el contexto del actual parón de las tropas rusas en el frente ucraniano, no se entendía cómo el futuro de un grupo tan «valioso» como los Wagner estuviera sin aclarar.

Así que Putin se reunió en el Kremlin en la noche del jueves con el coronel en la reserva, Andréi Tróshev, hombre del círculo de mando de Prigozhin, considerado desde hace semanas el nuevo jefe del Grupo Wagner, aunque sin haber sido nombrado oficialmente por nadie. En el encuentro estuvo también presente el viceministro de Defensa, Yunus-bek Evkúrov y el máximo dirigente ruso declaró, dirigiéndose a Tróshev, «quisiera comenzar esta reunión hablando con usted en primer lugar».

«En la última reunión hablamos de que usted participará en la formación de unidades de voluntarios que podrán realizar diversas misiones de combate, principalmente, por supuesto, en la zona de la Operación Militar Especial» en Ucrania, señala Putin en el vídeo del encuentro difundido por la web del Kremlin. Según sus palabras, «usted mismo luchó en una unidad así durante más de un año. Sabe qué es, cómo se hace, sabe qué problemas deben resolverse de antemano para que el trabajo de combate se desarrolle de la mejor manera y con más éxito».

Muchos interpretaron estas palabras de Putin al jefe mercenario como un indicio de que quiere relanzar el grupo según el modelo que creó el difunto Prigozhin. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dejó claro este viernes que «Tróshev trabaja ya para el Ministerio de Defensa», lo que excluye que pueda formar un grupo paramilitar autónomo como el que lideraba Prigozhin. Tróshev, apodado 'sedói' (canoso), no apoyó la rebelión armada, tras la cual, dejó los Wagner para ser reclutado por el Ministerio de Defensa, en donde le volvieron a poner al frente de los mercenarios.

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Los antiguos privilegios

Se da la circunstancia de que los intentos del departamento castrense de obligar a los Wagner a supeditarse firmando un contrato es lo que propició aquella sublevación, que cerca estuvo de llegar a Moscú. Y es que Prigozhin se negó a perder los privilegios que tenía, el Estado le otorgó enormes poderes y posibilidades: podía contratar presos de las cárceles para utilizaros como carne de cañón, recibió equipo militar, armas, municiones, apoyo táctico del Ejército ruso y hasta introducir su propio código de castigos, como ejecutar a los desertores a mazazos. Su actividad resultó ser más eficaz que la de las propias tropas rusas. Pero que todo eso se repita de nuevo, según el diputado ruso, Víctor Sóbolev, «está ahora descartado».

Los grupos paramilitares rusos surgieron en el marco de la «guerra híbrida» de Putin para ganarle la partida a Occidente haciendo uso de métodos soterrados. Los 'hombrecillos de verde' que propiciaron la anexión de Crimea y desataron la guerra en Donbás en 2014, supuestas milicias locales contrarias a la política de Kiev, fueron la base de lo que después sería el Grupo Wagner, cuyas unidades se extendieron después a Siria y África. Durante mucho tiempo, el Kremlin proclamó que el Estado ruso nada tiene que ver con los Wagner al constituir una «compañía militar privada». Pero después, el propio Putin reconoció públicamente que los mercenarios habían estado siendo financiados por las arcas del Estado.

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