Putin consolida su poder absoluto en Rusia con una farsa electoral entre tímidas protestas

El índice de participación, según la Comisión Electoral Central, ascendía al 74,22% a dos horas del cierre de los colegios, lo que indicaba que el definitivo podría acercarse al 80%. Nunca antes el actual presidente ruso había vencido en unos comicios con tanto apoyo: en 2000 ganó con el 52,9% de los sufragios; en 2004 lo hizo con el 71,1% en 2012, con el 63,6%; y en 2018, con el 76,6%. Tampoco antes había sido tan alto el índice de participación.

En el último día de votación, de los tres establecidos en estos comicios presidenciales, la acción de protesta 'Mediodía contra Putin' convocada antes de morir en la cárcel por el disidente ruso, Alexéi Navalni, tuvo un seguimiento desigual y, por lo general, discurrió con normalidad y sin apenas incidentes salvo en algunos lugares en donde se produjeron arrestos. La iniciativa consistía en acudir en masa a los centros de votación a mediodía con el fin de colapsarlos,

Así lo aseguró la organización de derechos humanos OVD-info, que informó de al menos 75 detenciones en 17 ciudades rusas, incluidas Moscú (10 arrestos), San Petersburgo (7), Kazán (el mayor número, con 29), Volgogrado (3), Ufá o Cheliábinsk. A todos los detenidos se les acusa de «obstaculizar» el proceso electoral. Uno de ellos arrojó a la urna una fotografía de Navalni.

A las doce aumentó considerablemente el flujo de votantes en muchos colegios electorales a lo largo y ancho de Rusia, sobre todo de gente joven, formándose largas colas que ralentizaron las votaciones, pero sin que, en la mayoría de los casos, hubiese contratiempos. En el centro de Moscú hubo abundante presencia policial y, sobre todo, en el número 1489, situado en la calle Liublínskaya 173, un colegio en donde votaba habitualmente Navalni. Se trata del barrio de Márino, en el que vivía y en cuyo cementerio fue enterrado el pasado día 1 de marzo. Allí acudieron ayer de nuevo cientos de personas para depositar flores.

Se estima que, en la iniciativa 'Mediodía contra Putin' participaron varios miles de personas. El politólogo ruso, Abbás Galliámov, admitió que el resultado de la convocatoria «se puede considerar un éxito», pero matizó que no resultó tan masiva como en el extranjero, donde los rusos votaron en las embajadas y consulados. «Está claro que las autoridades lograron intimidar», añadió Galliámov, en una entrevista al canal de televisión Dozhd. Las dos colas más largas a mediodía se observaron en Belgrado (Serbia) y Ereván (Armenia). Julia Naválnaya, la viuda de Navalni, votó en Berlín también a mediodía y se fotografió después con los asistentes. Dijo que puso en la papeleta el nombre de su difunto marido.

El movimiento Golos, palabra que significa voto y también voz, considerado por las autoridades 'agente extranjero' y cuya misión consiste en denunciar casos de fraude y manipulación electoral, informó, citando a un funcionario local anónimo, que en la república de Chechenia, se puso en marcha lo que se llama un «carrusel». Se trata de que las mismas personas, habitualmente trasladadas en autobús, voten repetidamente en varios colegios. La fuente de Golos aseguró que fue obligado a votar siete veces. Por su parte, las autoridades informaron que unos ocho millones de electores depositaron su papeleta 'online', método que la oposición considera un autentico coladero de manipulación electoral.

Debido al reforzamiento de la vigilancia a la entrada de los colegios, ayer apenas se repitieron las acciones de protesta a base de incendiar cabinas de votación o echando tinta a las urnas. Únicamente en la ciudad de Perm, una mujer de 64 años protagonizó el decimocuarto intento en estos tres días de provocar un incendio al hacer explotar un petardo de gran tamaño. La deflagración le arrancó parte de una mano.

Fuera del país, un individuo arrojó también dos cócteles molotov contra la embajada rusa en Chisináu, la capital de Moldavia, donde había sido instalado un centro de votación. Los explosivos solo causaron daños materiales en un patio del edificio. Las fuerzas de seguridad detuvieron poco después al sospechoso.

Lo que sí se ha repetido en el último día de votación ha sido la presencia de electores estropeando intencionadamente las papeletas, con inscripciones contra Putin y la guerra. Según OVD-Info, en la localidad de Sudzha, en la región de Kursk, a un hombre se le impusieron diez días de calabozo por hacer añicos su sufragio y el de su esposa y arrojar los trozos a la urna.

Analistas independientes insisten en que estas elecciones «no son libres ni democráticas». Estiman que «ni a un solo oponente real al presidente Vladímir Putin se le ha permitido concurrir como candidato». En el ámbito internacional prevalecieron opiniones parecidas. Desde Washington, la Casa Blanca señaló que los comicios «no han sido obviamente libres» mientras la cancillería alemana los catalogó de «pseudoelecciones». Anoche, el ministro británico de Relaciones Exteriores, David Cameron, lamentó la falta de una consulta «libre y equitativa». Cameron denunció la «organización ilegal de elecciones en el territorio ucraniano, la falta de opciones para los electores», y «la ausencia de control independiente de la OSCE».

La última jornada electoral transcurrió tras una madrugada de bombardeos de las milicias rusas proucranianas contra la región de Bélgorod, en donde las autoridades denuncian la muerte de una adolescente de 16 años. El ejército ucraniano disparó una nueva lluvia de drones contra ocho regiones del país. En Moscú, según informó el alcalde, Serguéi Sobianin, los fragmentos cayeron junto al aeropuerto de Domodiédovo, lo que hizo que se suspendieran los vuelos se cerrasen además los aeródromos de Vnúkovo y Zhukovski. Otra refinería resultó incendiada en Slaviansk, en la región de Krasnodar. Murió una persona, pero, al parecer, fue como consecuencia de un infarto. El Ministerio de Defensa ruso asegura que fueron derribados por las defensas antiaéreas un de 35 drones ucranianos.