R. Asla / Iñigo Gurruchaga
Martes, 11 de junio 2024, 18:02
El líder del partido Reforma y gran impulsor del Brexit, el populista Nigel Farage, protagoniza una campaña agitada. Ayer volvió a sufrir en sus carnes la ola de violencia contra los políticos. Esta vez se libró por poco de recibir en la cara el impacto ... de dos objetos que le lanzó un espontáneo en la ciudad de Barnsley, cerca de Manchester, mientras saludaba a unos simpatizantes desde el segundo piso de un autobús descapotable, como se puede ver en las redes sociales gracias a un vídeo subido por el propio populista.
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El agresor fue reducido por el personal de seguridad de una obra cercana, pero logra huir unos metros hasta es detenido por varios agentes que acompañaban al político inglés. «Mi enorme agradecimiento hoy a la policía de South Yorkshire. No me dejaré intimidar ni acobardar por una turba violenta de izquierda que odia a nuestro país», escribió Farage en su cuenta de X.
Hace tan sólo una semana, Farage ya sufrió otra agresión cuando una persona le arrojó batido a la cara y en el traje a la salida de un acto.
Rishi Sunak mostró este martes a sus seguidores la mejor versión de su meticulosa personalidad en la presentación del programa electoral del Partido Conservador, que contempla una reducción de 20.000 millones de euros anuales en impuestos, de lo que se beneficiarían empleados, autónomos y pensionistas. Serían financiados reduciendo el presupuesto de la Seguridad Social y el tamaño del funcionariado.
El primer ministro comenzó la campaña anunciando el 24 de mayo la convocatoria de elecciones anticipadas bajo una lluvia persistente en el exterior de su residencia oficial, en Downing Street. La decisión sorprendió a sus correligionarios en el Parlamento y en las asociaciones locales de su formación, que no estaban preparados. Inició una campaña presidencialista a pesar de ser un político rechazado en las encuestas.
Su primer debate con el laborista Keir Starmer mostró a un Sunak punzante contra la supuesta vacuidad de la oposición, pero su tenue victoria fue enturbiada por acusaciones de haber mentido sobre el cálculo de los impuestos que aumentarían los laboristas. Luego, decidió ausentarse de la cumbre de líderes internacionales, en la conmemoración del 80 aniversario del Desembarco en Normandía.
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En la noche del domingo corrían rumores de su posible dimisión. El lunes tuvo dificultades para defenderse en una entrevista con un periodista del ente público de radiotelevisión, BBC. Este martes, rodeado de los miembros de su Gabinete, presentó un presupuesto diseñado por valores conservadores: recortes de impuestos, aumento del gasto en Defensa, ayuda a compradores de primeras viviendas.
Sus palabras estaban medidas para tapar agujeros de su campaña. Como los laboristas le acusan de hablar siempre del futuro para evadir el malestar sobre el balance de 14 años de mandato, reivindicó lo logrado por su partido: la gestión de la debacle financiera de 2008 -que ocurrió en los últimos meses del laborismo-, una reforma de los subsidios, la mejora de los resultados en la enseñanza, la reacción inmediata a la invasión de Ucrania...
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El Instituto de Estudios Fiscales (IFS) ha afirmado en los últimos días que los dos grandes partidos británicos no están siendo honestos con los ciudadanos, pretendiendo que las cuentas del Estado pueden soportar los gastos que prometen y porque para justificarlos recurren a fuentes de recaudación que, según el prestigiado Instituto, políticamente independiente, no producirán los fondos para financiarlos.
Los 20.000 millones de recortes de impuestos serían financiados por los 14.000 que obtendría el Gobierno de la reducción de subsidios, que han aumentado durante el mandato conservador y está previsto que aumentara en el próximo quinquenio. Un Sunak vencedor de las elecciones tendría que reducir a la mitad el número de actuales receptores de los subsidios por minusvalías, según el IFS.
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Sucesivos gobiernos han señalado la evasión y la elusión fiscal como un pozo del que podrían extraer miles de millones, pero el ente de recaudaciones, HMRC, padece una falta de personal que obstaculiza la mera comunicación con sus funcionarios. Tendrían que aumentar su plantilla al mismo tiempo que la otra fuente de Sunak es la reducción del funcionariado.
El abogado Keir Starmer, que presentará su programa electoral el jueves, no tiene la soltura de Sunak en los argumentos sobre finanzas, pero se atrevió a describir el programa conservador como parecido en su estilo al que presentó el exlíder laborista, Jeremy Corbyn, en las elecciones de 2019. El socialista radical y sus colaboradores anunciaron gastos generosos en una campaña catastrófica.
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El Partido Conservador está publicando propaganda de campaña que denota su resignación a la derrota. En un vídeo advierte a posibles votantes de los liberal-demócratas y del Reform UK que ellos, los 'tories', podrían quedarse con 57 escaños. En otro anuncio en redes sociales les avisan de que si votan por esos partidos darán «un cheque en blanco» a Starmer.
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