Putin amenaza con una respuesta nuclear a Occidente si envía tropas a Ucrania

En concreto, el mandatario ruso respondió al mensaje del presidente francés, Emmanuel Macron, que esta semana planteó la posibilidad de que Occidente deba enviar tropas para reforzar a Ucrania en su lucha. Putin recordó a la OTAN y todos sus aliados el arsenal atómico que posee su país y, avisó de que hacer caso a una propuesta como la de Macron acarrearía «consecuencias trágicas».

No obstante, la mayor parte de su alocución, que en esta ocasión se extendió dos horas y seis minutos, la más larga hasta ahora, la dedicó a insuflar ánimos a una población que teme que la guerra y las sanciones provoquen una catástrofe económica. Aparte de los canales habituales, el discurso pudo verse en pantallas gigantes instaladas en las calles.

Nada más comenzar a dirigirse a los presentes en el edificio del Palacio de Congresos Gostini Dvor, junto a la Plaza Roja, lo primero que hizo Putin fue tratar de dejar claro que dedicará todos los recursos necesarios para ganar la contienda. «Todo el país apoya a nuestros héroes en el frente (…) Las fábricas del complejo militar industrial trabajan ya en tres turnos.) Las grandes tareas sólo juntos las podemos abordar y nosotros podemos», dijo. Según Putin, «la mayoría absoluta» de la población apoya la operación especial militar, nombre oficial de la ofensiva en el país vecino, cuyo objetivo, dijo, es «reforzar la soberanía».

A continuación aseveró que «Rusia siempre recordará a sus héroes caídos» y propuso guardar un minuto de silencio, tras lo cual insistió en tratar de disipar las dudas existentes en la sociedad sobre la conveniencia de continuar la guerra. «Nuestras fuerzas armadas están adquiriendo una experiencia de combate colosal, sus capacidades se han multiplicado. Tenemos la iniciativa en el campo de batalla. Nuestras unidades mantienen con firmeza la iniciativa». Y repitió el manido mantra de que la contienda «no la empezamos nosotros, lo que queremos es acabar con ella, acabar con el nazismo».

El presidente salió al paso de quienes han criticado la falta de equipo militar suficiente para haber acelerado las operaciones. Refiriéndose a su discurso de 2018, cuando anunció la inminente puesta en servicio de armas «invencibles», afirmó que «todo lo que dije en 2018 se ha hecho: los cohetes Kinzhal, Tsirkón, Avangard, los sistema láser Peresvet, el torpedo Burevestnik, el submarino no tripulado Poseidón y los misiles balísticos Sarmat. Todos están siendo ya utilizados y los Sarmat pronto serán entregados a las tropas para su empleo en el frente».

Después afirmó que está dispuesto a dialogar con Estados Unidos en materia de estabilidad estratégica, en alusión a los acuerdos de limitación de los arsenales nucleares, pero lamentó que «es imposible llevar a cabo seriamente estas conversaciones en el contexto actual». «Para que todo el mundo me entienda correctamente: en este caso estamos tratando con un Estado cuyos dirigentes llevan a cabo acciones abiertamente hostiles contra nosotros. ¿Van a discutir seriamente con nosotros cuestiones de estabilidad estratégica mientras al mismo tiempo intentan perjudicarnos, como ellos mismos dicen, a base de conseguir la derrota estratégica de Rusia?»

Denunció también que Occidente intenta arrastrar a Rusia «a una carrera de armamentos emulando el truco en los años 80 contra la Unión Soviética». Negó, como asegura Washington, que se proponga desplegar armas nucleares en el espacio. Sin embargo, Putin subrayó que las fuerzas atómicas del país están listas para entrar en acción y advirtió de que Occidente «debe recordar que nosotros tenemos armas nucleares y que pueden alcanzar objetivos en los territorios de sus naciones». A su juicio, «pueden provocar un conflicto nuclear que lleve a la destrucción de la civilización». «¿Acaso han olvidado lo que es la guerra?», se preguntó.

El jefe del Kremlin dijo además que el ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN ha obligado a Rusia a «desplegar tropas en el flanco occidental» y, en relación con las palabras de Macron, insistió en que «hay que recordar el destino de los que enviaron contingentes contra nuestro país como Hitler y Napoleón, pero ahora las consecuencias para esos intervencionistas serían mucho más trágicas».

«El sistema político de Rusia es uno de los pilares de la soberanía del país. Continuaremos desarrollando las instituciones de la democracia y no permitiremos que nadie interfiera en nuestros asuntos internos», proclamó. Según sus palabras, «el llamado Occidente, con su comportamiento colonial y su costumbre de fomentar conflictos nacionales en todo el mundo, no sólo busca frenar nuestro desarrollo, sino convertir Rusia en un país dependiente, decadente y moribundo». Sin embargo, agregó que «un orden mundial firme es imposible sin una Rusia fuerte».